En sentido contrario
Recientemente, el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la compra a la empresa española Iberdrola de 13 plantas de electricidad, que es la segunda compra que hace a una empresa extranjera de activos, pues meses atrás anunció haber comprado a Shell el 50.05 por ciento de la refinería de Deer Park, ubicada en el estado de Texas. Muchos simpatizantes de la 4T aplaudieron estas adquisiciones y cacarearon sus posibles beneficios. Pero si analizamos al detalle ambas operaciones dentro del marco de lo que está sucediendo a nivel global me parece que nuestro país va al revés de lo que está sucediendo en el mundo.
Para entender bien las cosas, déjenme decir que las grandes empresa y bancos más importantes del mundo avisaron a sus clientes y proveedores que a partir de 2030 es obligatorio que todos ellos no sean empresas contaminantes y que tendrán que implementar programas que vayan disminuyendo sus emisiones de carbono. En el caso de los grandes bancos, se comprometieron a no financiar proyectos contaminantes y dar prioridad a financiar, en los próximos 7 años, proyectos que reduzcan la huella de carbono. En el caso de la industria automotriz se comprometieron en que para 2030 por las mismas razones producirán solo vehículos eléctricos o de otro tipo, pero ninguno que genere contaminantes.
Este anuncio no una ocurrencia o un cambio de perspectivas del negocio, sino producto de un cambio generacional que ya está ocurriendo, conforme las generaciones de Baby Boomers se jubilan y dejan su lugar a las generaciones de millenials y zentenials, que en su mayoría son los clientes con los que las grandes empresas y bancos van a tener en los próximos 40 años. Ellos son los que presionan a que estos cambios ocurran. Exigen que sus recursos se utilicen en mejorar el planeta que les vamos a dejar y evitar el calentamiento global, el cual empieza a hacer crisis en varios países del orbe y en los cascos polares.
Conociendo estas razones, Shell e Iberdrola y muchas empresas globales, desde hace 2 años, habían contratado a despachos especializados en la compra-venta de grandes empresas para promover la venta de activos contaminantes, ya que, sus inversionistas exigen que las empresas donde invierten sean verdes o estén reduciendo fuertemente su huella de carbón. Pues ya no se trata de ser verde por ser amigables con el medio ambiente, sino para estar actualizados y porque si no lo hacen, el precio de sus acciones se derrumbará en los mercados bursátiles de todo el mundo.
Este tema ya es evidente en el medio empresarial a nivel global, en México todavía no permea en la cultura empresarial y mucho menos en el gobierno. Así como tampoco en la cultura general de la población mexicana. Las compras de Pemex de la refinería y de CFE de las plantas generadoras van en el sentido opuesto a lo que sucede globalmente, pues incrementarán la huella de carbono de las dos empresas, y el país da la imagen de que no es congruente con lo que sucede en el mundo. Habrá que generar acciones, como sociedad y gobierno, para explicarles a la población y a los empresarios que, si no alinean sus objetivos a reducir su huella de carbono en los próximos 10 años, hacia 2035 tendrán problemas de crecimiento, atracción de inversiones y que nos podríamos aislar del mundo.
Otra manera de explicar lo anterior es la siguiente; En enero de este año Pemex salió al mercado mundial de valores a colocar deuda pública por 1,000 millones de dólares 10 años. Como esta deuda es avalada por el Gobierno mexicano, sería una colocación relativamente fácil a una tasa de 1.00 – 2.00 por ciento por encima de la deuda soberana nacional que cotiza en dólares, para quedar en 5.50 por ciento. Pero no sucedió así, Pemex acabó con una tasa escandalosa, muy alta, de 10.35 por ciento por los $1,000 millones de dólares. La razón, es que el mercado castigó a Pemex por no tener un plan para disminuir sus emisiones de carbono y por mantener niveles muy altos de emisiones de carbono contaminantes. En cambio, Shell e Iberdrola invertirán el dinero producto de la venta en construir parques eólicos en Europa y obtener hidrógeno verde para sustituir hidrógeno gris en el caso de Shell; Iberdrola usará el dinero para construir parques solares y eólicos de última generación, qué diferencia, ¿por qué no se hizo lo mismo? La política y lo urgente siguen ganando.
Me preguntan en cuanto al tipo de cambio peso-dólar ¿En niveles actuales es compra? Varias encuestas ubican el tipo de cambio para fin de año en $19.50, cierra la semana en niveles de $17.99 Interbancario. En niveles de $18 o abajo, lo recomendable es acumular.