Gael García Bernal retoma la dirección con Chicuarotes
"Tras la experiencia de Déficit en 2007, el charolastra estrena su segundo largometraje este mes y vuelve a poner a México en medio del debate"
Tras casi 20 años de carrera, el talento de Gael García Bernal pareciera no tener límites.
Se le ha visto actuando con acento argentino, chileno, español; trabajando a la orden de los mejores directores de su tiempo como Walter Salles, Pedro Almodóvar, Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón; dirigiendo su primer largometraje, Déficit; protagonizando su primera serie para una plataforma de streaming como Amazon Prime, con Mozart in the jungle, que lo hizo merecedor del Globo de Oro al Mejor Actor de una Serie para TV, en 2016.
Y, recientemente, como productor y codirector de una serie para Fox llamada Aquí en la Tierra, que pone el foco en el cáncer latinoamericano de la corrupción.
Este junio presenta su segundo largometraje como director, Chicuarotes, un drama en el que México vuelve a ser protagonista, pero que toca temas universales como el amor y la violencia, difundió vogue.mx.
Pedro Joaquin y Benny Emmanuel actúan en la película.
En la cinta, dos chicos del pueblo de San Gregorio, al sur de la Ciudad de México, apodados el Cagalera y el Moloteco, buscan desesperadamente la manera de huir, y terminan involucrados en un secuestro con consecuencias trágicas para su vida.
--¿Qué tiene la dirección que no tiene la actuación?
"Dirigir es estar en un nivel de la cancha distinto. Es muy divertido crear universos, ocuparte de ellos, experimentar un nuevo lenguaje como es la semiótica del cine, y es complicado porque nada está escrito sobre cómo deben ser las cosas. Es una dinámica que siempre me interesó, inclusive antes de dirigir Déficit. Me entretiene, me apasiono, me enamoro mucho de la historia, los personajes, el equipo, el ejercicio filosófico que implica hacer una película, que es completamente transversal.
"Realmente estás generando un universo. Más en este tipo de pelis que están hechas a base de puro amor básicamente, jaja.
--Chicuarotes se filmó en San Gregorio, una de las zonas más afectadas por el sismo ocurrido en la Ciudad de México, en 2017, ¿cómo fue la experiencia de rodar en este lugar?
"El problema fue cómo llegar... Se cayeron las murallas de la iglesia, se cayó el campanario (aparece en la película), se cayeron varias casas, calles, el mercado se trozó completamente... Esto volvió muy complicado la logística de producción. Mucha gente de la zona se quedó sin empleo, pero la película ayudó a paliar ciertas cosas, encargamos la comida, contratamos las locaciones, a mucha gente de la zona le vino bien la película.
"Como todo lugar afectado lo que querían era visibilidad (...) Todas las hortalizas que comemos en los restaurantes en la Roma o la Condesa vienen de allí. Es un lugar que resguarda el pasado geográfico y espiritual de la Ciudad de México. Fue una fábula trabajar allí, con el paisaje del lago, el conflicto entre la urbanidad y la campirana... San Gregorio es una fábula endémica de la ciudad. Además, participa el animal endémico de la ciudad que es el ajolote.
Junto a Benny, Leidi Gutierrez es parte del filme de García Bernal.
--El tema de la violencia vuelve a estar presente en Chicuarotes, ¿por qué te mueve tanto este tema?
Empíricamente es un tema urgente. Uno de los axiomas de la película es precisamente de dónde viene la violencia... Estos personajes no están en un entorno pobre. Su casa está llena de cosas, son chavos que podrían elegir un mejor porvenir, pero el hecho de que hayan sido desprovistos de amor desde su infancia, ha hecho que no tengan la imaginación ni la música para pensar en otra posibilidad. Lo que desean es hacer dinero. Quieren escapar para ser ellos mismos.
--Con Amores Perros inicia una nueva etapa en el cine mexicano, en la que tú eres protagonista. Veinte años después, ¿cómo ves al cine nacional?
"Hay algo fascinante en el recuerdo de una época en la que se hacían muy pocas películas, y las que se hicieron, tuvieron mucho impacto. Entramos en un mapa cinematográfico mundial, y hoy en día es fantástico que tengamos la posibilidad de hacer una película en San Gregorio, y se pueda ver en todas partes del mundo. No hay telenovela hecha en San Gregorio que se vaya a ver en todas partes. Las telenovelas ya no son eso, ahora son estas películas con estos puntos de vista personales, independientes, sin censura. Es una responsabilidad inmensa.
"El cine fue mi iglesia, pero ¿qué le vas a decir a un chavito que ha crecido viendo películas en su teléfono o su computadora... ¿que no se puede? Es una gran mama...", dice Gael sobre el futuro del cine.