María Julia Hidalgo presenta su libro Cien alas

Nelly Sánchez
12 septiembre 2020

"La autora dice escribir con la mirada de un niño"

Para María Julia Hidalgo es importante plasmar con palabras sucesos, calles, personas, fechas, pero más aún lo es hacerlo con la mirada de un niño y eso marcó su escritura en el libro Cien alas.

Al presentarlo, a través de Facebook Live, la autora de la columba Las alas de Titika, comentó que es un libro conmemorativo de 12 años escribiendo en Noroeste.

El libro reúne las 100 columnas más leídas y las distribuye en apartados como Personajes, Reseñas, Relatos, Crónicas y Ensayo, y lo comentaron Felipe Garrido, Rodolfo Díaz Fonseca , Óscar Manuel Quezada y como moderadora estuvo Brenda Rodríguez.

"Las fechas, los sucesos, personas, miradas, las calles, las ciudades son algo muy importante, trato de hacerlo con mucho detalle con la mirada de un niño, esa es la razón de Titika, la forma en que trato de escribir, conservar esa esencia para no perder contacto con todas estas cosas que vemos".

María Julia recordò que quiso ser bailarina de grandes escenarios y aunque el tiempo de baile fue muy corto, fue el momento que sintió mucha pasión, pero a la hora de decidir su rumbo, tomó el que creyó que haría más fácil mi vida.

Y así fue como empezó a trabajar con Juan Manuel Ley, en el corporativo Casa Ley y luego en Tomateros y posteriormente trabajó con gente que hacia ciencia y eso la llevó a escribir, primero temas de ciencia y luego Alas de Titika, cuando entró a Noroeste.

La autora reconoció que ella solo escribe sobre hechos que le conmueven, que las fechas son importantes, y septiembre es un mes lleno de sucesos, como el mes de la desaparición de estudantes, los terremotos de la Ciudad de México, aniversario del periódico Noroeste y el cumpleaños del personaje con que inició y cerró su libro: su madre.

El escritor Felipe Garrido destacó que María Julia tiene una capacidad no innata para escribir.

"Porque no creo que un escritor escriba por una gracia divina, y ella lo ha hecho de manera directa, trabajando como periodista, entregando colaboraciones a distintas revistas, sobre todo el periódcico Noroeste y ese ejercicio constante da sus frutos y María julia es una escritora muy hecha", dijo.

"Comienza sus textos de manera casual, sobre acontecimientos que parecen no muy importantes y rápidamente nos lleva a otros planos y nos hace profundizar en esos temas".

El también académico de la Lengua destacó que el libro se divide en varias secciones, y que en cada texto hay una constante que es la capacidad para narrar sobre personajes, desde su propio interior.

"En cada una de las secciones tengo mis favoritos, marcados, subrayados, leìdos con mucho cuidado y creo que la enseñanza que un lector tiene de tu libro es muy grande porque permiten penetrar en tus personajes de forma aguda e intensa, uno conoce tus personajes aunque llegue a ellos desde la superficie, en las pocas líneas, ninguna pasa de dos páginas".

Rodolfo Díaz Fonseca, columnista de Noroeste, recordó que María Julia fue su alumna en la Escuela de Comunicación, y siendo director editorial en Noroeste, le tocó dar luz verde a la solicitud de ella de colaborar y ahora tiene ya dos libros,

"Su segundo libro tiene 236 páginas, 220 de contenido y una de sus virtudes es que lo bueno, si breve, doblemente bueno, son narraciones cortas, de dos páginas, en las que se puede profundizar porque están de manera clara, transparente y profunda, de tal manera que entras en el personaje".

Óscar Manuel Quezada, escritor y académico de Concordia, comentó que aunque es un asiduo lector de Alas de Titika, no es lo mismo tener el concentrado de 100 alas.

"Es otra cosa, si a un lector no le dices que pertenece a esta lectura no se da cuenta, y al mismo tiempo es un plus. Compren el libro, es un viaje extraordinario, implica hacer lecturas de muchos otros libros y autores, por las citas, María Julia trasciende del periodismo a ser una escritora".

Quezada recordó que cuando recibió el libro, al ver desde la misma envoltura, inmediatamente voló y se transoportó a una imagen de la infancia.

Elogió el trabajo narrativo, las construcciones de los personajes que le fueron tan entrañables, pues puede hacer en breve una biografía.

"Cada ala tiene su propio ritmo, es un abanico de posibilidades, un universo y en él nos podemos reconocer, sumergirnos en un vuelo directo en un viaje de infinitas posibilidades, la simpleza de la narrativa es lo que lo hace atractivo".