‘La poesía nos escribe’, dice Ana Paula Ojeda Coronel
La joven poeta, ganadora del Premio Nacional de Poesía Rogelio Treviño 2019 presentará su libro ‘Admito que estoy triste’ este miércoles, en la Casa de la Cultura de la UAS
Durante el confinamiento por la pandemia Ana Paula Ojeda Coronel experimentó emociones de tristeza, dolor, impotencia, pero también de alegría; se concentró en estudiar sus dos licenciaturas, escribir poemas y compartirlos, y el resultado fue publicar un libro que ganó el Premio Nacional de Poesía Rogelio Treviño.
Es la poeta más joven en ganarlo, la única creadora de este milenio a la que se le ha conferido.
Se trata del libro Admito que estoy triste, que presentará este miércoles 23 de marzo, a las 18:00 horas, en la Casa de la Cultura de la UAS. La acompañará la poeta Ernestina Yépiz, con los comentarios.
Este no es un libro autobiográfico, asegura la joven poeta de 21 años. Y aunque las emociones que aborda no le pasaron a ella, sí las vivió.
“Uno se encuentra con la tristeza de alguien y ve su propia tristeza, se encuentra soledad y ve su propia soledad”.
Son poemas, añade, que ha escrito en diferentes circunstancias de su vida y que comenzó a compartir durante la pandemia, porque sentía que era un tiempo, una época de soledad.
“Todos en cuarentena, aislados, nos sentíamos todos muy solos y compartir poesía es conectar con lo más genuino que tenemos, nos conectamos y no somos personas con nombre, edad, género, estatus, somos simplemente seres humanos que sentimos lo mismo”, aseguró.
“A través de mis poemas conecté con muchas personas, fue algo inesperado, una manera de decirme a mí misma y decirle a los demás que estamos en un momento difícil, pero lo estamos compartiendo y que a pesar de la distancia y las circunstancias nuestras emociones eran las mismas y eso nos hacía no estar solos”.
Los inicios
Ana Paula comenzó a escribir desde muy pequeña. “Desde que tengo uso de memoria”, dijo.
Al inicio creaba las historias en su cabeza, comenzó a imaginar cuentos, porque era lo que leía de niña.
Luego, a los 14 años empezó con la dramaturgia, bajo la guía de los maestros Mariano Meza, Joaquín Leyva y Ramón Perea, y se dedicó durante cinco años al teatro y cuando tenía 17, escribió poesía y encontró en este género literario su lugar.
“Sentí que ahí estaba el género al que pertenezco, siento que la poesía viene a nosotros de forma imprevista y que no es que nosotros creemos el poema, sino que él viene a nosotros y nos exige que lo escribamos... a veces pienso que la poesía ya está hecha y nos escribe a nosotros”.
Admito que estoy triste reúne una serie de poemas que tratan sobre emociones socialmente negadas, como la tristeza, la soledad, la insuficiencia.
“Todas esas emociones que si las admitimos nos harán ver como personas que no son felices, exitosas, que no están bien, pero que en realidad son emociones humanas, nos pertenecen, admitir que estoy triste es admitir que soy humana”, consideró.
Ana Paula Ojeda asegura que ella escribe por una razón de supervivencia.
“Siento que si no escribo aquello que me duele, que me atraviesa, que me importa tanto, no sé qué va a pasar conmigo, es una razón de que no sé qué pueda pasar si no lo escribo”.
Durante la pandemia, recuerda, vivió soledad e incertidumbre.
“No saber cuándo iba a acabar, qué iba a pasar, si estaríamos aquí mañana, fueron momentos de mucha presión, tristeza, porque personas que quería estaban muriendo, familiares de amigos míos estaban muriendo y mucha impotencia por todo lo que estaba pasando y todos los que estaban muriendo y yo no podía hacer nada, creo que lo más difícil de la pandemia fue ver sufrir a quien amo y no poder aliviar su dolor”.
Pero la vida no se detuvo, tuvo alegrías y muchas satisfacciones, estuvo estudiando sus dos licenciaturas, Ciencias de la Educación en la UAS y Ciencias de la Comunicación, con énfasis en Periodismo en la UNAM, las dos en línea.
“Podemos admitir emociones sin decir que somos personas que sufren constantemente, la tristeza es una emoción que nos compone como la alegría, el éxito, la euforia, el enojo, son partes del rompecabezas que nos compone como seres humanos”, señaló.
“Estuve muy ocupada con las dos licenciaturas, además empecé a estudiar piano, estuve en un taller de poesía, todo el verano del 2020”.
El premio
De la convocatoria del Premio Nacional de Poesía Rogelio Treviño 2019, se enteró por una amiga que la etiquetó en una publicación de la editorial en Facebook, y pensó “¡bueno!, ¿qué puede pasar?”.
“Entonces fui seleccionando poemas que estuvieran bajo la misma línea o el mismo núcleo, ya cuando tuve los poemas surgió el título, porque siento que era lo que más definía el libro, lo envié a la editorial”, contó.
Y estaba en un evento académico cuando recibió una llamada con lada de la Ciudad de México. Respondió y era el director de Tinta Nuevas Ediciones, quien le llamó para darle la noticia.
“Yo lo soñaba exactamente así, pero nunca me había atrevido a decirlo en voz alta, fue un momento de mucha alegría”.