El vínculo afectivo: La clave del desarrollo emocional y social en la primera infancia

Noroeste Redacción
18 diciembre 2024

La maestra Lupita Cháidez señala que fortalecer este vínculo proporciona en los niños una base sólida para que crezcan saludables, emocionalmente equilibrados y con las habilidades necesarias para crear relaciones positivas

El vínculo afectivo es fundamental para el desarrollo emocional y social de los niños, especialmente en sus primeros años de vida, señala la maestra de pre maternal del Instituto Senda, Lupita Cháidez Ramírez.

Detalló, que a partir del primer año, los niños comienzan a formar conexiones emocionales más profundas con las personas a su alrededor, incluyendo tanto a sus cuidadores como a otros adultos y niños.

“Este vínculo es crucial, ya que influyen su autoestima, confianza y capacidad para interactuar con su entorno. En Instituto Senda, estamos comprometidos para que nuestros niños desarrollen un vínculo afectivo que los acompañe en su crecimiento personal y académico”, resaltó.

Para lograrlo, dijo, la institución creó un entorno seguro y cálido donde los pequeños se sientan amados, valorados y comprendidos, donde, además, las actividades que realizan buscan fomentar la conexión emocional con sus maestras y compañeros.

Entre las actividades que fortalecen el vínculo afectivo, la maestra enumeró las siguientes.

- Las rutinas de bienvenida y despedida: Los niños de 1 a 3 años suelen experimentar ansiedad al separarse de sus padres o cuidadores. Establecer una rutina clara y reconfortante para las despedidas y bienvenidas les aporta previsibilidad y seguridad, ayudándoles a sentirse seguros en el proceso de separación y creando un ambiente de confianza en el aula.

-Juegos de contacto físico suave: Actividades como jugar al ‘Peek-a-boo’ o hacer cosquillas suaves fomentan la confianza y el afecto mediante el contacto físico.

-Rincón de lectura y cuentacuentos: Leemos cuentos con imágenes grandes y colores brillantes, utilizando una voz suave y cariñosa. Involucramos al niño señalando las imágenes, tocando los libros o mostrando expresiones faciales, para que se sienta parte de la actividad.

-Canciones con movimientos: Cantamos canciones con movimientos simples, como Las manos o La rueda rueda. Los movimientos rítmicos y la música crean un espacio afectivo y divertido para el niño.

-Juegos de imitación: Realizar juegos en los que el niño pueda imitar gestos o sonidos, como palmadas, aplausos o imitaciones de animales, reforzando así la conexión emocional y la comunicación no verbal.

-Momentos de abrazos y caricias: Dedicar tiempo para abrazar o acariciar al niño de manera suave y tranquila, reforzando su seguridad emocional.

- Juegos con pelotas: Jugar a pasar la pelota suavemente de la maestra al niño promueve el contacto visual y la interacción, además de ser una actividad divertida.

-Actividades sensoriales: Ofrecer juegos con diferentes texturas, juguetes y material didáctico, como juegos en el arenero o murales con pintura. Este contacto sensorial, guiado por un adulto, refuerza el vínculo afectivo.

-Tiempo de juego en parejas: Realizar actividades en pareja, como apilar bloques, armar rompecabezas o construir torres con cubos. Esto permite que el niño se sienta acompañado y apoyado.

-Juego libre acompañado: Permite que el niño explore libremente con juguetes mientras la maestra lo acompaña con atención, estando cerca sin intervenir constantemente, lo que promueve la autonomía y seguridad emocional.

-Expresión emocional: Ayuda al niño a identificar y expresar sus emociones, como mostrar una cara feliz o triste y nombrar lo que está sintiendo. Esto fortalece el vínculo afectivo al validar sus sentimientos.

-Tiempo en el exterior: Salir al aire libre para caminar o explorar la naturaleza, tomados de la mano. El entorno natural proporciona una sensación de seguridad y bienestar, facilitando el vínculo afectivo.

“Estas actividades también se recomiendan para realizarlas en casa, en un ambiente tranquilo, asegurando siempre que el niño se sienta amado y respaldado. El objetivo es crear momentos de conexión que fomenten su seguridad emocional y afectiva”, resaltó la maestra.

El Vínculo Afectivo y la Adaptación Escolar

Cháidez Ramírez destacó también que el vínculo afectivo entre padres e hijos es crucial para la adaptación escolar. “Cuando un niño siente que tiene una relación segura, amorosa y de apoyo con sus padres, es más probable que se sienta emocionalmente preparado para enfrentar los desafíos de la escuela, establezca relaciones saludables con sus compañeros y maestros, y desarrolle una actitud positiva”.

Resalta también que un niño con un apego seguro confía en sí mismo, maneja mejor el estrés y la ansiedad, y está más motivado para aprender y participar activamente en la escuela.

“Este apego actúa como un pilar fundamental que facilita la transición al entorno escolar y contribuye a un desarrollo equilibrado en todos los aspectos de la vida”.

Principales beneficios de fortalecer el vínculo afectivo desde la infancia

-Desarrollo emocional saludable

-Mejora en la autoestima

-Mayor confianza y seguridad

-Desarrollo cognitivo y académico

-Relaciones sociales saludables

-Mayor resiliencia

-Desarrollo de la empatía

-Prevención de trastornos emocionales

-Mayor cooperación y conducta positiva.

“Fortalecer el vínculo afectivo desde pequeños proporciona una base sólida para que los niños crezcan saludables, emocionalmente equilibrados y con las habilidades necesarias para formar relaciones positivas a lo largo de su vida”, subrayó la maestra.