La música es parte de mi evolución como narrador, asegura Élmer Mendoza
El escritor sinaloense presenta de manera virtual ‘Ella entró por la ventana del baño’, en la Feria Nacional del Libro de León
En la obra de Élmer Mendoza la música ha sido un elemento clave, forma parte de su discurso literario. El título de su más reciente novela, Ella entró por la ventana del baño, se inspira en un tema de Los Beatles, y en Spotify hay un amplio playlist del Zurdo Mendieta.
“La música es parte de mi evolución como narrador, un día estaba escribiendo y se me ocurrió poner el título de una canción, y cuando revisaba eso me di cuenta de que tenía un efecto, porque recordaba la canción y la relacionaba con lo que estaba escrito”, compartió durante la presentación de su novela en la Feria Nacional del Libro de León.
“Y dije ‘esto puede ser parte del discurso literario’ y a partir de allí lo desarrollé en una de mis novelas, Efecto tequila, y ya lo tomé en serio”.
El autor desde su casa, en Culiacán, y en la feria Juan Pablo Torres, lo acompañó en la presentación, transmitida a través de Facebook.
Ahí, el sinaloense comentó que en el caso del Zurdo Mendieta, hay momentos en que considera que necesita ese acompañamiento de música.
“Y lo hago porque ya es parte de cómo yo quiero contar, lo que quiero lograr del proceso narrativo”, comentó.
“Ha llamado la atención que el Zurdo haya escuchado a Karla Morrison, porque tiene una versión de “Un mundo raro” de José Alfredo Jiménez, lo puse y me han preguntado cuatro personas, que cómo es que entro ahí y digo ‘al Zurdo le gustó. Es parte del armado de la historia”.
Mendoza reconoció que mientras escribe, no escucha música, sino que se concentra en las palabras con una entrega absoluta.
Sobre Ella entró por la ventana del baño, dijo que le pareció interesante el tema de Los Beatles, creado por Paul McCartney, cuya descripción del personaje le pareció provocador, cuando escuchó la canción.
“La escuché hace muchos años, cuando no era escritor, al paso del tiempo la volví a oír y me daba el mismo pálpito... era interesante. Aquí había dos historias, la de una chica que entra a ver a uno de sus ídolos, lo conoce y no pasa a más, la de la canción que es sobre un personaje misterioso, que baila, trabaja en bares... y yo tenía que crear una que justificara por qué Ricardo Favela quería verla”.
Y con respecto a ese amor de Favela, consideró que hay un misterio en la vida de los seres humanos que tiene que ver con los amores.
“Hay personas que conocen y viven con el amor de su vida y hay personas que no, que viven con un amor de su vida, pero que en algún momento le sacude y hace que se convierta en algo añorado, que obliga al personaje o lo induce a convertirlo en un deseo de muerte, el último deseo”.
Reconoció que trabajó con mucho cuidado esta parte, pues manejar el erotismo en la literatura no le es algo fácil.
“Tengo que trabajarlo mucho porque al final quiero que mis lectores lleguen a experimentar deseo, que recuerden ese juego, he tenido algunos testimonios, sobre todo de lectoras y es que les ha encantado la parte erótica de la novela”.
Señaló que a los autores les gusta crear vasos comunicantes entre la realidad, en su caso el universo del delito, con la ficción. Y con mucho cuidado se puede conseguir que haya paridades, parecidos, que pueden incluso confundirse.
“Pero una novela pertenece al universo de la ficción y eso tiene que ver con el tratamiento que des, y no hay una fórmula, hay que encontrar el momento de la historia que estás contando, en lo que viene de la realidad, de los recuerdos, lo que es imaginación pura que pueda unirse y ofrecer una sola cara”.
Compartió que la historia del Siciliano surgió porque hace unos 20 años una personas le contó que había conocido un militar que era muy mañoso, que se metió a donde no debía y los mismos militares lo metieron preso.
“La modificación que hubo aquí es que al Siciliano lo detiene la policía, pero los militares lo meten a prisión y ahí lo tienen 20 años”, dijo.
“Hay que crearlo a partir de un concepto de tensión narrativa. Tiene que ser un personaje de mucho carácter y desde un principio dejar claro cuál es su perfil y ponerlo en acción. Es un hombre que es un líder y alguien tiene que pagar por lo que le hicieron y ese fue Gerardo Manrique y eso lo conecta con el Zurdo, a quien le encargan el caso”.
Una cualidad de la novela, destacó Torres, es que toda la historia se va hilando, cualquier elemento que se lanza al inicio sirve para el final y es una lectura de la que como lector, no se pueden despegar.