Sonidos contemporáneos

Héctor Guardado
06 noviembre 2015

"Ofrece la flautista mazatleca Olivia Abreu recital en el templo San José"

Acercarse a la muerte, a los latidos del corazón, y traducir las emociones que trasmiten las palabras de un poema de Sor Juana Inés de la Cruz al lenguaje de los sonidos, fue la experiencia que vivió el público que asistió al concierto de música contemporánea que ofreció la flautista Olivia Abreu en el templo de San José.
La joven mazatleca está estudiando actualmente el doctorado en música contemporánea en el Conservatorio de Estrasburgo, Francia dirigida por el flautista Mario Caroli.
Abreu obligó al público a que se desconectara de la realidad cerrando el templo y dejándolo en la oscuridad, de está manera permitió que únicamente el sentido del oído estuviera expuesto a los estímulos.
De la densa sombra surgieron los sonidos de la pieza Canto del alba de Mario Lavista que sumergió en un mundo auditivo a los escuchas.
En esta pieza, Abreu reveló que Mario Lavista tiene influencia de la música japonesa, especialmente de la flauta tradicional japonesa.
"El autor busca nuevas sonoridades en ese estilo de música, utiliza sonidos de aire, con una misma nota cambió el timbre modificando la identificación de las notas, hace muchos multifónicos, que son dos o mas notas tocadas al mismo tiempo, esa es una técnica que se usa mucho en la música contemporánea para crear intervalos disonantes" dijo la intérprete.
Las piezas contemporáneas fueron interpretadas intercalando variaciones de la obra barroca Les Folies d´Espagne del compositor francés Marin Marais, esto lo hizo la concertista para crear espacios de descanso en donde los sonidos de la música barroca le proporcionara al público una sonoridad familiar gracias a la melodía.
"También lo hice para que el público se diera cuenta de la diferencia entre la música contemporánea y la música barroca".
Todas las piezas contemporáneas que se interpretaron la noche del sábado son de compositores que están vivos.
De Kazuo Fukushima interpretó Mie, que significa oscuro, pálido, intangible y aborda la creencia japonesa de que la música de la flauta es tan sutil que puede llegar al más allá y llevar mensajes a los muertos.
En contraste la Sonata Apasionata, del alemán Sigfrid Karg-Elert, esta llena de colores, vibratos y melodías que dibujan imágenes del vuelo tembloroso de una mariposa.
Con la pieza Laconisme de l´aile, del finlandés Kaija Sa Ariaho, enfrentó al público con la técnica contemporánea que mezcla la voz con los sonidos de la flauta para crear una sonoridad sutil, de pasión contenida.
De David Hernández interpretó Imagen del hechizo que más quiero, inspirada en un poema de Sor Juan Inés de la Cruz.
El concierto terminó con Sen I, de Toshio Hosokawa en donde Abreu demostró el dominio técnico que tiene del instrumento al tocar una melodía pianisima, casi imperceptible para el oído que se quedó flotando en el aire del Templo de San José, dejando sorprendido al público por la fantasmal presencia de un sonido.


EL CONCIERTO
Se interpretó música para flauta contemporánea
Canto del alba Mario Lavista
Mei Kazuo Fukushima
Sonata Apasionata Sigfrid karg-Elert
Laconisme de l´aile Kaija Sa Ariaho
Imagen del hechizo que más quiero David Hernández
Sen I Toshio Hosokawa

LA CONCERTISTA
Olivia Abreu es licenciada instrumentista por la UNAM
Recibió la medalla Gabino Barreda por obtener el promedio más alto de su generación
Hizo una maestría en el conservatorio Ville d´Avray (Francia) que le otorgó medalla de oro por su desempeño.
Actualmente estudia un doctorado en música contemporánea en el Conservatorio de Estrasburgo, Francia.