Murió la activista Sacheen Littlefeather
Tenía 75 años y llegó a la fama cuando su amigo Marlon Brando boicoteó la 45 ceremonia de los Oscar por lo que consideraba una representación estereotipada de los nativos americanos en el cine y la televisión
La activista indígena Sacheen Littlefeather, que rechazó el premio al mejor actor en nombre de Marlon Brando por su papel de Vito Corleone en “El Padrino” durante una protesta por los Óscar en 1973, murió el domingo 2 de octubre, a los 75 años de edad.
De acuerdo con diversos medios de Estados Unidos, Littlefeather luchaba contra un cáncer de mama desde 2017.
Hollywood Reporter informó que la activista falleció en su casa de California rodeada de sus seres queridos.
Littlefeather llegó a la fama cuando su amigo Marlon Brando boicoteó la 45 ceremonia de los Oscar por lo que consideraba una representación estereotipada de los nativos americanos en el cine y la televisión.
Subiendo al escenario con un vestido tradicional de piel de ciervo gamo para rechazar el Óscar -concedido por la interpretación de Brando de Vito Corleone en El Padrino- en su lugar, pronunció un discurso crítico sobre el mismo tema, llamando también la atención sobre una protesta en Wounded Knee, Dakota del Sur, contra el maltrato de los indios estadounidenses.
Fue abucheada por sus comentarios y boicoteada por la industria cinematográfica durante décadas, de acuerdo con Infobae.com.
La activista, quien denunció en su aparición el maltrato de Hollywood hacia los nativos americanos, fue también criticada en ese momento de leyendas como Raquel Welch, Clint Eastwood y Michael Caine por haber interrumpido la ceremonia.
Littlefeather se presentó en nombre de Brando -quien había escrito “un discurso muy largo”- y le dijo brevemente a la audiencia “que lamentablemente no podía aceptar este premio tan generoso”.
“Y las razones detrás de esto son el trato que la industria cinematográfica y la televisión dan hoy a los nativos americanos en las películas. También los acontecimientos recientes en Wounded Knee”, dijo, en referencia a un enfrentamiento violento entre agentes federales e indígenas en un lugar de gran importancia para el pueblo sioux.
Littlefeather después hizo llegar a la prensa un largo discurso de visibilización de los nativos americanos.
Inmediatamente después del discurso, tuvo que abandonar el escenario con dos guardias de seguridad y el actor John Wayne estaba detrás del escenario, jalonado por seis hombres de seguridad y quería sacarla él mismo de allá.
“Estaba furioso con Marlon y conmigo”.
Este año, Littlefeather recibió una tardía carta de disculpa del entonces presidente de la Academia, David Rubin, y el mes pasado el Museo del Cine de la Academia celebró un acto en su honor.
“Cuando subiste al escenario de los Oscar en 1973 para no aceptar el Oscar en nombre de Marlon Brando, en protesta por la tergiversación y el maltrato de los nativos americanos por parte de la industria cinematográfica, hiciste una declaración poderosa que continúa recordándonos la necesidad del respeto y la importancia de la dignidad humana”, dijo en la misiva Rubin.
“El abuso que soportaste por esa declaración fue injustificado. La carga emocional que has vivido y el daño de tu propia carrera en nuestra industria son irreparables”, señaló el presidente. “Durante demasiado tiempo no se ha reconocido el coraje que demostraste. Por ello, ofrecemos tanto nuestras más profundas disculpas como nuestra más sincera admiración”, añadió.
Littlefeather respondió con un comunicado en el que habló sobre la disculpa de la Academia.
“Nosotros somos gente muy paciente. ¡Solo han pasado 50 años! Tenemos que mantener nuestro sentido del humor en todo momento, es nuestro método de supervivencia”, dijo.
“Estaba representando a todas las voces indígenas, a todos los pueblos indígenas, porque nunca se nos había escuchado de esa manera”, dijo, reflexionando sobre lo ocurrido en 1973.
Para Brando, que ya contaba con un Oscar por protagonizar La ley del silencio en 1954, el rechazo del premio no estuvo represalias: la Academia sigue considerándolo el ganador de esa edición y lo nominó al año siguiente por El último tango en París.