Testimonio de un satánico

Presbítero José Martínez Colín
11 noviembre 2024

1) Para saber

Un proverbio chino dice: “No temas crecer lentamente; ten sólo miedo a quedarte quieto”. El crecimiento humano va unido a la vida desde que se nace. Así como el cuerpo humano crece, también ha de ser en otros ámbitos, como las habilidades, conocimientos y también en el aspecto espiritual. Para ayudar al crecimiento espiritual, está el Sacramento de la Confirmación que es, por antonomasia, el Sacramento del Espíritu Santo. A él se refirió el Papa Francisco en su catequesis en que recordó que, así como con el Bautismo es el Sacramento del nacimiento, la Confirmación es el Sacramento del crecimiento. La vida espiritual que ya existía requiere crecer, y el Espíritu Santo actúa a través del Sacramento.

2) Para pensar

El crecimiento espiritual de cada uno se le debe al Espíritu Santo, quien tiene sus tiempos para cada uno. Así actuó en el alma de Alexander Baranov, un joven ruso que fue satanista y compartió su testimonio ante el Papa Francisco: “Mi nombre es Alexander, tengo 34 años. Y hace sólo 10 o 12 años estaba lo más lejos posible de la Iglesia. Era satanista, participaba en rituales ocultos, hacía y decía muchas cosas no muy buenas”, contó el joven en el encuentro de Jóvenes de Rusia.

Alexander comentó cómo, a pesar de estar hundido en la oscuridad, a través de la Iglesia experimentó cómo Cristo realmente lo sanaba, lo conducía de la muerte a la vida, de Satanás a uno mismo y al Padre. Y así como Jesús sacaba a los endemoniados de las tumbas en Judea, así a él lo sacó de las tinieblas a la luz, le mostró un camino diferente, que a pesar de las experiencias negativas, era digno de la vida, de la salvación y del amor. Por eso vale la pena proclamarlo y vale la pena vivirlo, subrayó el ex satanista. Además, alertó que “el miedo, el dolor de la pérdida, la experiencia de la propia debilidad, la violencia vivida”, pueden empujar a las personas a la oscuridad, incluso desde muy chicos. Ello genera una sensación de indignidad y una experiencia de odio hacia uno mismo y a Dios. Esa “oscuridad” se agrava con las supersticiones que quieren prescindir de Dios. Pero la salvación nos viene de Cristo a través de la Iglesia. Alexander no sólo se vio librado de las tinieblas, sino además sintió el llamado al sacerdocio e ingresó al seminario.

3) Para vivir

Así como cada cuatro años se porta la antorcha olímpica hasta llegar a la sede, el Papa Francisco nos invita a reavivar el don de Dios y ser portadores de otra llama más poderosa: la llama del Espíritu. Y así, aunque estemos en las cenizas de la costumbre o del desinterés, le pedimos al Espíritu Santo sople y reaviva nuestra fe para que se haga vida y demos testimonio de ella. La Confirmación es el Sacramento del testimonio de la propia fe, porque está ligado a la madurez de la existencia cristiana y lleva a una participación activa en la vida de la Iglesia.

San Josemaría Escrivá nos lo recuerda en Camino: “Que tu vida no sea una vida estéril. —Sé útil. —Deja poso. —Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor. Borra, con tu vida de apóstol, la señal viscosa y sucia que dejaron los sembradores impuros del odio. Y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que llevas en el corazón” (n.1).

José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra). (articulosdog@gmail.com)