Una solución de fondo
Creemos que el poder ciudadano unido cambiará las reglas, los partidos políticos están rebasados, el cambio tiene que venir de afuera del sistema.
Buenas nuevas:
A toda acción le corresponde una reacción, está sucediendo algo inédito: tenemos noticia que más de 80 agrupaciones se están uniendo para ocupar esos espacios vacíos que ha dejado el autoritarismo, la concentración del poder, la pérdida de valores y de nuestra identidad.
Están buscando entre otras cosas cambiar la forma de gobernarnos, participar en él activamente, o sea: ciudadanizar la política.
Para cambiar la forma de gobernarnos hay que cambiar las reglas del juego desde fuera, de otro modo quien presida quedará atrapado en las redes del sistema, los candidatos políticos tradicionales que prometan cambios ya no son creíbles.
Buenos ciudadanos lo han intentado tiempo desde tiempo atrás topándose con el muro de los intereses partidistas ajenos a la sociedad. Primero hay que sacudirnos el añejo victimismo que los culpa y crítica y la pasividad de que otros nos resuelvan los problemas, justo necesitábamos una buena sacudida para reaccionar, el sistema que se descompone se corrompe si continúa.
¿Cuáles reglas cambiar?
1. Ciudadanizar la política.
Resulta muy sospechoso que los políticos de siempre quieran ser presidentes porque acostumbrados al molde, a las lealtades, negociaciones y traiciones entre ellos, seguirán haciendo sus travesuras. Hay magníficos ciudadanos probados que necesitan una plataforma para darse a conocer y demostrar su valía en los hechos.
2. Ir contra la corriente.
Instalar una democracia de abajo hacia arriba. Tradicionalmente se vota por quienes los de arriba ponen, “el tapado”, en realidad la gente no vota por el que quiere, sino por el que le simpatiza, tolera o le conviene de esos designados. Es un juego usual en otros países que presumen su ‘democracia’. Ahora se trata de que la ciudadanía ocupe esos vacíos de poder que solo unos cuantos han dominado.
3. Un ciudadano presidente.
En este momento aunque tardío, pero todo llega en su tiempo, se discuten dos opciones para escoger a un candidato presidencial probado, capaz y sobre todo honesto: una propone hacer elecciones primarias abierta a los ciudadanos representando a los partidos políticos y a los grupos ciudadanos liderada por Guadalupe Acosta, pero esto tendrá que sortear “las maniobras” de los presidentes de los partidos que desean participar que han puesto trabas, no quieren asimilar que sus tiempos ya pasaron.
La otra que nos parece menos costosa, más creíble y quizás más rápida porque el tiempo apremia, pretende promover debates entre ciudadanos conocidos y probos en cada estado para ir seleccionando a los que presenten las mejores propuestas y conecten e inspiren a la gente. Las dos tienen su mérito y resulta un ejercicio inédito de auténtica democracia: la de abajo hacia arriba.
3. La unión hace la fuerza.
Ante la rápida desaparición de las instituciones y de sus presupuestos que merman la democracia, los ciudadanos están tomando acción para sostenerlas manifestándose masivamente y lo han logrado, pero tenemos que sacudirnos la indiferencia y unirnos, participar en las redes no resulta suficiente, se necesita salir de la democracia virtual a la democracia real tomando acción.
No hemos visto apoyo a los agricultores para salir adelante ante los bajos precios y falta de apoyo gubernamental de parte de los partidos políticos regionales, de las cámaras, de las agrupaciones, por ejemplo. Esto es delicado, debemos aprender la solidaridad, lo que afecta a los agricultores afecta las mesas de todos y la inflación, en efecto algo grave ocurre “cuando el que produce los alimentos no puede ponerlos en su mesa”.
4. Cambiar las prioridades.
Urge cambiar lo político por lo económico. La toma de decisiones ha estado manipulada por los intereses políticos, o sea ganar o conservar el poder, imponer las reglas del juego y castigar a quienes se salgan de ellas. Esto conviene a unos pero deja fuera los intereses de los ciudadanos. Lo político solamente conduce a una irracionalidad en la toma de decisiones encareciendo la economía, pero el hartazgo ha crecido, hay un señor que no tolera esa confusión: el Señor Mercado. Contra ese nadie puede.
La astucia para intentar ganar votos “comprándoles” sus cosechas a los pequeños agricultores no se compara a la derrama económica de bajar los precios del diésel y del financiamiento barato a quienes producen alimentos, esto nos beneficia a todos.
5. Vigilar de cerca a los que gobiernan.
El justo peca en arca abierta, la tarea ciudadana va más allá de votar, incluye exigirles cuentas, en cambiar a los ineptos y castigar a los corruptos, es muy importante que se sientan vigilados, la opinión pública tiene peso, la transparencia contribuye a bajar la corrupción.
6. Un estado de derecho.
Solo el poder modifica al poder, aplicar la ley requiere del buen uso del poder. Hagamos que así sea. Actívate.