Bárbara Coppel se confiesa: habla de su pasado, sus amores y su actual vida de ensueño
La socialité mazatleca cuenta sus vivencias en el podcast La Burra Arisca
Con la sonrisa que la caracteriza y de manera relajada y abierta, Bárbara Coppel se confesó en el podcast La Burra Arisca: ahí habló de su pasado, sus amores y su actual vida de ensueño.
En la charla con las conductoras L’amargeitor, Laura Manzo y Adina Chelminsky, la socialité mazatleca contó que a pesar de su popularidad en redes ha tenido que aprender a lidiar con comentarios negativos y en ese sentido, bromeó, ya “bloqueó” a un millón de personas.
“Pero ya no me molestan tanto, por más que bloquees, por ahí aparece uno que otro”, comentó.
Y es que, admitió, en redes sociales la siguen por su vida pasada y por el morbo.
”¿Tu vida pasada a qué te refieres? ¿Has salido con hombres? ¿Has salido con mujeres? ”, le cuestionaron las conductoras.
”No he salido con mujeres, he salido con una mujer”, enfatizó Bárbara.
“Cuando no existían redes sociales per se, que existían como salas de chat, me enteré que estaban tirando fuertísimo, porque me atacaban que había roto una relación pasada de ellas”, contó.
“Y me dolió el corazón y me quise morir, me sentí atacada, agredida, pero con el tiempo, ya que existieron las redes sociales y me empezaron a atacar desarrollas una piel gruesa para ese tema, y ahorita estoy curadísima de espantos”.
Sin embargo, dijo, cuando salen sus hijos en las fotos y ponen comentarios al respecto de su pasado, ahí sí los borra.
“Lo que sí no soporto es que critiquen a mis hijos, no lo soporto. Si me critican a mí, muchas veces lo dejo para que sea imparcial el asunto, que haya de todo ”, admitió.
Bárbara contó cómo rompió una relación de 11 años con una mujer, que le costó estar distanciada de su familia por dos años y hasta haber sido desheredada.
Confesó que sufrió mucho ese rompimiento, pero no se dejó caer y trató de seguir su vida.
En ese seguir, contó, se fue de viaje a Europa y en París se reencontró con un antiguo compañero de prepa: Alejandro Hank Amaya.
“Yo juré que nunca iba a ser feliz, ¿quién me iba a hacer más feliz de lo que ya era ?, cuando corté, mi tristeza era: 'Yo nunca voy a encontrar la felicidad', pero la encontré, y al triple, porque estoy con una persona que me entiende, nos gusta lo mismo, a pesar de que somos súper diferentes ”.
Reconoció que lo suyo fue amor a segunda vista.
“Lo veo entrar al lugar (en París) y lo primero que llamó la atención fue su estatura, luego su barba, dije: ‘¿cómo?, ¡Se hizo hombre!’ y me cayó perfecta la plática ”.
Ahí comenzó su historia de amor que ahora la completa sus tres hijos y una vida viviendo en varios lugares del mundo.
En el momento de la entrevista en el podcast La Burra Arisca, realizada la noche de este jueves, Bárbara dijo que se encontraron en Bevely Hills, California, en un viajecito, pues en realidad actualmente está viviendo en San Diego, donde planean quedarse hasta diciembre
La idea, contó, será volver a hacer sus maletas y regresar a Sevilla donde ha vivido los últimos años y donde sus niños comenzarán el nuevo ciclo escolar.
Sobre los viajes que comparte en redes sociales, la socialité mazatleca recordó cómo fue que comenzó su recorrido por el mundo en compañía de su familia.
“Vivimos, cuando nos casamos, dos años en París y ahí tuve a mi primera hija; luego de ahí nos fuimos dos años a San Diego, luego dijimos: ‘Vamos a remodelar la casa’ y Alejandro tiene negocios en Sevilla. Íbamos por cuatro meses que, era lo que se iban a tardar en remodelar la casa”.
Sin embargo, recordó, ahí en Sevilla los sorprendió la pandemia, y tuvieron que quedarse más tiempo.
“Nos fuimos al campo, ahí estuvimos tres meses felices de la vida”, contó.
Cuando le preguntaron si su vida es tan perfecta cómo se ve en sus redes sociales, aseguró que no.
“No es tan perfecta. Lo que pasa es que no posteo fotos de mí trabajando, ni fotos de mí cuando estoy triste o cuando estoy aburrida, amargada o cuando mis hijos gritan todo el día ”, expresó sonriendo.
Bárbara reconoció que ser mamá de tres no ha sido fácil, pero agradece tener en casa a su cómplice: Alejandro.
“Te dan las 8 de la noche y muertos estamos, pero me dice: 'Qué onda, ¿nos vamos a comer algo?' y le digo: '¡Sí! Que lo que quiero es salirme de la casa '”, admitió.