Lo bueno, lo malo y lo feo del coronavirus
"Ante esta contingencia, el médico Giordano Pérez Gaxiola sugiere mantener la calma y si hay algún síntoma, acudir al médico"
Pasó lo inevitable. Llegó el coronavirus a Latinoamérica. Al 6 de marzo del 2020 hay casos confirmados en México, Chile, Brasil, Argentina, Ecuador, Costa Rica, República Dominicana. Y ahora, ¿qué sigue?
Los escenarios posibles son que sigan apareciendo casos importados aislados, que se hagan brotes pequeños que se puedan contener, o que se haga una epidemia grande.
Lo bueno. En la mayoría de las personas el coronavirus causa una enfermedad leve. La mortalidad reportada en Wuhan al inicio de la epidemia ha sido mucho menor en otras partes del mundo. Tal vez sea aún menor porque muchos casos leves pudieran no atenderse, estudiarse o confirmarse. Y, por alguna razón que aún no se conoce, los niños parecen defenderse muy bien del virus. Sí se contagian, pero se complican poco o nada.
Lo malo. Aún cuando la mortalidad pudiera ser baja, existen poblaciones vulnerables como los adultos mayores y las personas con enfermedades crónicas. A ellos debemos proteger. Como en la mayoría de las personas fuertes y sanas la enfermedad puede ser leve, podría pasar que bajemos la guardia y no sigamos al pie de la letra las medidas de prevención. Ahora más que nunca es importante que si tienes fiebre y tos no vayas a trabajar, o si es un niño quien tiene esos síntomas mejor que no vaya a la escuela.
Lo feo. La propagación del miedo, alimentado por las noticias y las redes sociales. La diseminación de supuestos tratamientos que no están fundamentados, la exageración de tratamientos que tienen apenas pruebas in vitro y no en humanos (como la cloroquina, el interferon y el remdesivir), la divulgación de intervenciones preventivas falsas o que en realidad son inútiles (como la vitamina C y el ajo), y las personas que aprovechan la histeria para ganar dinero con esos productos. Las compras de pánico de cubrebocas, que no sirven de nada para una persona sana en la calle, pero que son necesarios para el enfermo o para los profesionales de la salud en hospitales.
Entonces, ¿qué sigue? Mantener la calma. En un país con casos importados aislados sólo hazte dos preguntas, ¿viajaste a una región con transmisión activa del virus?, ¿estuviste en contacto con un paciente confirmado? Si ambas respuestas son no, lávate las manos y sigue con tu vida. Si alguna de las dos respuestas es sí, o si tienes fiebre y tos seca (los dos síntomas más frecuentes de esta enfermedad), llama a tu médico.