Recrean el altamar

06 noviembre 2015

"El grupo La Memoria Teatro, de Los Mochis, realiza lectura en voz alta en Casa Achoy"

Lya Mendoza

El chinchorro toca el piso de concreto, las cálidas aguas del Mar de Cortés en los que una vez osciló sobre sus mareas han quedado atrás. Tres actores se esconden bajo su red.
Ilusiones para pescar en un barco llamado Melodía, de Ramón Perea, fue presentada en la casa del magisterio por el grupo La Memoria Teatro, de Los Mochis, dirigidos por Alberto Morales.
"La obra aborda diversas historias de los pescadores de Sinaloa, específicamente del norte del estado. Está ubicada temporalmente en los años 80, en el puerto de Topolobampo", comentó Perea.
Ilusiones para pescar en un barco llamado Melodía, explica el dramaturgo, hace alusión a que los pescadores todos los años se ilusionan con que va a haber mejores pescas en las siguientes temporadas.
"Siempre es importante en qué sales a la mar, en este caso es un viaje que un niño que está enfermo de cáncer terminal quiere hacer, y el doctor y el enfermero lo llevan en un viaje de pesca imaginario", dijo Perea.

Historia sobre las aguas
Ignacio, es un niño de 12 años que tiene facultades para la música, es saxofonista y siempre quiso trascender, presentarse en Nueva York y en las principales capitales europeas, salir en la televisión y ser famoso.
Las circunstancias de la vida lo dejarían huérfano y lo llevarían a convertirse en ´ayudantito´ del barco Melodía, del cual Rosalío es su capitán y Alberto, el marinero.
Conforme la lectura avanza, las hojas se desprenden de las manos de los actores, quienes dejan atrás los diálogos cargados de poesía ya pronunciados.
Después de viajar en Melodía por Maviri, San Blas y otros, decide que ser pescador no es lo suyo, y se va. Ignacio regresa a su pueblo, tras 20 años de ausencia y convertido en el prodigio musical que siempre aspiró ser.
En eso, una pregunta rompe la fantasía, ´¿cuánto me queda de vida?´, dice el niño que lentamente quita una peluca de su cabeza. El médico le responde, ´como 40 pesos´.
La enfermedad ha minado el cuerpo del pequeño, más no su imaginación, y eso le permite viajar, pescar, soñar, tocar su sax y enamorarse una y otra vez de Linda Calinda, la hija de Rosalío, el capitán del barco y galeno de Ignacio.
El público, integrado por alumnos de las preparatorias de la UAS, amigos y amantes del teatro, presenció la lectura en voz alta de la obra del dramaturgo sinaloense, la cual de presentará el viernes en Mazatlán.
Manuel Aragón, Rosalía Cañedo e Ignacio Fernández participaron en el montaje. 


Proyecto
´Ilusiones para pescar en un barco llamado Melodía´, fue ganadora del proyecto del Foeca 2007-2008, en el rubro de Creadores con Trayectoria, en el área de Dramaturgia.