Estrenan Te nombré en el silencio, el documental que refleja el dolor y la esperanza de quienes buscan a sus desaparecidos
El documental dirigido por el cineasta sinaloense José María Espinosa de los Monteros, estará disponible de manera gratuita a partir del 15 de agosto y hasta el 31 de este mes, a través de la plataforma digital de Cinépolis Klic
“Nosotras estamos buscando tesoros, y si un día llega el diablo y nos dice aquí hay un tesoro, cada una de las rastreadoras se va a agarrar de la cola, o de la mano del diablo y se va a ir con él a buscar el tesoro, hasta encontrarlos”.
Esta es la frase con que la Mirna Nereida Medina, líder del colectivo de búsqueda de personas desaparecidas denominado Las Rastreadoras del Fuerte, deja claro en un documental que, pese a todo pronóstico, jamás perderá la esperanza de encontrar a sus “tesoros perdidos”.
Este trabajo de investigación llamado Te nombré en el silencio, del activista sinaloense José María Espinosa de los Monteros, visibiliza la voluntad, fortaleza y tenacidad de madres de familias que han perdido a un ser querido por desaparición y que, contra todo pronóstico o adversidad, no se rinden en su objetivo de encontrar a “sus tesoros”, como ellas mismas los nombran.
Espinoza de los Monteros explicó que el documental Te nombré en el silencio, nació de un proyecto más pequeño, ya que algunos años atrás una ONG estadounidense contactó a Juan Pablo (su hermano, quien participa como productor en este documental), para que hiciera unos pequeños reportajes o cortometrajes sobre puntos de violencia en México.
Juan Pablo, quien se ha desempeñado como activista fue contactado para hacer este trabajo en Sinaloa e invitó a su hermano José María, director y productor de cine, a abordar el tema de la normalización de la violencia a través de entrevistas a activistas, periodistas, entre otros personajes.
Recordó que en alguna ocasión había leído sobre el grupo de las madres rastreadoras de Los Mochis, grupo que se formó por el vacío de la autoridad, considerando una buena oportunidad de conocerlas y mostrar todo lo que viven a través de este reportaje.
“Contacté a Mirna y nos encontramos en la fiscalía en Culiacán, y al momento de hacer la primera entrevista con ellas, me di cuenta que no podía parar de llorar por la situación, si bien puedes conocer sus historia a través de los medios, nada se compara cuando te lo cuentan de viva voz, donde hay profundidad en la cosas, y eso es totalmente diferente, dándome cuenta de la urgencia que tenía esta temática, y decidimos hacer de esto un proyecto más grande, más ambicioso, con la idea de crear un largometraje, mostrando los grises del grupo”.
José María reconoció que, desde el principio tenía ese sentimiento inicial de escucharlas y saber lo que estaba en riesgo, además de conocer todo lo que ellas hacían dos veces por semana saliendo a buscar sus tesoros, razón de más para contar esta historia, bien narrada, y de una forma más amplia.
“Mi primer encuentro con Mirna fue muy orgánico, mi relación con ella fue así, platicándolo con ella tuve un click instantáneo, no hubo ese proceso de ganarme su confianza, porque creo que los sinaloenses tenemos esa característica, o proceso de poder ganarnos la confianza, además de tener esa personalidad pasional, ser muy abiertos, directos, por lo que nos entendimos luego, luego”.
Señaló que la primer entrevista fue con Betty, una de las rastreadoras, y la última fue con Mirna, viviendo con ambas un shock al ver la situación en la que se encontraban, siendo la líder quien platicará con él sobre los orígenes del grupo, el vació de la autoridad, aspectos que reforzaron más en José María la ganas de continuar con este proyecto fílmico.
“Mirna es una mujer muy abierta, aspecto que se puede apreciar en el documental, desde que se empezó a grabar, ella ya tenía experiencias en documentales, porque le habían hecho uno, pero más corto, y si bien otros documentalistas buscan dar voz a este tipo de grupos, en su caso, Mirna y las rastreadoras ya tienen una voz, pero creo que este documental ayudará a amplificarla”.
Buscar la concientización señaló José María, fue uno de los principales objetivos del documental, exponer todo lo que viven las mujeres rastreadoras tanto en los procesos de duelo, búsqueda, en la inseguridad, en la falta de recursos, en la precariedad en la que viven, con la idea de poner este tema sobre la mesa, y como sociedad, empujarlo hacia adelante en conjunto con otros grupos y gobierno.
“A veces pensamos que esto no nos compete como sociedad, pero sí nos compete porque está pasando a nuestro alrededor, frente a nuestras narices y volteamos hacia el otro lado por ser temas difíciles, pero tenemos que enfrentarlos”.
Narró que junto a las rastreadoras salió hacer búsquedas en más de 12 ocasiones, haciendo uso de sus propios recursos, y con el apoyo de organizaciones no gubernamentales, ya que no aplicó a ningún esquema de financiamiento de gobierno, grabando de forma espaciada, mientras se conseguía más dinero para continuar la filmación, permitiendo al director entender mejor lo que ya tenía, lo que necesitaba, y el camino que debía seguir.
