Las malas influencias
Las malas amistades son o eran gran preocupación para los padres porque bien saben por experiencia propia la influencia de los amigos en los hijos es muy poderosa, si eso era así antes, hoy es peor porque muchos compañeros de la escuela no están siendo bien atendidos y educados por sus padres, si no tienen quien les guíe, les corrija y les enseñe a ser buenas personas, aprenderán de lo que tienen a mano literalmente: Tablet, celulares, televisión, que no son precisamente fuente de buenas maneras, buenos sentimientos y buenos valores.
Si se comienza a educar a los hijos en estos temas los harán suyos con naturalidad y no estarán tan propensos a dejarse manipular o influenciar por las malas compañías, es muy difícil vivir haciendo cosas que van contra nuestros principios, ni siquiera se harán amistades de ese tipo, y tendrán la capacidad de esquivarlos sin enemistarse.
Luego entonces lo primero que hay que hacer desde bebés es darles buenos principios, valores firmes, para hacerlos suyos no necesitan discursos, solo saber por qué y que nos vean practicarlos, es decir una rápida explicación con ejemplos prácticos y yo mamá o papá haciendo lo que digo que es importante. Si se logra asentar en su cerebro y corazón buenas ideas, cuando aparezcan las malas que lo harán en algún momento, no lograrán quitar de su asiento de primera fila a las buenas que ya están.
A lo mejor hay algún rato de rebeldía pero regresará, el punto es que esta clase de cosas solo se logran en la vida familiar, si no la hay lo más probable es que esos hijos sean las malas influencias para otros, vida familiar no es estar cada quien en lo suyo, vivir bajo un techo que no es de un hogar sino de un hotel, si no hay convivencia, buena comunicación tareas compartidas, ayuda mutua y muy importante respeto y muestras de cariño, no es familia ni hogar al que se quiera volver sino más bien buscar pretextos para no volver.
Casi seguro que en el salón de clases de los hijos habrá más de algún compañero que no nos guste como amigo, pero los regaños o castigos y algunas restricciones serán más un parche que una solución, además de desatar la rebeldía y el mal ambiente.
Los hijos especialmente los pequeños imitan los comportamientos de los que están más cerca de ellos; por eso si los padres crean una buena y sólida conexión con sus hijos entonces la influencia de sus compañeros será menos profunda y más probable que sean ellos los líderes más influyentes que logren crear ambiente de camaradería entre todos y de ayuda mutua.
Aparte de comenzar bien temprano la educación de los hijos también sería de gran ayuda planificar el tiempo en familia, los problemas empiezan cuando la escuela, los deportes y actividades nos tienen demasiado ocupados y nos impiden pasar tiempo con la familia, hay que asegurarse de encontrar tiempo diaria y semanalmente para conectar con sus hijos, trabajando, jugando, conversando y rezando juntos, los momentos en familia deben tener prioridad máxima en el calendario de los padres si quieren tener una influencia significativa en el comportamiento de sus hijos.
Además es importante enseñarles a manejar situaciones difíciles, se necesita la convivencia para poder darse cuenta si un hijo está pasando por una situación difícil y no podemos sacarle de ella, puede ayudar presentar un cambio de roles en las conversaciones, preguntarle por ejemplo “¿Qué te gustaría que sucediera en esa situación? Y representar el papel del amigo y enseñarle a desenvolverse para conseguir el resultado que quiere.
Pero también es recomendable dejar bien claro en sus hijos cuando tienen que recurrir a la ayuda de un adulto. Al educar a los hijos y darles un buen consejo para afrontar los problemas antes de que surjan, los papás se convierten en los expertos a los que quieren recurrir en tiempos difíciles.
Durante los primeros años de la infancia se tiene bastante influencia y control (que hay que aprovechar) sobre con quién pasan tiempo sus hijos, al fin ellos no son capaces de organizar su calendario social, pero a medida que crecen necesitan libertad para crear su propio grupo de amigos, entonces cuando llegan a cierta edad, y aquí hay un factor que supone una gran diferencia en los tipos de amigos que escoge, lo que se aconseja es abrir las puertas de la casa y que sea la casa donde los amigos de los hijos quieren pasar el rato.
No se trata de convertirse en el padre que les compra las primeras cervezas pero sí el que tiene los juegos a los que les gusta jugar y comida que les gusta, hay que buscar ser adultos influyentes para los amigos de los hijos.