Recuerdan a Kerouac con versos de Margarito Cuéllar

Ariel Noriega
13 marzo 2022

Realizan homenaje al creador de la Generación Beat y recuerdan su paso por Mazatlán

Un doble homenaje vivió Mazatlán con los versos de Jack Kerouac, el genio de la Generación Beat, y los versos vivos de Margarito Cuéllar, Premio Clemencia Isaura y habitante de la Isla de la Piedra.

Todo comenzó en la banqueta de la Casa del Caracol, una noche fría del sábado por la noche, donde una veintena de amantes de la obra de Kerouac grabó el natalicio número 100 del escritor que parió a los hippies y que murió en 1969.

Bajo la batuta de Samir Delgado, un nuevo personaje que acaba de brotar en las calles del puerto, y el cobijo de Laura Medina, los asistentes leyeron algunas páginas de la obra del escritor estadounidense, mientras las pulmonías intentaban callarlos con la furiosa algarabía de sus motores a cielo abierto.

Los admiradores de “En el camino” y “México City Blues” soportaron las inclemencias del clima, el ruido de los paseantes y las estrecheces de la banqueta, para recordar al novelista y poeta que encabezó la Generación Beat y que durante el largo camino de su vida pasó por Mazatlán.

La segunda parte del homenaje se realizó en el Club Social 30-60-90, donde el anfitrión fue Esteban Peraza “El Bacho” y donde los esperaban personajes como Ernesto Hernández Norzagaray, Juan Esmerio y el poeta Margarito Cuéllar, flamante ganador del Premio Clemencia Isaura.

Hernández Norzagaray recordó la presencia de grandes artistas en Mazatlán y la importancia de los escritores de la Generación Beat, donde Kerouac tuvo una importancia capital, con sus versos y su literatura espontánea.

Y en el texto de Hernández Norzagaray apareció lo que calificó como el único artista Beat que ha dado Mazatlán, Roberto “Pito” Pérez, el maestro de la plástica que aseguró que lo único que importaba en el mundo era el arte.

Pero el momento estelar de la noche estaba reservado para Margarito Cuéllar, el poeta que eligió la Isla de la Piedra para vivir y donde confeccionó los versos “Un pálido reflejo en la cantidad del agua”, que le dieron el Premio Clemencia Isaura y el privilegio de coronar a la Reina de los Juegos Florales.

Margarito tomó el micrófono y comenzó a desgranar los versos que lo convirtieron en leyenda del Carnaval de Mazatlán 2022.

“Las vocales del relámpago comenzaron a preguntar por ti”.

Su voz apagó los ruidos de la cantina familiar que atesora millas de recuerdos en las márgenes del Centro Histórico de Mazatlán.

Habló de una ciudad imaginaria donde a la hora de partir no hay trenes y donde los mosquitos nunca duermen. Recordó una isla habitada por animales fantásticos y por pulmonías que temen enfermarse.

Y el público fue uno con él y con el recuerdo de Jack Kerouac, aquel escritor que pisó Mazatlán.