Las redes sociales son una simulación, ahí puedes ser lo que te dé la gana y te lo pueden creer: Lenin Márquez
El artista plástico participa como invitado en UniversArte para hablar sobre la libertad y la creación en el arte
“Estamos en una época de simulaciones, tú puedes decir que eres artista y nadie te lo cuestiona”, así detalló el creador en una charla con Fernando Mejía, Alberto Bueno y Carlos Rochín, en el programa UniversArte, que forma parte de la barra digital de la Coordinación General de Extensión de la Cultura y la Radio Universidad.
En evento transmitido vía Facebook Live a través de las cuentas Cultura UAS y Radio UAS, hizo énfasis en que las redes sociales han servido para manipular información y que vivimos una época en la que estamos bombardeados frecuentemente por lo que hoy conocemos como fake news.
Originario de Mocorito, recordó su llegada a la capital sinaloense en 1988 a estudiar en lo que por aquél entonces era la Escuela de Artes y Oficios de la UAS.
“En aquél momento había algo, estaban terminando cosas muy importantes que venían regándose de tiempo atrás, mucho teatro, había música también, la sala Lumière, donde se hacían filas para entrar, muchas exposiciones, una escuela ya descansada de conflictos políticos y porros, pero fértil para aprender, para conocer el arte desde las entrañas, de la historia”.
“Llegaron los festivales donde las obras como Carmen y Carmina Burana que, apenas yendo al DF, ahora CDMX podían disfrutarse.
La UAS no tenía su festival en ese momento, pero si en la plástica, estoy agradecido de llegar para ver germinar todos esos frutos que ya estaban sembrados”, precisó.
Respecto al ambiente para las artes plásticas en la capital, expresó que en su caso personal nunca le ha sido difícil.
“Siempre va a haber con o sin apoyo de instituciones pero el hecho de que se cerraran muchas instituciones como galerías, aun así me tocó ver exposiciones pero para la cuestión propia de producir me impactó, pero al mismo tiempo no lo sientes porque siempre está encerrado trabajando, estoy en un estudio que es una cuevita y no sé si llueve o no, ha sido de alguna manera normal”, dijo.
Comentó no tener un método específico de inspiración.
“No lo tengo, siempre como que me lo quiero poner como disciplina y a veces no desayuno por ponerme a hacer, me levanto directamente o de repente no duermo, nunca he hecho ni bocetos de piezas”, explicó.
“Con la cerámica he hecho algunas piezas que luego las hago grandes, pero una disciplina es en la mañana, cuando está fresco todo, tomándose el café y en las tardes le dedico tiempo a las clases, pero si es muy arcaica la disciplina que tengo, es como éste día se me ocurren las cosas o algo tengo que hacer”.
Sobre mantener la libertad creativa y económica, lo material y el acercamiento con los chicos de barrio, en prisión.
“Doy clases en mi estudio y hago trabajos de restauración, pero vivo de mi trabajo, debo decirlo así, vivo de lo que ustedes conocen, lo que ustedes ven, el fuerte es ese, es con el que tengo mucho tiempo, de alguna manera vivo de mis clases y vendo mi trabajo”.
Detalló que, en su trabajo con los jóvenes del tutelar, pudo darse cuenta que ellos mismos no saben el potencial que tienen.
“Por eso hacen lo que hacen, porque si lo supieran, en vez de cometer cualquier cosa ilícita, sería una función de nosotros como maestros llevarlos a ese punto, lástima que duró muy poco el proyecto; yo tenía muchos proyectos con ellos, se llamaba poesía para llevar y era imprimir en playeras frases de ellos y sacar la playera para venderla y que la gente trajera la poesía atrás”.
“De pronto son medio poetas, escriben canciones o poemas”, dijo.
“Si yo no voy a vivir cien años, quiero que mi trabajo sí viva, me preocupa hacer mi trabajo de calidad y que mi trabajo sea como una cápsula del tiempo, eso es lo que compra la gente cuando compra mi trabajo”.