Recibe Gabriela Cabezón Cámara el Premio Sor Juana Inés de la Cruz
La Feria Internacional del Libro reconoció a la autora argentina por su obra, su defensa del feminismo, los derechos humanos y el medioambiente
La escritora argentina Gabriela Cabezón Cámara recibió el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2024, por su novela Las niñas del naranjel, en la Feria Internacional del Libro.
Marisol Schulz Manaut, directora general de la FIL, señaló que este reconocimiento a la literatura escrita por mujeres a lo largo de la historia es un testimonio de su contribución y de su trascendencia.
“Me llena de alegría que este año el galardón haya recaído en una escritora a quien admiro profundamente: Gabriela Cabezón Cámara”.
La obra, afirmó Schulz, es una narración que juega hábilmente con las voces, con una fluidez que transita entre lo femenino y lo masculino. Con una mezcla de español y guaraní, enriquece su lectura, tanto en lo lingüístico como en lo moral. “Es una novela que envuelve al lector en una atmósfera cautivadora, un mundo que es tan real como onírico”, expresó la directora de la Feria.
Vestida de cuero negro, tenis oscuros y lentes azules, Gabriela Cabezón, meciéndose lentamente en el escenario, agradeció a un ritmo suave de rap:
“Como lo complicado, el aire, como la materia, el fuego, como su centro, las peñas, como su fin, los intentos, y como el agua de la vertiente, como las nubes al viento, como esas aves tan bellas como tantas otras que hicieron mi lengua. Lo explica, aquí estoy diciendo, gracias a sor Juana, por supuesto...”, dijo la autora, en el auditorio Juan Rulfo, ante cientos de espectadores.
“A los pueblos que defienden de ese vampiro voraz, que es el capital. A los bosques, los humedales, las selvas, a los árboles, las montañas, a los otros animales, a los ríos que hacen cauces sobre el barro, en el cielo y debajo de las raíces. Gracias a los pueblos amerindios que tenemos agua y aire todavía, y en esa lucha se juegan las vidas, y muchas veces se las quitan. Gracias a la literatura, ese tejido de todo lo que respira haciéndose historias, juego y música, que concibe lo inconcebible, otros mundos, otros tejidos, otras maneras de estar”.
Para presentar a Gabriela Cabezón, la escritora mexicana Ana García compartió que encontró una descripción sumamente simpática de ella en la página web de la revista Anfibia.
La descripción, a medio camino entre una sección de sociales y una admiración juvenil, decía: “Gabriela Cabezón Cámara combina una cultura apabullante con una actitud rocker. Sabe muchísimo de literatura griega y, tras hablar brevemente de su trayectoria, concluye: ‘Sus peinados cambian a menudo y sus tendencias provocan suspiros dentro y fuera del ambiente cultural’”.
Esta anécdota, explicó García, le permitió captar lo que representa Gabriela: una escritora quien, además de ser una de las voces más célebres de la literatura argentina actual, destaca no sólo por su trabajo extraordinario, libre y refinado con el lenguaje, sino también por su liderazgo en causas que ahora nos ocupan y preocupan a todos.
Feminista, ambientalista, defensora de los derechos de las personas LGBTIQ+ y de la universidad pública, ha afirmado que la razón occidental, aunque generosa con una parte del mundo, ha sido cruel con la otra.
“Gabriela posee una valentía y una actitud como decía esa semblanza, de una verdadera roquera, lo que la hace sobresalir de manera vigorosa”, indicó García.
Las niñas del naranjel es una novela que es una apuesta por el lenguaje y por un personaje trans, la célebre monja Alférez, que se viste como el capitán español Antonio y cruza la selva con dos niñas guaraníes.
Según Ana García, “es una obra tierna y dura, como señala Samanta Schweblin en la contraportada, luminosa y extraordinaria. La virtuosa libertad con la que Gabriela juega con el lenguaje en su obra es, a mi juicio, un espejo de las libertades que defiende apasionadamente: una forma de vivir en libertad”.
Desde 1993, el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz se otorga a las voces femeninas más destacadas de las letras hispanas. Es un galardón que hace patente el reconocimiento al papel fundamental de la mujer en el ámbito literario, y sirve como recordatorio de que sus voces, hoy más que nunca, merecen ser escuchadas, vistas y leídas.
En el evento de premiación también estuvieron presentes Carmen Beatriz López Portillo, sorjuanista; José Trinidad Padilla López, presidente de la FIL, y Diana Sofía Sánchez, miembro del jurado.