Trabajarán Cultura y el Patronato por el rescate de la Casa del Marino
El propósito es mejorar el emblemático espacio que ya está abierto al público
Directivos del Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán se reunieron con miembros del Patronato pro-restauración de la Casa del Marino marcando el comienzo de una nueva era para este emblemático espacio, que después de años de abandono fue remodelado, y a partir de hoy abrió sus puertas al público.
Durante 35 años, el Patronato pro-restauración luchó por rescatar este inmueble, y gracias al apoyo del Gobierno Federal a través de la SEDATU y el Programa de Mejoramiento Urbano, finalmente se logró. Ahora, el objetivo es trabajar en coordinación para resolver las necesidades de la Casa del Marino, utilizando recursos municipales y donativos de empresarios y la sociedad civil.
Nuevas Iniciativas
Durante la reunión se acordó integrar un consejo consultivo y operativo, capacitar personal y crear un presupuesto para llevar a cabo los proyectos del nuevo museo marítimo y centro cultural de Mazatlán.
Rico González precisó que la operación del nuevo museo marítimo y los ingresos deben canalizarse a través de Cultura para cumplir con la normatividad.
La restauradora Sarahí Tirado Osuna comentó que hay personas interesadas en hacer donativos para ampliar el acervo de la Casa del Marino, pero los donantes quieren tener seguridad de que se van a conservar en buen estado.
Entre las necesidades pendientes se encuentran la instalación de fotoceldas, un montacargas o elevador, y hacer adecuaciones para cumplir con las normas básicas de accesibilidad. También se planea restaurar el cañón original, colocar la placa original y exhibir objetos de gran valor histórico y artístico en la museografía del edificio.
Un Museo Marítimo Único
El Capitán de Altura, Mario Velázquez Salazar, resaltó que la Casa del Marino es el único Museo Marítimo en México que depende del Gobierno Municipal y consideró que Mazatlán merece este reconocimiento debido a su rica historia marítima, que incluye la defensa contra la invasión francesa a bordo de la Cordelliere, además en el puerto opera la flota atunera y camaronera más grande de América Latina y funciona la Escuela Náutica más antigua de esta región.