La manipulación: la forma de lograr lo que un miembro familiar quiere obtener de la empresa y la familia
La manipulación presenta, por lo general, unas dinámicas muy siniestras. Con tales mecanismos, quien ejerce este arte nocivo busca no solo tener el control, también aspira a generarte caos mental, inseguridad, nublar la autoestima y anular tu dignidad. Asimismo, tal y como describen en un artículo de Journal of Personality, esta característica es frecuente en las relaciones cercanas.
La toma de decisiones, la inclinación ante las propuestas para hacer un proyecto y la petición para actividades extraoficiales, son situaciones comunes en la empresa familiar, así como la manipulación que se puede presentar para que los fundadores, familiares y colaboradores actúen de cierta forma o cedan ante solicitudes. En pocas palabras, que actúen a favor de lo que ellos quieren.
Sin embargo, no todas las familias son conscientes de este juego de manipulación que influye en sus decisiones, elecciones, acciones e incluso ritmo de empresarial y de trabajo, ya que ésta se puede dar de diversas maneras.
Existen comportamientos poco honestos que afectan directamente la dinámica familiar la forma en que la familia interactúa entre sí y toma decisiones y uno de ellos es la manipulación.
De acuerdo con Philippe Breton, sociólogo francés y autor del libro “La manipulación de la palabra”, indica que hay diversas técnicas de manipulación, pero en las empresas familiares se suelen aplicar tres:
Como el nombre lo dice, el objetivo es lo más importante y eso “justifica” todo lo que se hace para lograrlo, incluyendo la falta de consentimiento, es decir, engañando en la mayoría de los casos. Y en la familia y empresa esto implica jugar con las emociones y trastocar argumentos.
Este tipo de manipulación se da mediante la comunicación, ya que las personas que la practican son verbalmente habilidosas y “persuaden” a los demás, haciendo que “compren” una idea o proyecto, aunque no es viable, por ejemplo, iniciar un negocio que no es rentable.
Es una técnica de manipulación consciente y controlada que “se enfoca en mejorar la cercanía emocional mediante técnicas de sincronización corporal”. Esto quiere decir que quien manipula adopta, por ejemplo, conductas, gestos o manera de hablar similares a los de la persona a manipular.
Por lo general, es una práctica que sólo usan personas ya expertas en el arte de manipular, de modo que es regular que en la empresa lo apliquen los dueños o sus sucesores.
Otras formas de manipular son las siguientes:
1) La victimización y el manejo activo de la culpa,
2) La utilización del sarcasmo o el humor para criticar, minimizar y abatir la autoestima de los otros
3) La aplicación de la confusión.
El mecanismo más utilizado suele ser la victimización y el manejo de la culpa. Su fin: que los miembros de la familia sientan lástima, culpabilidad y responsabilidad por la situación creada o vivida, y que de esta forma accedan ante las demandas de “la víctima”.
Para lograrlo, la supuesta víctima, limitará los intercambios básicos; comunicación, atención, dinero; hará berrinches y ejercerá presión a través de los, papás, hermanos, hijos y los amigos. De la misma forma, podría evidenciar algún deterioro físico, mental, económico o social.
El segundo mecanismo es la utilización del sarcasmo o el humor para minimizar a otros y posicionarse en una situación de poder. En este caso el que juzga ridiculizará a los miembros de la familia haciéndolos sentir inferiores.
El tercer mecanismo es la aplicación de la confusión. Éste se suele utilizar cuando las otras dos tácticas no han funcionado. Por ello, recurrir a él implica escalar en el nivel de maquiavelismo que se está adoptando. En esos casos, el manipulador hará uso de la mentira, la tergiversación de los hechos, la creación de situaciones y problemas inexistentes con soluciones engañosas, la amenaza, posponer conscientemente y con excusas la resolución de una situación para que la familia se acostumbre a vivir de esa forma.
La manipulación tiene como objetivo influir en las acciones y opiniones de los miembros de la familia, controlar la toma de decisiones de negocio y obtener beneficio propio. Como señala Merriam-Webster. “La manipulación de una persona, por lo general, durante un período prolongado de tiempo que hace que la víctima cuestione la validez de sus propios pensamientos, la percepción de la realidad o los recuerdos y, habitualmente, conduce a la confusión, la pérdida de confianza y autoestima, incertidumbre de la propia estabilidad emocional o mental y una dependencia del perpetrador”.
Independientemente del tipo o técnica de manipulación, quien la ejerce siempre busca un cometido: lograr u obtener lo que quiere. Aunque hay cosas en que se da de manera inconsciente, lo ideal y lo más adecuado es optar por la comunicación clara y asertiva, que, de entrada, permite tener un diálogo honesto que mejore la relación familiar y se logren los objetivos en común, sin perjudicar en la medida posible a ningún miembro de la familia sin necesidad de manipular. “Cuando manipulas a otros, tu nivel de atención disminuye y te conviertes en presa, porque has caído al plano de la manipulación”. Frederick Lenz.
Protégete de los manipuladores: Los tienes muy cerca. Un manipulador puede ser tu pareja, tu mejor amigo, tu padre o madre, un hermano y hasta un compañero de trabajo. Son personas que utilizan tácticas emocionales y psicológicas con el fin de satisfacer sus necesidades utilizándote. Y para ello, su lenguaje busca socavar tu confianza y autonomía.
Te encontrarás, sobre todo, con el juego de la culpa y la victimización. Son sus preferidas. Procura detectar las señales lo antes posible para salir ileso de esas relaciones que, por lo general, dejan serias secuelas por tratarse de personas que quieres. De igual modo, si has mantenido un vínculo muy dilatado en el tiempo con un perfil de estas características, solicita ayuda profesional de un especialista.