La pornografía que nos rodea
Resulta que en el campo de la psicología y la neurociencia están a todo lo que dan con la investigación, lo que tenemos que agradecer porque la atención a muchos padecimientos hoy está muy ayudada con soportes científicos que curiosamente ya no se atiene tanto a las drogas que no curan como todas las drogas y menos otra droga como es la pornografía.
El punto es que la pornografía actúa directamente sobre el sistema de recompensa del cerebro como todos los vicios, precisamente por eso es tan fácil caer en ellos, y este vicio como todos los demás ha existido supongo desde que pasamos a ser homo sapiens, pero resulta que antes de los años 90, no existía el vicio del internet “¿Señora es dueña de este teléfono? No. El teléfono es mi dueño”, a partir de esos años las mejoras tecnológicas hicieron que internet fuera accesible a todos.
Y como todo adelanto científico tiene sus lados buenos y malos según en manos de quien caiga y el uso que le den, nos sirve mucho como protección en tiempos tan violentos, para estar en contacto con la familia, ya sabemos que tan útil es y le sacamos mucho provecho, pero también es causa de males en la familia porque al alcanzar el nivel de vicio se desconecta uno de la familia, y en manos de los chicos ya sabemos cuánto daño hace a su desarrollo, ya están señalados los milenials como los menos inteligentes de los humanos de todos los tiempos y eso que información no les falta, son los menos instruidos, educados y los más superficiales, sus sueños son ser influencers que hablan de todo sin saber lo que dicen pero ganan mucho dinero dicen y eso es muy importante.
Y sí, se nos ha facilitado la vida a todos y entre esos todos están quienes tienen el vicio de la pornografía y la pederastía que además y si nos dejamos por estar metidos en el aparatito, terminarán siendo legales
Con el crecimiento del internet se da el aumento del consumo de pornografía, un estudio danés reveló que más del 50% de los hombres y 20% de las mujeres entre 18 y 30 años consumen pornografía semanalmente.
Las cifras son más aterradoras cuando se analiza la exposición a la pornografía de los adolescentes menores de 18, más del 90% de los chicos y 60% de las chicas han estado expuestos a la pornografía por internet.
Para la muchas personas, ver pornografía es una forma de entretenimiento, muy baja desde luego, porque es usar como cosas a las personas, dejar de lado su dignidad y respeto que merecen como personas no importa la edad que tengan, el consumo de pornografía comienza ocasionalmente; el informe de Save The Children asegura que mayoría de los casos el primer acceso ocurrió de manera accidental, seguro que a muchísimos nos ha pasado que buscando algo en internet nos aparecen páginas de eso, te enoja y lo quitas inmediatamente, uno sabe porque está en nuestro ADN que está mal, pero la curiosidad gana a muchos que luego directamente lo buscan, para atrapar un vicio no se necesita mucho tiempo, y no es inofensivo ni la primera vez por accidente y curiosidad.
Decía que la pornografía actúa sobre el sistema de recompensas del cerebro, este circuito es el responsable de experimentar placer, que a su vez está regulado por una sustancia llamada dopamina, es decir que inunda al cerebro con dopamina y en cuanto el nivel de dopamina comienza a bajar la persona busca más y se convierte en un ciclo compulsivo, y se comporta como cualquier otro tipo de adicción.
Por desgracia aún no hay estudios concluyentes sobre el tratamiento para esta adicción, hoy las principales medidas para ayudar a quienes sufren de este problema son la psicoterapia, la terapia cognitivo-conductual y en casos más graves medicación antidepresiva o ansiolítica.
Muy importante que los padres, profesores y tutores sean conscientes de este problema y estén atentos a las señales de cambios en el comportamiento de los chicos y sobre todo presten mucha atención a los contenidos que consumen los menores mientras utilizan los teléfonos, tabletas y otros dispositivos con acceso a internet el nivel mundial de tráfico de estos contenidos proviene de dispositivos móviles, las justificaciones como el respeto a la intimidad del menor no deben ser más importantes que su seguridad y salud mental.
Para los adultos, si el consumo de pornografía se interpone en las actividades cotidianas o es más atractivo que la vida social real necesita consultar con un profesional de la salud (médico o psicólogo) pues son signos del problema.
Tener en cuenta que todos estamos bombardeados de pornografía por todos lados, casi no hay película que no la tenga, la música que nos ponen, encontrar una novela para leer sin que aparezca muy explícita cuesta trabajo cualquiera que sea el género literario, y las películas para niños por lo menos con escenas del famoso asunto de género que por ahí comienzan a ver como normal estos temas.