Narra Ito Bátiz Murillo la historia que hay Detrás del jardín Botánico
Ito Bátiz Murillo presentó su libro que reúne documentos, actas y momentos desde la llegada del primer Depraect a México
El Jardín Botánico de Culiacán tuvo su origen en el jardín de la señora Rosario Depraect, y eso lo cuenta Ito Bátiz Murillo, su nieta, en su libro Detrás del jardín, que presentó dentro de las instalaciones de este emblemático lugar.
En el auditorio del Jardín Botánico de Culiacán, ante amigos entrañables y familia, Bátiz Murillo, sobrina de Carlos Murillo Depraect, fundador de ese espacio de conservación que alberga más de mil especies y 17 colecciones botánicas, compartió aspectos de la historia de la familia, desde la llegada del primer Depraect a México, proveniente de Bélgica.
Dijo que su idea, cuando decidió escribir el libro, era que éste representara a quien está detrás del Jardín Botánico, su abuela Rosario Depraect, y fue posible por el trabajo en equipo que hizo con el editor y los diseñadores, a quienes les manifestó su agradecimiento.
Ito aseguró que “desde lo más profundo de mi corazón, me hace muy feliz que estén aquí”.
Aprovechó el momento para romper un mito.
“Todos creen que a los Murillo se nos da eso de las plantas. Y eso no es así. Mucho menos del lado de los Murillo”, aseguró, desatando la risa del público.
Del libro, dijo, esperó muchos años para poder presentarse ante el público.
“Lo pedí agradable a la vista, para que lo tomen como propio, lo disfruten y siempre quieran volver él”.
Agradeció a su primo Carlos Murillo que le permitiera hablar sobre su tío Carlos, a quien trató con cariño y respeto, porque así fue con él en vida.
Agradeció a su hermana Elena, quien compartió con ella documentos que dan seriedad al libro.
“No es lo mismo que te cuenten una historia que encuentres actas y documentos históricos y con base en ellos desarrolles un tema. Esa es la diferencia entre hablar con la verdad o transmitir mitotes”.
Recibió de sus padres la enseñanza de hablar con la verdad, compartió, y en el proceso de escribir, la acompañó Liliana Salazar, le aconsejó ponerse en manos adecuadas, y estuvo con ella consultando cada renglón del libro, hasta organizar frases centrales y la descripción de hechos personales.
Al final, es un trabajo en equipo, dijo, y agradeció a todos su colaboración.
Allen Sánchez, quien le ayudó en el orden del texto, el título y estructura, comentó que en él Rosario se atrevió a hacer lo que muchos quisieran: reunir la historia familiar hasta donde la memoria lo permita, indagar entre los diferentes puntos de vista y conectar las piezas de un rompecabeza que nos acerca a comprender un poco cómo es que llegamos aquí
“El resultado es Detrás del jardín, un libro de historias contadas a través de varias generaciones que benefician nuestra comunidad porque retrata los esfuerzos que sentaron las bases de uno de los lugares más icónicos de la ciudad, el Jardín Botánico de Culiacán”, dijo.
“La vida del ingeniero Carlos Murillo, retratada en el libro es un ejemplo de seguir su pasión a menudo es sinónimo de plenitud, el amor que sentimos por un tema es la manera de mostrarnos la vida por qué camino ir, la mayoría de las veces no es tarea fácil, pero este libro da cuenta de lo maravillosa que puede ser la aventura”.
Destacó que viene información de las plantas pero también historias que habían sido invisibles a la fecha.
También el libro es una invitación para que cada lector pueda conocer las historias de sus familias, desentrañarlas y adentrarse en su esencia y escribir lo que pueden enseñar a uno mismo.
Ito comentó que hablar con la verdad, encontrar las palabras adecuadas para contarlas y hacerlo de forma estructura fueron los tres retos mayores.
“Como individuos poseemos un alma, que es la que distingue el momento de nuestra vida y nuestra muerte y en las familias existe un alma familiar, en ocasiones pendientes de traer a la luz”, compartió.
“A diferencia del alma individual, esta alma familiar pasa de generación en generación aunque las personas ya no estén, Detrás del jardín es resultado de este trabajo, hay una portadora de esta información y es mi mamá, a sus 92 años”.
A través de años de conversación con ella y más aún en la pandemia, dijo, tomó nota de lo que su memoria recuerda con gran claridad, pudo asentir la realidad de sus antepasados como fue, como sigue siendo, con todas sus cargas y plasmarla en la obra.
Olga Ley Bastidas agradeció que la hiciera partícipe de este proyecto que es un legado significativo y trascendente que está dejando.
A medida que se adentraba en el libro, dijo, se fue descubriendo en cada una de las vivencias como si fueran propias, pues evocaron recuerdos y emociones que se manifestaron a veces en llanto, otras en gozo y muchas más en asombro.
“Esta historia también es de cada uno de nosotros, porque se entrelazan las mismas emociones: historias de amor, desamor, gozo, tristeza, cada uno tenemos en nuestra familia emociones y llegaron a tocar la mía, porque me vi también en esa historia y creo que quien se adentre en la lectura se va a poder identificar porque todos tenemos una historia que contar, tenemos raíces de las que emergemos”.
Al final el público hizo filas para que le firmaran la obra.