Hotel Costa de Oro, un legado familiar y de total crecimiento

Belizario Reyes
28 diciembre 2023

Inició como bungalows en una zona donde no había nada alrededor, pero don Ramón Castro Somera descubrió que esa costa valdría oro; el nombre surge al encontrarse en ese lugar una pepita de oro; ahora los hermanos Alejandro y Elizabeth Castro Carrillo son actualmente los propietarios de este hotel ubicado a la orilla de la playa, en la Avenida Camarón Sábalo, en plena Zona Dorada de Mazatlán, quienes han sorteado todo tipo de retos, los cuales han sabido sacarlos adelante y con gran visión para hacerlo crecer

MAZATLÁN._ En uno de sus viajes a Mazatlán, un hombre que se dedicaba a la minería vio que en las playas de lo que ahora es la Zona Dorada llegaban extranjeros a cazar patos y se quedaban en unos pequeños bungalows, por lo que decidió incursionar en ese negocio, que fue el inicio de lo que a 50 años de distancia hoy es el Hotel Costa de Oro.

Dicho hotel con sus colores naranja, rojizo, ya patentados y que asemejan una puesta de sol, cuenta actualmente con 289 habitaciones y da trabajo a más de 250 personas, que con su esfuerzo le llevan el sustento a sus familias.

Originario de la comunidad de El Tambor, en el municipio de San Ignacio, don Ramón Castro Somera, antes de los varios negocios que tuvo era minero, extraía oro, lo cargaba en burros y sorteando las vicisitudes de la época como los asaltos en el trayecto lo traía a vender a Mazatlán, recuerda ahora su nieto Alejandro, que junto con su hermana Elizabeth Castro Carrillo, son actualmente los propietarios de este hotel ubicado a la orilla de la playa, en la Avenida Camarón Sábalo, en plena Zona Dorada de Mazatlán.

“Entonces una de esas que viene a Mazatlán al saber que hay extranjeros que vienen a cazar patos, aquí enfrente donde tenemos el estacionamiento él construye unos bungalows donde se empezaban a hospedar estas personas”, continuó Alejandro.

“Y así empezó poco a poco sin querer hacer un hotel, surgió el hotel, de verdad no lo tenían planeado, luego llegó mi papá, mi papá fue el que lo creció, mi abuelo empezó con un pedacito y mi papá siempre fue el que tuvo la visión de hay qué hacer un hotel, hay que crecerlo, pero mi abuelo nunca quiso”.

En ese entonces su papá, Ramón Antonio Castro Gamboa, envió a su abuelo un par de meses a Puerto Vallarta, Jalisco, y cuando regresó ya vio todo enfrente de la playa que estaban empezando a construir.

“Había una casa que mi abuelo no quería tumbar y mi papá la tumbó y empezó a levantar las torres y fue algo que hizo a escondidas, pero que al final mi abuelo se lo reconoció de que él siempre tuvo la razón del hotel”, continuó.

Alejandro recuerda que su abuelo contaba que en dicho lugar encontró una pepita de oro y de ahí surgió lo de Costa de Oro, pero que él cree que eso era algo muy romántico.

“Yo creo que le surge la idea de pasar de ser minero a hotelero y Costa de Oro sale de ahí, de la minería”, rememoró.

Por su parte, Elizabeth Castro Carrillo recordó que de acuerdo con una persona que trabajó en el lugar, cuando su abuelo tuvo la visión de instalar su negocio en el lugar que actualmente ocupa el hotel, la gente le decía: “pero no hay nada alrededor, qué vas a hacer comprando ahí cuando todo Mazatlán está en el Centro, allá está el movimiento”.

“Y él dijo que sabía que en el futuro esa costa iba valer oro”, añadió Elizabeth.

