Inteligencia y sabiduría
Como un rechazo a la concepción escolástica-medieval, a partir del inicio del renacimiento y la aparición de nuevas ciencias que pretendían, esclarecer la herencia oscurantista, surge una reacción de rechazo a antiguas concepciones y definiciones del periodo medieval, enfocándose a una concepción metafísica, así el término inteligencia paso a ser concebido como una comprensión de la realidad.
La palabra inteligencia surge en el mundo romano, está compuesta por los términos inter que significa entre y legere, cuyo significado es leer o escoger.
Definir la inteligencia, como concepto, lleva a una permanente polémica, entre una concepción abstracta a una concepción desde el mundo de la materia.
Más allá de las controversias en cuanto a su comprensión como tal y la escala en cuanto a la valoración del coeficiente intelectual de cada persona, que conduce a una captación de conocimiento, que potencialmente se podrá aplicar en la vida. Aunque no necesariamente siempre ha sido así.
Aunque continuamente se les llega a confundir, inteligencia y sabiduría, son conceptos diferentes. Sabiduría procede en su origino como concepto, del término griego sophia, designando una virtud fundamental, sintetizándose como la guía para alcanzar la meta del ideal para un ser humano.
En su acepción latina el termino griego es traducido como sapientia con el sentido de gustar, de esta manera el hombre sabio sabe gustar y distinguir los diferentes sabores de loa vida, eligiendo los mejores.
La sabiduría se concibe como una aptitud de valerse adecuadamente de los conocimientos adquiridos, a fin de lograr la posibilidad de alcanzar los objetivos deseados.
Quien actúa con sabiduría obra bien, en este contexto sabiduría va unida la moral, equiparando al sabio con el prudente, actuando, en todo momento, con la sensatez necesaria en la toma de decisiones.
En la cultura actual se le da más importancia a la eficacia, sobre todo en el aspecto material, enorgulleciéndose de la brillantez y la importancia de los conocimientos acumulados, quedando en segundo término la importancia de la sabiduría para su aplicación. En realidad, somos más informados que en épocas pasadas, sin embargo, pero no por ello somos mejores, en todo caso somos más brillantes, pero no por ello somos más sabios.
Salomón, el mítico rey sabio, en la versión de la narrativa bíblica, a la manera oriental, se dice que tuvo una visión en la cual Dios, le ofreció que pidiera un deseo y el siguiendo el ideal de la prudencia, no pidió poder, ni larga vida o riquezas, solo pidió sabiduría, para gobernar a su pueblo y con ello se le concedió todo lo que pudo haber pedido y no pidió.
En el libro de los proverbios se exalta la sabiduría en la mujer y el hombre que la encuentra, encuentra una inmensa riqueza, de prudencia fortaleza y virtud, superior a la sola belleza física, convirtiéndose en poseedor de una inmensa riqueza, poseyendo, en ella, un invaluable tesoro.