Jubiloso programa de Año Nuevo ofrece la OSSLA con Anastasiya Petryshack y Leonardo Sánchez
Organizado por SAS e Isic, interpretaron desde el ‘Invierno’, de Vivaldi, al ‘Nessum dorma’ , de Puccini, en una noche de aplausos
Un jubiloso programa, en el que brilló el virtuosismo de los solistas y la calidad interpretativa de los músicos, así como una cuidada selección del repertorio, ofreció la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes en suConcierto de Nuevo Año 2022,preparado por el Instituto Sinaloense de Cultura y la Sociedad Artística Sinaloense, bajo la dirección del Miguel Salmón del Real.
La violinista ucraniana Anastasiya Petryshack mostró su espléndida técnica interpretativa, su magistralidad y dominio del instrumento en temas muy conocidos y amados, como el Invierno, de Vivaldi; Czardas, de Vittorio Monti, o Tzigane, de Maurice Ravel, mientras que el tenor veracruzano Leonardo Sánchez, con importantes participaciones en escenarios europeos, ofreció una serie de arias como el Nessum dorma, de Giacomo Puccini o La danza, de Gioacchino Rossini.
El Teatro Pablo de Villavicencio lució un amplio nivel de público, aún limitado en su capacidad, debido a la pandemia, y para ello se siguieron los más estrictos protocolos de sanidad, ordenados por las autoridades de Salud y de Protección Civil, a fin de evitar contagios, entre ellos el uso obligatorio de cubrebocas y la sana distancia.
Tras dos exitosas presentaciones en la Sala Plácido Domingo del Centro Santander de Artes Escénicas, en Guadalajara, el Teatro Pablo de Villavicencio volvió a vivir una de las añoradas grandes noches, suspendidas hace dos años por la pandemia y el sonido fraternal de la música sinfónica se volvió a escuchar y a palpitar en los corazones.
El programa abrió con la OSSLA y Obertura festiva, de Dmitri Shostakovich, de carácter alegre, y luego entró, recibida por aplausos, la violinista Anastasiya Petryshack, con el Invierno (de Las cuatro estaciones) de Vivaldi, que evoca los días fríos y de recogimiento de esa época.
Otras piezas fueron la Obertura de Carnaval, de Antonín Dvorak, por la orquesta, para después recibir al tenor Leonardo Sánchez con la famosa aria Orquesta E lucevan le stelle (Y brillarán las estrellas...), de la ópera Tosca, de Puccini, en una espléndida interpretación.
Otro tema de Shostakovich fue el Vals No. 2, acometido por la Orquesta y entre lo más esperado, el aire gitano de Czardas, de Monti, que dio nueva oportunidad a A. Petryshak de lucir sus dotes interpretativas.
La segunda parte abrió con la violinista, ahora ataviada de un elegante vestido rojo, para interpretar la hermosa pieza “Tzigane”, de Ravel, y continuar con la Orquesta tocando la Polonesa, de la suite Noche de Navidad, de Nikolai Rimsky-Korsakov, y luego regresar el tenor con una de las arias más famosas, Nessun dorma (Nadie duerma), de la ópera Turandot, de Puccini, que fue muy aplaudida.
La Orquesta ofreció una trepidante interpretación de la Danza eslava, opus 46, No. 8, de Dvorak, y luego regresó Petryshak con una excelente interpretación de la Introducción y Rondó caprichoso, de Camille Saint-Saëns.
El maestro Salmón del Real mostró sus dotes como compositor al presentar el vals de su autoría Susana, de aires antiguos y modernistas a la vez, y un clásico de los conciertos de Año Nuevo, la polka Pizzicato, de Johann Strauss II, que toca la sección de cuerdas punteando o pellizcando (de ahí su nombre, en italiano) las cuerdas, para cerrar Leonardo Sánchez con la célebre La Danza, de Gioacchino Rossini, que cerró la noche de aplausos, de pie y entre vítores del público.
Y el obligado encore, México lindo y querido, de Chucho Monge, a cargo del tenor, coreada por el público, y con Anastasiya uniéndose en algunos momentos con su violín, en esta pieza que fue una de las que ofrecieron en sus conciertos en Guadalajara.