Aunque antes no se utilizaban los protocolos como ahora que se tiene fecha de instalación de la primera piedra o de inauguración, de acuerdo con documentación más antigua que se tiene establece como fecha de fundación del hotel el 3 de septiembre de 1973, por lo que en este año cumplió 50 años, aunque por las altas temperaturas de ese mes se decidió realizar el festejo en diciembre.

“Empezaron los bungalows aquí enfrente, poquitos bungalitos, luego hay algunas fotos que hemos descubierto de la primera alberca de aquí de este lado de la calle del hotel, la alberca estaba a pie de calle y al lado había un poste de luz, así era bien rústico, pero como todos los comienzos de grandes historias todos comienzan por inicio humilde y era la alberquita frente de la calle y aparte era Motel Costa de Oro, ya el cambio a hotel no sé cuándo fue, pero sí eran muy poquitos cuartos, el color era blanco”, añadió.

“Empezaron yo creo que habrán sido yo creo que ni 50 cuartos, era muy chiquito”.Cuando se incrementó la llegada de turistas fue cuando su papá tuvo la visión de crecer el hotel.

“Él siempre tuvo la visión de hacerlo algo más, ya que empezaban a haber otros hoteles, porque no fuimos los primeros de la zona, pero fuimos de los primeros y él quiso más, él tuvo la visión de crecer, él también había vivido en Estados Unidos, tuvo la oportunidad de ir a la escuela, a una escuela militar, como que de allá también vio algo diferente y dijo hay que hacer algo diferente aquí también”.

La fecha formal de su origen

Alejandro manifestó que le han dicho que el origen del hotel se remonta a más de 50 años.“Pero cuántos, no sabemos, pero son 50 años a partir de una escritura ya hecha, entonces ya formalizado fue el 3 de septiembre de 1973”, continuó.

“Ahorita el hotel está dividido en dos secciones, está dividido en dos porque hay otra sección pasando la calle, en esa sección tenemos 60 cuartos y en esta sección (que da a la playa) tenemos otras 229 habitaciones, siendo un total de 289”.

Apertura de Supercarretera Mazatlán-Durango
fue un parteaguas para el hotel Costa de Oro

La apertura de la Supercarretera Mazatlán-Durango el 17 de octubre del 2013 fue un parteaguas para el Hotel Costa de Oro, pues sus ocupaciones crecieron mucho.

“A raíz de la carretera de Durango, el turismo en nuestras ocupaciones crecieron muchísimo, yo no tengo la experiencia de haber estado antes (al frente del hotel junto con su hermana), veo los números y sí veo que no tiene nada que ver, es un parteaguas, ahorita tenemos una ocupación más alta que el promedio de la ciudad y eso es algo que también hemos impulsado mucho”, subrayó Alejandro Castro Carrillo.

“Hemos trabajado mucho con el equipo porque tenemos qué salir adelante, ahí vienen más hoteles de cadena, hoteles más reconocidos y no nos podemos quedar atrás, entonces como decía mi hermana hace rato: yo creo que estamos haciendo un muy buen trabajo en mejorar procesos, en mejorar capacitaciones y el resultado se refleja no nada más en los números sino en la gente, se refleja en los huéspedes, se refleja en nuestros colaboradores y no solamente de aquí de oficina sino en los colaboradores de cualquier posición que veas abajo limpiando, meseros, seguridad, todos se ven con esa capacitación más profesional, pero sin perder esa calidez”.

También se ve abajo en los cuartos que se han estado remodelando poco a poco con dinero del mismo hotel porque no se quería descuidar esa parte, estar otra vez en el nivel que estuvo hace años el hotel y ser más competitivos, innovar, por lo que está muy bien.

Elizabeth coincidió con su hermano en que la apertura de la nueva Supercarretera Mazatlán-Durango fue un parteaguas para Mazatlán en general.

