Interpretan solistas de la OSSLA el sonido de las estaciones del año
La sección de cuerdas de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes dedica a las mujeres su primer concierto presencial durante la pandemia
El sonido de las aves de primavera, de los arroyos y la lluvia, el de la pesadez del calor durante el verano, de la alegría del otoño y del frío impasible del invierno los trajo a la escena la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, dirigida por Miguel Salmon del Real.
En su primer concierto presencial a un año de vivir en pandemia, la sección de cuerdas compartió dos visiones de las estaciones del año, la del alto barroco de Venecia del Siglo 18, de Vivaldi, y la del bullicio de las calles de Buenos Aires postmoderno de la segunda mitad del Siglo 20, de Astor Piazzolla.
En el teatro Pablo de Villavicencio, con tan solo el 40 por ciento del aforo, la OSSLA se sumó también a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, e invitó a tres violinistas como solistas de la primer parte del concierto, Olena Bogaychuk, María José Oviedo y Victoria Camacho.
Ya la bienvenida la dio el director de orquesta, invitando a las solistas a dar una pequeña muestra de lo que los violines podían hacer al imitar los sonidos de la naturaleza, de acuerdo a las estaciones.
Y así comenzó ese gran concierto que en la época de Vivaldi fue vanguardista y un tanto incomprendido, por lo revolucionario de su técnica.
Cuatro conciertos, Primavera, Verano, Otoño e Invierno, que a su vez inspiraron las Cuatro Estaciones Porteñas, de Astor Piazzolla, conocido como el padre del nuevo tango, a quien se le recordó por el centenario de su nacimiento, en la segunda parte del concierto.
Los integrantes de Marketo Strings Quartet, los violinistas Olga Khudoblyak y Xavier Tolosa, el violista Carlos Guadarrama y el chelista Octavio Hidalgo, fueron los solistas invitados.
Ellos compartieron la visión moderna que Piazzolla puso en las estaciones, Verano Porteño, Otoño Porteño, Invierno Porteño y Primavera Porteña, conciertos que fueron surgiendo con algunos años de diferencia.
Y así culminó este concierto de aproximadamente hora y media, que además del público en el teatro, también contó espectadores que lo siguieron a través de las redes sociales del Instituto Sinaloense de Cultura y la Universidad Autónoma de Occidente, en Facebook y Youtube.