Aulas vacías y escuelas sin estudiantes: Un estrago más de la violencia en Culiacán
Desde que estalló la ola de violencia las actividades escolares se han suspendido ante los riesgos que eso representa a la población
Las aulas de las escuelas de Culiacán estuvieron vacías cerca de dos semanas.
Niñas, niños, adolescentes y jóvenes tomaron clases desde computadoras o celulares, porque la violencia no les permitía regresar a sus salones, que en algunos aún tenían en los pintarrones la fecha de la última vez que asistieron: “Hoy es viernes 6 de septiembre de 2024”.
Desde que inició el ciclo escolar, el pasado 26 de agosto, los estudiantes de primarias y secundarias asistieron sólo en siete ocasiones a clases entre esta fecha y el 18 de septiembre, debido a que Culiacán y municipios aledaños han sido sede de enfrentamientos, bloqueos de vialidades y detonaciones de armas de fuego, por 14 días consecutivos.
Sin embargo, el regreso a clases fue interrumpido para estudiantes de todos los niveles educativos, con suspensiones no oficiales, suspensiones dictadas por la Secretaría de Educación Pública y Cultura de Sinaloa, así como el regreso a las clases en línea, una medida que fue implementada en el periodo de la pandemia por Covid-19.
Las primeras suspensiones fueron el 29 de agosto, alrededor de las 16:00 horas la ciudad se paralizó.
Ante enfrentamientos de civiles armados y militares en las inmediaciones del poblado Paredones, al norte de Culiacán y el bloqueo de la carretera Internacional México 15, cerca de El Limón de los Ramos, la ciudadanía recordó el caos que dejaron anteriores jornadas de violencia, como la del jueves 5 de enero de 2023, cuando autoridades federales capturaron a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
GENTE VARADA EN EL CENTRO DE CULIACÁN
El servicio de transporte público fue suspendido, mientras que estudiantes y trabajadores quedaron varados en el centro y otros sectores de la ciudad.
Un día después, a pesar de que tampoco hubo suspensión por la SEPyC, en los planteles educativos imperó la ausencia de los niños, adolescentes y jóvenes, como sucedió en la escuela primaria de los hijos de Flor, madre de un niño de 7 años de edad, una niña de 8 y uno de apenas un año.
“Yo sí lo mandé a la escuela porque nosotros vivimos en una parte del sector norte y nomás cruzamos el bulevar Rolando Arjona que es el que fue caótico del día jueves, como era muy poco el camino, no le ví mucho detalle en ir, también teníamos una reunión de padres y yo quería estar al tanto”.
“Amigos de mi niño que se habían ido hasta la zona sur de la ciudad y no tenían como regresar hasta la mañana siguiente, sin dormir toda la noche, con el miedo, la congoja, decidieron no ir, no arriesgarse”.
Para el 4 de septiembre fueron reportados enfrentamientos entre civiles armados y el Ejército en el municipio de Badiraguato, por lo que escuelas como el Plantel 98, ubicado en El Limón de los Ramos, en Culiacán, pidió a los padres pasar por los estudiantes a la institución, también en la escuela primaria Bacurimi Independencia, al poniente de la ciudad, hicieron la misma petición, mientras que la Sepyc no dio ningún posicionamiento.
Cinco días después, el lunes 9 de septiembre a las 7:38 horas, la dependencia publicó en redes sociales la suspensión de labores escolares en el sector La Campiña en Culiacán, ante un enfrentamiento entre civiles armados y elementos del Ejército registrado en el sector, que culminó con dos camionetas aseguradas al frente a la escuela primaria General de División Manuel Ávila Camacho, por el bulevar Francisco I. Madero, en el centro de la ciudad.
A pesar de que la suspensión de actividades fue focalizada, la mayoría de los planteles educativos mantuvieron sus puertas cerradas; tampoco había la cantidad de vehículos que suele haber en el tráfico a esas horas.
La incertidumbre y el miedo sobre qué es lo que podría pasar en la entidad en medio de una violencia constante, ha detenido a madres y padres de familia de llevar a sus hijos a la escuela.
Por el contrario, las mamás de Culiacán han insistido en que no hay garantías de seguridad para llevar a los menores a clases, como en el caso de Orely, mamá de dos niños de 11 y 6 años, quien dijo, la violencia no es un tema que se toca en su hogar.
“De hecho en mi casa no se comenta absolutamente nada, todo se mantiene bajo discreción, solamente los adultos somos los que manejamos el tipo de información, precisamente para que no haya miedo en los niños, no se alarmen por una situación que no les compete”.
Además del enfrentamiento en La Campiña, ese lunes continuó la violencia en la salida sur de Culiacán, sobre la carretera México 15, donde fue localizado un hombre sin vida con impactos de bala y tres vehículos baleados; en Costa Rica, quedaron varados una decena de vehículos blindados; fue asegurada una camioneta en Villa Juárez, Navolato; en Portaceli, Culiacán resultó una persona muerta, otra herida y una camioneta incendiada; a las afueras de una tienda de conveniencia por el bulevar Agricultores y la carretera a Sanalona un joven asesinado; y en Potrerillos del Norote, Elota pobladores reportaron detonaciones de arma de fuego; además la Fiscalía General de Sinaloa registró una denuncia por robo de vehículo.
