‘El trabajo del curador puede hacer lucir la obra o destruirla’: Enrique Espinoza Pinales
Durante su participación en UniversArte, el artista plástico recomienda a los creadores confiar plenamente en su curador
El trabajo del curador puede hacer que la obra luzca, se proyecte, cobre relevancia o puede destruirla, aseguró Enrique Espinoza Pinales.
Al hablar sobre la práctica curatorial en museos y galerías, el ex director del Museo de los Yaquis, compartió que aunque en ocasiones haya curadores que más que curar, enferman, la confianza en el curador es imprescindible al momento de montar una obra para su exhibición.
Durante charla con Fernando Mejía, Juan Carlos Rochín y Alberto Bueno, en el programa adscrito a la barra digital de la Coordinación General de Extensión de la Cultura que se transmite cada viernes vía streaming a través de Facebook Cultura UAS.
Señaló que, aunque la curaduría entre en el campo de la museografía, es una actividad muy especializada que requiere de una formación con muchos recursos intelectuales, pero también técnicos.
“Yo creo que son más importantes los recursos intelectuales como un profundo conocimiento de la historia del arte, de las técnicas, de estilos, de las corrientes artísticas contemporáneas, pero sobre todo un conocimiento en el manejo de los espacios, todos los elementos que va a articular, armar una especie de rompecabezas para que la obra pueda dialogar con el público y el curador hace accesibles esos códigos”, precisó.
“Un mal curador o alguien que no es curador, pero hace trabajo de curaduría, echa a perder imagen de una institución; cuando se dice que ahí puede exponer cualquier principiante o cualquier pintor sin nivel, entonces los que tienen nivel se alejan de esos espacios”, subrayó.
Las galerías universitarias tienen que ser espacios muy cuidados, añadió, tanto en el aspecto normativo, como en sus programas educativos y en su soporte, que son las exposiciones.
Destacó que pese a que ha trabajado en proyectos curatoriales con personal del Instituto Nacional de Bellas Artes y del museo Soumaya, y otros que han desembocado en catálogos importantes, nunca se ha considerado museógrafo.
“Soy un artista plástico que ha incursionado en la museografía, seguramente tengo muchísimo qué aprender”.
En la actualidad, añadió, existe un gran reto que tiene que ver con cuestiones de capacitación y de formación.
“Quien no se mueve con el arte contemporáneo, difícilmente puede hacer museografía en arte contemporáneo, finalmente tenemos que reconocer que tenemos limitaciones”.
Consideró que las galerías de ciertas instituciones deben tener consejos que ayuden a establecer criterios y a ser un filtro también para el tipo de exposiciones, que revisen la trayectoria del artista, su carpeta y toma la toma de decisiones.