Presenta Paloma Zazueta ‘Un pueblo negro’ en Casa Peiro
El escritor Élmer Mendoza señala que esta historia sobre los pueblos es la suma de las biografías de sus habitantes
Cuando empezó a escribir su novela, Paloma Zazueta partió de una pregunta ¿por qué un pueblo negro?, y entonces recordó que en su familia el luto era muy restrictivo, se sentía que usar otro color que no fuera el negro, era romper el luto.
El negro, dijo ante el público que acudió a Casa Peiro a la presentación de “Un pueblo negro”, novela editada por El Colegio de Sinaloa, les permitía ostentar ese duelo por el que pasó su familia en su momento.
“Me intrigaba como escritora narrar cómo se viven los velorios aquí, cómo la gente va y murmura cosas, quiénes lloran, quién se presentó de manera inesperada”, por lo que buscó retratar en el libro a la muerte como parte del pueblo.
Para hablar sobre su primera novela y el proceso creativo de ésta, Paloma Zazueta presentó Un pueblo negro, en el Centro de Desarrollo Cultural Casa Peiro, en Pericos y estuvo acompañada por los comentaristas Samuel Octavio Ojeda Gastélum y María Isabel López Rodríguez.
También estuvieron presentes Élmer Mendoza, presidente de El Colegio de Sinaloa, y Juan Salvador Avilés Ochoa, director del Instituto Sinaloense de Cultura.
Al dar la bienvenida, Élmer Mendoza destacó que la historia de los pueblos es la suma de las biografías de sus habitantes, eso representa Un pueblo negro, novela en la cual “Paloma Zazueta presta ojos, oídos, olfato y sensibilidad para observar, escuchar, oler y sentir todo. Luego, con voz segura, cuenta desde su corazón el profundo amor que profesa por su terruño y sus misterios”, expresó Élmer Mendoza.
También mencionó la participación de Paloma en un curso-taller de novela impartido por él, donde señaló que los asistentes a este tipo de talleres se van develando a sí mismos y en Paloma vio a una joven interesada por contar una historia que partiera de su origen, del lugar al que ella pertenecía, que corresponde a Pericos.
Samuel Ojeda abordó que si bien el tema de la muerte ya ha sido abordado de manera recurrente en la literatura, en Un pueblo negro la muerte arropa a todo un pueblo y, específicamente, establece una relación con una niña: “Josefina vive duelo tras duelo, una secuencia desencadenada de dolor y sufrimientos, de angustias. La muerte que se codea con ella, que a veces la acaricia y la desafía”.
Samuel Ojeda destacó que la novela no sólo aborda la muerte, sino la cotidianeidad que se construye alrededor del acto funesto: “cómo nuestra pequeña sociedad local se adapta en torno a este elemento trágico y vive con la muerte”, es decir, la cultura de la muerte de los periqueños, enfatizó el historiador. Y si bien el título ostenta al color negro, señaló que él ve en la obra un pueblo multicolor, como lo es Pericos, un pueblo en donde la muerte no sólo es ausencia y duelo, sino también reconfigura lazos y vínculos comunitarios.
En sus comentarios, María Isabel López expresó que la muerte es parte fundamental de la obra, pero la vida es una parte importante de ella, la vida de un pueblo y sus historias. Además, señaló que no hay mejor manera de recordar a quienes han partido que recordar su vida.
Entre otras observaciones, comentó que el personaje de Josefina, en su inocencia cree que la muerte de su bisabuela es la que dio paso a las demás muertes en el pueblo, pero añadió que Josefina descubriría posteriormente que la muerte es parte de la vida y dejaría de pensar en el duelo como una enfermedad.
Al final, Paloma Zazueta agradeció la asistencia de la gente de Pericos en la presentación del libro, ya que subrayó la alusión que hace de su pueblo en la obra mediante la presencia de ciertos personajes entrañables, al igual que lugares representativos como el pitón y la estación del tren; mismos que permiten al lector entender de qué pueblo se está hablando, aunque no se mencione como tal.
En el evento se contó con la presencia de María Elizalde Ruelas, presidenta municipal de Mocorito; la diputada Gloria Himelda Félix Niebla; Tehonixsa López Piñuelas, directora de Casa Peiro; José de Jesús Villela Cortés, jefe del Departamento de Servicios Regionales del Évora, así como familiares, amigos y colegas de la autora.