“Yo siento y me siento muy afortunada de que vamos como con la inercia que trae Mazatlán ahorita, yo me acuerdo más bien creciendo aquí cuando iba a otras partes de México me preguntaban de dónde eres, de Mazatlán y siempre me decían ese lugar tiene mucho potencial y es como que no es un cumplido, pero era cómo que la gente veía que Mazatlán era un lugar especial, pero se sentía de alguna manera como abandonado”, recordó en la entrevista realizada por Noroeste, tanto a ella como a su hermano en dicho hotel.

Se suma Costa de Oro a la inercia que trae Mazatlán
de creciemiento, recalca Elizabeth

Elizabeth Castro Carrillo recalcó que como empresarios jóvenes está muy padre seguir esta inercia que trae Mazatlán en general, que fue donde nació su papá y tanto él como su abuelo vivieron prácticamente el resto de sus vidas en esta ciudad.

“Vemos a Mazatlán como una ciudad que se va a colocar como de primer nivel aquí en México y en el hotel no nos queremos quedar atrás, sabemos que tenemos una ubicación muy privilegiada, o sea, estamos en el puro centro, tenemos una playa muy bonita donde la gente se puede bañar, no hay ningún problema de que la marea esté muy fuerte, realmente meterte aquí a la playa es como una alberca con olas”, añadió Elizabeth.

“Entonces creo que todas esas cosas que tenemos a nuestro beneficio obviamente las sabemos usar como herramienta para impulsar el hotel, pero sabemos también la responsabilidad que nos corresponde en seguirnos innovando, mantenernos para seguir con la competencia, seguir a la par, no confiarnos nada más porque tenemos buena ubicación, porque tenemos una marca ya de renombre, al contrario, eso lo tomamos como un compromiso muy grande y queremos seguir creciendo y actualizándonos”.

La reconstrucción para el crecimientoElizabeth Castro Carrillo dijo que no puede hablar por lo que vivieron su papá y su abuelo porque solamente sabe historias, pero sí sabe que en este medio siglo de historia del Hotel Costa de Oro hubo muchas dificultades.

“Como hotel y estando obviamente en la playa vinieron unos malos tiempos que se llevaron literalmente parte del hotel las tormentas, reconstruirse después de una tormenta es obviamente muy costoso, pero también el desgaste emocional de ver como la playa (el oleaje) se lleva parte de tu hotel no me quiero imaginar lo que se ha de haber sentido, pero ese fue un gran obstáculo: reconstruir lo que se llevó en ese año un ciclón que tuvimos”, manifestó.

Recordó que cuando llegaron su hermano y ella como propietarios del hotel lo primero que hicieron fue enfocarse a reconstruir, había partes que sí estaban muy desgastadas y tuvieron realmente que planificar para que esto volviera a ser negocio, se volviera a reconstruir para que quedaran instalaciones en las que los huéspedes pudieran venir a disfrutar.

Al ser un negocio familiar también fue como un obstáculo, pues a veces su papá y su abuelo no estaban siempre en el mismo canal.

Los huéspedes de Hotel Costa de Oro son más nacionales que extranjeros, éstos últimos empiezan a llegar en octubre, noviembre, ya que vienen de Estados Unidos o Canadá donde hace mucho frío y vienen a refugiarse al calor de Mazatlán.

Con mentalidad joven, unidos y sin distracciones
seguimos creciendo: Elizabeth

Elizabeth recordó que cuando su hermano y ella se hicieron cargo como propietarios del hotel, mucha gente, y lo decían abiertamente, les decían que la tercera generación era como ya el fin de una empresa y como estadísticamente ya una empresa familiar no seguiría más allá y como que no creía la gente mucho en ellos, quizás también porque eran jóvenes.

“Pero realmente nosotros tenemos una mentalidad yo creo diferente a las personas de nuestra edad, o sea ya teníamos una mentalidad de querer impregnarnos en el negocio, nunca nos dio como por las distracciones, entonces sí veníamos muy, muy enfocados y creo que también el hecho de que la gente no creía en nosotros lo usamos como para probar un punto de alguna manera: de que nos apoyen o no nos apoyen o crean en nosotros como familia, como hermanos, como socios estamos súper unidos y realmente queremos hacer las cosas bien”.

