Georgina lleva su amor por Sinaloa a través de sus cuentos
Desde muy pequeña, la promotora cultural, orgullosa y enamorada de su estado natal, hace lo que siempre soñó como cuentacuentos en los que transmite su amor por su tierra a los niños sinaloenses
Una madre amorosa, maestra apasionada, orgullosa sinaloense y cuentacuentos con una gran imaginación, Georgina Martínez Montaño de 51 años de edad, ha llevado su cariño por Sinaloa a los corazones de miles de niños con sus libros llenos de historias.
“Es un gran sentido de vida poder escribir para niños y si puedo que nuestro paisaje sinaloense sea universal y que alguna vez estas historias las puedan leer niños de otros lados y sepan que en Sinaloa hay muchas cosas que contar”, detalló Georgina.
Hija de la reconocida bailarina, maestra e investigadora sinaloense Alicia Montaño Villalobos, le regalaba poemas y libros que amaba leer antes de dormir desde que era niña, por lo que soñaba con vivir del arte literario escribiendo poesía, aunque todos la miraran como loca.
Su casa materna siempre estuvo repleta de arte e historia sinaloense que su madre y abuela, quien también era maestra, le enseñaban por medio de cuentos y canciones.
Desde muy pequeña, Georgina ayudó a su mamá a dar clases de danza por las tardes, en las que aprovechaba para contar los cuentos que traía de casa y así “echar a volar“ la imaginación de sus alumnas.
Una de sus metas desde su corta edad era estudiar Filosofía y Letras, pero al salir de la preparatoria y querer cumplir su objetivo, el único turno disponible era el vespertino, eligiendo mejor la carrera de Comunicación.
Comenzó a vivir de la literatura años más tarde cuando empezó a trabajar en el periódico Noroeste de Mazatlán, escribiendo notas de color, contando historias y satisfaciendo esa parte de ella que le encantaba.
“Entonces la vida me llevó a dar talleres gratuitos como periodista a niños en el Museo de Arte de Mazatlán, donde los alumnos aprendían a escribir periodismo cultural, siempre ese tiempo que estuve viviendo, como tres años, me despertó esta idea”.
“Un día dije bueno, por qué no escribo todas estas historias; también me regresé de Mazatlán y empecé a editar un periódico que se llama Alas de Papel donde los niños escriben cuentos y han captado la literatura más hermosa de Sinaloa, haciendo poemas y cuentos”, agregó.
Por más que amara el género literario, Georgina se limitaba a no escribir las historias que creaba en un libro, pues le parecía imposible ponerse al nivel de tan buenos escritores mexicanos, hasta un buen día que tuvo el valor de contar sus cuentos en un programa infantil de Radio Sinaloa llamado Tranca Palanca, tras hacer la labor en bibliotecas locales con anterioridad.
“Les contaba cuentos a los niños, no solamente en la radio, ya me empezaban a hablar para contar cuentos en bibliotecas públicas de Culiacán, y me animó a dar ese paso detrás del micrófono, contando historias que me habían contado, leyendas, y construía mis propias historias”, detalló.
Más tarde, tomó un curso con el escritor Alfonso Orejel Soria, quien le dio la confianza que necesitaba para escribir su primer libro llamado “Costras”, basado en historias de niños que quedan al cuidado de abuelos y tíos; se sumó más tarde otro título “Los Ojos de Inés” inspirado en la escritora Inés Arredondo en el que plasmó su incondicional afecto a Sinaloa.
“Un paisaje en Sinaloa, un árbol, las amapas, fui integrando ese amor tan grande que me han inculcado por mi estado. Le dije a María Tuti, quien fue la primera que ilustró mis libros, que el paisaje de mis cuentos sea Sinaloa”, recordó Georgina.
Para el presente año, lanzará un libro que lleva por nombre “Annia, la venadita que danza”, sobre una niña indígena Yoreme que defiende su derecho de tomar decisiones, el cual estará en idioma mayo y español.
“Cuando los niños indígenas sinaloenses noten que pueden leerlo en su lengua materna y en español, y que pueden sentirse orgullosos de lo que son, para mí eso se me hace bien hermoso”.
Añadió que la Universidad Autónoma de Sinaloa publicará otro libro de su autoría en el que también busca visibilizar la cultura sinaloense, llamado el “Rayo verde de Olas Altas” que habla de un niño que al llegar a Mazatlán descubre que hay magia y un gran misterio, pues todos buscan ese rayo verde para ser felices.
Georgina Martínez asegura que su vocación es vivir la literatura infantil porque en ella ha encontrado su sentido a la vida, ya sea la que crea, la que cuenta o la que hace que los niños crean, pues la vuelve plena y feliz.
“Yo he ido a escuelas de todas las cabeceras municipales de Sinaloa, ya sea a contar cuentos, a dar talleres, provocar que los niños escriban, hacerlos bailar, hacerlos cantar, hacerlos imaginar, para mí eso ha sido un sentido de vida”.
“Pero también hago muchas cosas desde el corazón, me encanta mi trabajo porque puedo estar en contacto con lo que amo, la historia de Sinaloa y crear” concluyó.