Desde entonces y hasta el 20 de septiembre, en Sinaloa se han registrado 56 homicidios, al menos 53 personas privadas de la libertad oficialmente, 85 autos robados y 40 personas detenidas, de acuerdo a la FGE, la Secretaría de Seguridad Pública y el rastreo periodístico.
En ese mismo periodo, fueron reportados actos violentos ocurridos al lado de las escuelas.
El jueves 12 de septiembre, alrededor de las 8:00 horas, fue encontrado un cadáver en la colonia Montebello, a menos de 200 metros del Jardín de Niños Rafael Buelna Tenorio; ese mismo día fue baleado un lote de vehículos sobre la calle Miguel Hidalgo en la colonia Aurora, a un costado de la escuela primaria Ramón López Velarde.
Al día siguiente, alrededor de las 22:30 horas vecinos de la colonia República Mexicana encontraron una cabeza humana tirada dentro una caja de pizza a un lado de la escuela primaria Valentín Gómez Farías.
El 19 de septiembre, un operativo en Santa Fe, alarmó a docentes de la secundaria Técnica 90, por la tarde fue de conocimiento público que en el sector fue detenido el “Piyi”, presunto operador del Cártel de Sinaloa y por la noche, una mujer que viajaba en un auto Sentra de color tinto fue asesinada a balazos en la colonia Montebello, a una cuadra de un colegio privado.
Aún con la preocupación e impotencia, los docentes de distintos niveles educativos han tratado de continuar con las clases, aunque en línea, al ser la única estrategia que han encontrado para seguir enseñando a estudiantes ante un contexto de violencia recrudecida.
Temen por su vida, pero también por la de los estudiantes, que cada día normalizan más a través de memes y contenido en redes sociales la inseguridad de una entidad como Sinaloa, según el relato de Diego, docente de preparatoria a quien se le cambió el nombre para cuidar su identidad.
“Eso quiere decir que se está haciendo cotidiano y esa es la parte triste del asunto. Los jóvenes también lo ven como un chiste, yo que trabajo con muchos jóvenes y los tengo agregados a algunos en redes sociales, comparten imágenes de ‘Bienvenido al Tercer Culiacanazo’ y cosas así”.
El lunes 9, Diego fue testigo de la presencia de un grupo de civiles armados a la salida de la sindicatura de Costa Rica, luego de que los docentes fueron avisados de que las clases habían sido canceladas por enfrentamientos y emprendió su regreso a Culiacán
“Fue el mismo grupo que salió en las noticias, en la zona ahí donde hubo un enfrentamiento muy fuerte. Entonces, uno como docente que se tiene que mover y todo eso, igual que todos los trabajadores, corre el riesgo de toparse con ese tipo de situaciones”.
“Todo el trayecto de Culiacán a Costa Rica no vi nada fuera de lo normal, fue de regreso, de regreso que a la pura entrada, lo que es el parque industrial creo que se llama ahí vi ese, así de pasada, en mi vehículo, volteé de reojo y vi a un grupo armado y alcancé a notar que no eran militares”.
Al día siguiente, la Sepyc reanudó las actividades, pero la mayoría de los alumnos no asistió, se quedó en línea, al igual que en la Universidad Autónoma de Sinaloa y la Universidad Autónoma de Occidente.
Ese martes 10 de septiembre hubo un enfrentamiento y asesinatos de personas en Santa Fe, la Colonia Miguel Hidalgo y en Los Cascabeles; a pesar de ello, tampoco hubo suspensión de clases para el miércoles.
Ese día, vecinos de Alturas del Sur alertaron un corte de luz acompañado de sonidos de detonaciones por disparos, una persona asesinada en la colonia 16 de septiembre, enfrentamientos en la sindicatura de Quilá que dejaron a cuatro jornaleros agrícolas heridos, un bloqueo en la carretera Culiacán-Mazatlán y vehículos incendiados sobre la prolongación Álvaro Obregón y el cruce con la carretera Benito Juárez y uno más sobre el cruce de Aztlán y Benjamín Hill.
Al respecto, el Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya admitió ese miércoles que la violencia podría extenderse.
“Quiero manifestarle a la población que siendo responsables tendríamos que admitir que pueden seguirse presentando estos eventos de violencia, focalizados sí, y como sabemos que son confrontaciones entre dos grupos delincuenciales ya hay una orientación de cómo atacarlos, atenderlos por las fuerzas del orden”.
Al día siguiente la Sepyc sí suspendió actividades escolares, no sólo en Culiacán, si no en Cosalá, Elota y San Ignacio en todos los niveles y modalidades educativas, mientras que el transporte operó de forma intermitente. También el Gobierno del Estado informó de la suspensión de los festejos por el Grito de Independencia.
Directivos y trabajadores administrativos de planteles educativos mencionaron a Noroeste que aunque ellos han estado acudiendo a las escuelas, los padres y tutores no han querido llevar a los estudiantes, al tener miedo de quedar en medio de un enfrentamiento o que pueda haber hechos de violencia cerca de la escuela. Además, reconocieron que es difícil prever la reacción que estudiantes y docentes pudieran tener en los planteles en caso de presentarse una emergencia.