Realizar una búsqueda con ellas no es fácil, recordó, pues decidir si se lleva una patrulla estatal o no a una ranchería es delicado, sabiendo que al entrar, las redes entretejidas del narco ya saben hacia dónde va, lo que hace que se le “caliente un poco más el terreno”, o tomar la decisión de no llevarla, siendo más sutil, “volando” por debajo del radar, exponiéndose a cualquier situación, aunado a la temperatura ambiente de Sinaloa donde el calor puede ocasionar estragos en la salud, tal y como él lo vivió en uno de los recorridos.
En el documental, dijo, se aprecia como las rastreadoras realmente se enfrentan a muchas situaciones, sobre todo por la falta de recursos económicos para llevar suficiente agua, comida, pero ante tanto ímpetu de búsqueda hace que se olviden de comer, o tomar agua, causando descompensaciones, por lo que considera se deben de crear mecanismos para proteger a los grupos de buscadores en México, debido a que están en el desamparo total, arriesgando su vida porque ellas están haciendo el trabajo del gobierno de una forma titánica.
Sobre si hubo miedo durante el desarrollo del documental, José María dejó claro que sí lo hubo, más cuando en unos los recorridos fueron seguidos por un auto el cual vigilaba sus pasos, o cuando se adentraron a un lugar con muchos matorrales, y fueron sorprendidos por una ráfaga de balas, a unos 300 metros de donde ellos se encontraban, buscando intimidarlos.
“Emocionalmente este proyecto me cambió de muchas maneras, al escuchar las historias y ver a las señoras a los ojos, generó en mí una tristeza profunda de ver en el desamparo en el que se encuentran, y que no es solo en Sinaloa, sino en todo México, cargando un dolor muy fuerte por la pérdida, pero también está la parte luminosa, donde aprendí mucho de ellas, aprendí de su fuerza, de su luz, de sus ganas de vivir, de seguir buscando, de su resiliencia, dejándome una lección de vida”.
Con Te nombré en el silencio resaltó experiencias que lo “aterrizaron” en el mundo real, lo sacó de esa burbuja diaria a la que estaba acostumbrado en su di a día, llevándolo a otra realidad, a la que como ciudadano exhorta a cohabitar con ellas, a involucrarse, y a empezar a entretejer soluciones definitivas que sirvan para enfrentar los problemas que viven las madres rastreadoras.
“Uno de los días más especiales que viví con ellas, fue el último día grabación; estábamos en el cerro donde está la tumba de Roberto (Hijo de Mirna) ahí donde fue encontrado, hayamos ahora los huesos de sus dedos, fue una escena muy fuerte para todos, creo que jamás me había atravesado un sentimiento tan grande.
“Luego fuimos al panteón donde está enterrado Roberto, y aquí la cosa cambió un poco, se platicó sobre él y su vida, llegaron chirrines y las señoras empezaron a cantar, y de pronto todo se convirtió en una fiesta de vida recordando a Roberto, y dejamos de grabar, y nos involucramos en la fiesta bailando con ellas, culminando así un trabajo de más de cinco años”.
Llega a Ambulante
Su trabajo al frente de Te nombre en el silencio, fue reconocido por Documental Ambulante A.C, la cual le hizo la invitación de formar parte del ciclo de una muestra de documentales, acompañado de producciones valiosas de directores como Carolina Corral, Ai Weiwei, Daniela Rea, entre otros, con obras que abordan este tipo de temas.
“Estamos orgullosos de formar parte de esta muestra, colocando esta temática sobre la mesa, sobre todo en una época donde el documental ya dejó de ser algo lejano para las audiencias, las cuales hoy están mucho más abiertas a recibir este tipo de historias, y qué mejor manera de hacerlo que a través de un ciclo de muestras, y así concientizar y crear una reflexión, y en base a ella generar soluciones”.
Exhibición a partir del 15 de agosto
El documental estará disponible para el público de manera gratuita, a partir del 15 de agosto y hasta el 31 de este mes, a través de la plataforma digital de Cinépolis Klic, donde lo único que tiene que hacer la persona es suscribirse y listo.
“Te nombré en el silencio es un proyecto que en lo personal me deja es un gran amor por este género del documental, sobre todo porque jamás como cineasta me vi creando documentales para contar este tipo de historias”.
José María compartió además, que entre sus próximos proyectos se encuentra la creación de un cortometraje, y posteriormente una película de ficción, además de otros proyectos, aportando con ello a crear conciencia sobre lo que está pasando alrededor.
“Estoy muy contento con este documental, es lo que quería hacer, de cine directo que no está sobre estetizada, un proyecto sí visceral y de mucho dolor, pero también con un balance de luz y sombra.
Sobre el director
José María Espinosa de los Monteros es fundador de Cinema del Norte, una productora independiente que busca descentralizar y promover la producción cinematográfica en el norte de México. Debutó como guionista y director con el cortometraje Whippet, el cual participó en festivales como el GIFF, Miami Film Festival, Black Canvas FCC y el Festival del Puerto. José X, su segundo cortometraje como director, fue parte de Macabro y Mórbido Film Fest.