¿La danza y las pesas están peleadas? Keyla Osuna demuestra que no

19 abril 2018

"La joven baila y participa en competencias de fisicoculturismo, además, motiva a otras mujeres a buscar la mejor versión de sí mismas"

Fernando Espinoza

Keyla Osuna vive su día a día entre rutinas de ejercicio y de baile, se prepara para competencias de fisicoculturismo y a la par presenta espectáculos para turistas, en Mazatlán.

La bailarina es egresada de Escuela Profesional de Danza de Mazatlán a cargo de la compañía Delfos, pero su pasión por la danza nació mucho tiempo antes.

Cuando apenas tenía siete años su mamá la inscribió a un grupo de danza folclórica. "Mi mamá me metió a folclor cuando estaba chiquita pero nunca me gustó, pero descubrí el jazz, y me encantó", recuerda.

Keyla vivió seis meses en Nueva York gracias a una beca que se ganó al terminar sus estudios en danza en el puerto, después llegó a la Ciudad de México con un costal de ilusiones y con ganas de comerse al mundo, con hambre de demostrar que en Mazatlán también se forjan buenas bailarinas de danza contemporánea.

"Intenté dedicarme al arte, como toda bailarina recién egresada de su escuela tiene el sueño de vivir de la danza y el arte, pero realmente en México es muy mal pagado, y terminé dedicándome al show business bailando con artistas".

Con la ayuda del coreógrafo sinaloense Luis Roberto pudo formar parte del ballet que acompañaba a Yuri en sus presentaciones, este fue su trabajo más estable durante los tres años que vivió en la capital.

Por azares del destino tuvo que regresar al puerto que la vivió nacer, hace dos años que la pasión por el fisicoculturismo recorre sus venas, aunque primero, hacer ejercicio era parte de un hobbie que la ayudaba a desestresarse, incluso recuerda que la primera vez que entró al gimnasio fue porque estaba atravesando una decepción amorosa.

Ahora, Keyla asegura que bailar y entrenar es parte de su vida.

"Me siento más fuerte físicamente, he incrementado mi resistencia, al momento de mis shows no me fatigo o si me llego a cansar en algún número me recupero super rápido, a veces dicen que se pierde la elasticidad pero en mi caso no ha sido así, tal vez porque he trabajado con mi cuerpo desde los siete años". comparte.

En diciembre del 2016 decidió comenzar a prepararse para competir en certámenes de fisicocultirsmo, desde entonces hay otras mujeres que se le han acercado para pedirle consejos intentando cambiar su apariencia física.

"Así como hay gente a la que no le gusta mi físico, y está bien para todo hay gusto, también hay gente a la que le he servido de mucha motivación y eso me llena más, me alimentan más lo comentaros bonito a la gente que me tira mala vibra, me encanta ayudar a las chavas a buscar la mejor versión de sí mismas", aseguró.

Un día normal en la vida de esta bailarina fisicoculturista empieza a las 6:00 horas en el gimnasio y termina a las 21:00 después de presentar su último espectáculo para turistas en un conocido hotel de la Zona Dorada. En el transcurso realiza 50 minutos de cardio, después desayuna, entrena a un par de chicas, y se come una colación para terminar con entrenamiento de pesas que dura entre 60 y 80 minutos.

Keyla tiene un aspecto rudo, es de carácter fuerte y segura de sus palabras. Se muestra satisfecha de los resultados que ha tenido hasta hoy.

"Nunca imagina tener un cuerpo así siendo bailarina, tenía peleado ese concepto del cuerpo de danza; estético, espigado y lleno de lineas, a este cuerpo que totalmente lo contrario. Está padre se motivación de algunas chavas, pero yo siempre les digo es un camino largo, no es de un mes o dos meses es un trabajo constante"

De la mano del entrenador Oscar Dominguez se prepara para su próxima competencia, segura de que la fórmula para alcanzar cualquier meta está en la disciplina.

"Hay muchos mitos, que si usan la farmacología, que sí se inyectan el chocho, pero es mentira porque puedes tener toda una farmacia encima del cuerpo pero si no tienes disciplina, constancia, y si no te aferras a esto no les vaa servir de nada"

La filosofía de Keyla consiste en no tratar ser la mejor, sino buscar la mejor versión de si misma, y de la misma manera ayudar a otras mujeres a lo hagan.