También expuso que llegaron con una mentalidad muy humilde en el sentido de que sabían que había mucho qué aprender y llegaron sin miedo a preguntar.

“Creo que otros empresarios a lo mejor incluso con más experiencia y más edad a veces no se atreven a preguntar o a veces no se atreven a ver la parte que no conocen, de cómo llevar su negocio, porque con tanta tecnología e innovación que hay uno tiene que actualizarse y nosotros la verdad no tuvimos miedo de eso, por lo menos yo dije: me meto a la escuela otra vez, ni modo, ya tenía una Maestría, ya tenía una carrera establecida, pero dije no importa, de donde tenga que empezar, lo que tenga qué aprender, entonces no tuvimos miedo de meternos a esa parte como estudiantes de la gente con la que trabajamos, estudiantes el uno del otro y de nuestras carreras también”, señaló.

Dio a conocer que se sabe que lo de hoy en la hotelería es el todo incluido y las instalaciones del Hotel Costa de Oro no estuvieron construidas en un inicio para ello, porque antes eso no era la hotelería.

“Entonces parte de nosotros irnos también innovando, irnos adaptando a las necesidades del cliente, hemos incluido eso que nos han pedido que es el todo incluido, entonces ahorita ya contamos con diferentes áreas de servicio, con diferentes restaurantes de diferentes especialidades, varios tipos de comida, tenemos un restaurante Italiano, tenemos comida mexicana, comida oriental, tenemos espectáculos también, shows para la gente como entretenimiento, entonces eso es en lo que hemos estado trabajando también, no nada más en la remodelación, sino también acercarnos a lo que está en el mercado que es el todo incluido”.

La confianza y fidelidad de los huéspedes

Alejandro Castro Carrillo manifestó que hay huéspedes que tienen más años viniendo a dicho hotel que él de vida y eso deja mucho qué decir y la verdad es algo que tienen qué vivir.

“Podrán vivir la experiencia de playa en otros destinos, pero no hay como Mazatlán, no hay como Costa de Oro, la verdad la gente me dice que se siente en casa, cómo la gente los trata en restaurantes, cómo los reciben y la verdad es que si quieres explorar la ciudad tenemos la mejor ubicación, estamos en el punto centro, si quieres al Centro de la Ciudad te vas para allá, si te quieres ir al nuevo Mazatlán te vas para acá“, reiteró Alejandro.

Un camino de crecimiento en una generación diferente: Alejandro

Alejandro dio a conocer que en estos 50 años de historia del Hotel Costa de Oro unos 42 a 48 fueron un negocio de su abuelo y su papá.

“Y estos últimos 8, 9 años han sido una transición a un negocio de nosotros, es una generación diferente, tenemos un pensamiento diferente, queremos hacer las cosas bien con mi hermana, pero también queremos hacer las cosas a nuestra manera, creo que mucho al principio fue qué haría mi papá, qué haría mi abuelo, qué los harían sentir orgullosos”, expresó Alejandro Castro.

Es un negocio familiar: Elizabeth

Elizabeth señaló que Costa de Oro que empezó siendo un negocio familiar, sigue siendo un negocio familiar y así se le ve a largo plazo.“Pero creo que el reto para nosotros ha sido llevarlo a que sea un proceso y una operación también ya más sistematizada, más profesional, estandarizada como cualquier hotel de cadena, ese ha sido nuestro objetivo, que tenga todavía la calidez de que es un negocio familiar”, continuó.

“Nosotros como dueños creo que tenemos la oportunidad de venir y sentir a los huéspedes, sentir que se la están pasando bien y eso es tan importante como cualquier otro objetivo que tengamos para la empresa, es sentir que a los huéspedes les gusta y eso es algo muy familiar porque sí tú no tienes ninguna conexión con la empresa, literalmente de sangre que es tu legado, pues a lo mejor es como que tu trabajo y ya a las cinco te vas a tu casa y ya lo dejas ahí, pero para nosotros es un legado familiar, es un hogar, aquí crecimos”.