Más allá de que los estudiantes falten a las escuelas, la violencia perpetrada por el crimen organizado conlleva a la rotación del personal docente, lo que limita las oportunidades de aprendizaje y el desarrollo académico de los estudiantes. A eso hay que agregarle el reclutamiento de niños, adolescentes y jóvenes que aspiran a pertenecer a las células delictivas, indicó el director de Investigación de Mexicanos Primero Sinaloa, Ángel Alberto Leyva Murguía.
“En entornos violentos las afectaciones se dan sobre el derecho a aprender en términos generales, es decir, el derecho a aprender consiste en estar en la escuela. Cuando hay violencia los estudiantes no van, los docentes también se ven afectados y tampoco van”.
“Cobertura es lo que no estás atendiendo, además de eso, las cuestiones emocionales, el impacto en los estudiantes. El miedo, la angustia, el estrés, la ansiedad que llega a generar cuando estás bien, no te permite aprender. Entonces, ni vas, ni vas ni aprendes, ni mucho menos participas”.
En ese sentido, Diego, docente entrevistado, también comentó que haber regresado a la modalidad en línea representa un golpe para la educación, debido a que la socialización es un pilar importante para el aprendizaje.
“Si el rendimiento académico bajó durante la pandemia fue porque teníamos a los jóvenes en casa, únicamente estudiando, privandolos de todo tipo de convivencia. Los jóvenes van a la escuela a convivir con sus amigos, a reír, a bromear, a socializar y de vez en cuando aprenden una que otra cosa”.
La violencia se extendió el fin de semana, los negocios cerraron más temprano sus puertas y al caer la noche pocos vehículos circularon, casi nadie se atrevía a seguir en las calles porque creían que algo podía pasar.
Con motivo de la tormenta tropical Ileana, el viernes las clases fueron canceladas a temprana hora en todos los municipios, modalidades y turnos; sin embargo, durante la madrugada un hombre decapitado fue localizado a un costado del Parque 87, en Culiacán; en la Pitahayita fue encontrado otro hombre asesinado, en el poblado de Monte Verde militares mantuvieron un enfrentamiento con civiles armados a quienes decomisaron armas largas, cartuchos y lanzagranadas.
A pesar de que el fenómeno meteorológico de Ileana se manifestó, los días siguientes continuó la crisis de inseguridad.
Carolina, maestra de preparatoria a quien le fue cambiado el nombre para proteger su identidad dijo que los docentes y los padres de familia se encuentran en un escenario complejo ante esta ola de violencia, pues el riesgo de quedar en medio de un enfrentamiento los obliga a seguir con las clases en línea, al tiempo que los estudiantes han perdido el enfoque de las clases.
“Los jóvenes honestamente, difícilmente se concentran, si te soy honesta tratan de enfocarse; sin embargo, en lo que son las redes sociales, la realidad que les alcanza está rebasando tanto la función educativa como de aprendizaje, todo ese lado humano se está quedando en suspenso”.
Recordó que después del lunes 9 de septiembre, a pesar de que las autoridades educativas sabían que había personas armadas transitando en la vía pública, tuvo que acudir en un par de ocasiones a las escuelas donde trabaja a dar clases de forma presencial, ahí, dijo, algunos alumnos tenían miedo, estaban ansiosos o incrédulos.
Además, Carolina, en su cumplimiento como docente, fue testigo durante su traslado de la presencia de grupos armados al tener que ir a las afueras de la ciudad, debido a que allá está una de las escuelas donde trabaja.
“Como a los 10, 20 minutos de haber llegado a mi domicilio el martes, hubo un enfrentamiento cercano de donde yo pasé, imaginate el estrés y sobre todo el sentimiento de impotencia”.
“Me parece que esa medida que había tomado la Sepyc, me parecía netamente absurda, y sé que muchos de mis compañeros, tanto directivos, docentes de otros subsistemas, sistemas, niveles de educación, están compartiendo ese mismo sentir, me parece que cualquiera podemos estar en riesgo en ese sentido”.
La mañana del pasado 17 de septiembre, fue publicado un video de la titular de la Sepyc, Catalina Esparza Navarrete, en el que criticó que un plantel educativo se encontraba vacío a pesar del exhorto de la dependencia de regresar a clases presenciales. Ese día, padres y madres de familia colocaron una manta en la entrada de la escuela secundaria Técnica Número 1 para rechazar el regreso a clases, luego de que el Gobernador de Sinaloa diera banderazo a un operativo para que las corporaciones de seguridad estén más cerca de los planteles educativos.
Al día siguiente, un total de 465 elementos de la Policía Estatal Preventiva, Guardia Nacional, Policía y Tránsito Municipal desplegaron operativo desde la mañana.
Cabe mencionar que el colectivo de búsqueda Sabuesos Guerreras ha contabilizado desde el pasado 27 agosto casi 80 personas desaparecidas, incluyendo adultos y jóvenes.