Por ello dijo que se siente ese calor como empresa familiar, sin embargo, es muy importante para ellos y para beneficio de todos que lleven un proceso ya de operación de una empresa de nivel mundial, sistematizar, contratar gente que sí sabe, y como propietarios también aprender de la gente que contratan ha sido algo muy importante porque también hay empresas familiares donde no se suelta mucho la operación por decir que esa es su empresa, ellos la formaron y así les gustas, que es algo que hacían mucho su abuelo y un papá.

“Pero nosotros sí tenemos esa apertura de decir sí es empresa familiar y queremos que siga siendo, pero hay una manera de hacer las cosas para tener mejores resultados, entonces creo que eso ha sido nuestro reto y creo que lo estamos haciendo bastante bien”, reiteró la propietaria del hotel.

Añadió que al ser una empresa familiar la gente que trabaja con ellos se queda durante muchos años y ahí construyen como su hogar, los mismos empleados se ponen la camiseta bien puesta.

“Y creo que mucho puede ser porque ellos tienen este tacto con la familia, ellos nos vieron crecer, entonces como que sienten esa relación, también saben que nosotros los apoyamos como personas, creo que el tener una cara detrás de la empresa, el tener una cara que saben que siempre va estar la familia Castro para ellos, creo que eso también da un gran respaldo a diferencia de trabajar para un hotel de cadena que a lo mejor te ponen ahí unos valores de la empresa, pero a lo mejor esos valores son sólo palabras”, recalcó Elizabeth.

“Aquí realmente vivimos esos valores de integridad, de congruencia como familia que somos y se siente un ambiente como muy apasionado, eso se transmite a los huéspedes, justo en el aniversario que tuvimos ahora nos preguntaban qué capacitación dan a los empleados para que tengan esa sonrisa, qué capacitación dan para que tengan como ese calor en el servicio”.

Reiteró que sí hay capacitación constante, pero no hay capacitación que pueda enseñar a controlar las emociones de esa manera, es algo que ya se trae, ya se siente, que también es algo muy mazatleco que son muy cálidos, pero específicamente en el hotel los caracteriza ese servicio tan bonito.

Nuestro proyecto más grande es garantizar la seguridad y el crecimiento de la empresa, afirma Alejandro Castro

Alejandro informó que se tiene un proyecto a futuro, que apenas se tiene este año planteándolo.

“Pero nosotros no nos manejamos mucho de estar hablando públicamente de nuestros proyectos hasta que ya se empiezan, nosotros preferimos trabajar en silencio y dejar que el trabajo hable por sí sólo, entonces ahorita está en planes, pero es un proyecto muy emocionante la verdad, cada vez que tocamos el tema no puedo dormir de la emoción”, continuó.

“Además de tener esta responsabilidad como empresarios también tenemos la responsabilidad como ciudadanos, no es nada más construir un negocio para nosotros, es hacer algo que impulse a Mazatlán, algo que ayude a generar empleos, algo que le dé valor, que haya más propuesta turística, que la gente tenga más cosas que hacer, entonces en realidad ganamos todos”.

Añadió que con estos proyectos que se tienen además de impulsarse ellos como propietarios van a impulsar a Mazatlán y darle también más seguridad a sus colaboradores porque también ellos son su responsabilidad.

“A final de cuentas sí esto es un negocio, pero es una responsabilidad, nosotros le damos trabajo a más de 250 personas y esas personas tienen familias que tienen qué comer, familias que tienen qué ir a la escuela, entonces nuestro proyecto es garantizar la seguridad y el crecimiento de la empresa por el bien de nuestros colaboradores”, precisó Alejandro.