El poderoso impacto de la percepción
¿Tienes el hábito de verificar tu percepción y las impresiones que tienes de las personas y de las cosas?
Las bases del conocimiento
Rara vez reflexionamos que tan realistas son nuestras percepciones. ¿Su importancia? Nada más y nada menos que ellas cimientan la idea de la realidad que nos circunda, influye en cómo nos sentimos e interactuamos, en nuestras preferencias y rechazos. Como podemos ver... hay mucho en juego.
La percepción es la materia prima de nuestro entendimiento pero lo hacemos en automático.
Quien reflexiona se da cuenta y además se conoce más, está más atento y puede distinguir lo aparente de lo falso. La luz de la sala se enciende con la reflexión, ésta se da cuenta de sí misma al verse ante el espejo. Intuimos que la iluminación tiene que ver más con el nivel de reflexión, los conocimientos que no son iluminados por ella permanecen latentes como las semillas, la reflexión los hace fructificar, al hacerlos conscientes los eleva.
Adecuarnos a la realidad
Acabamos de ver a alguien que se dice “intelectual” que ante preguntas directas recurría a su acervo mental para responderlas en vez de basarse en las evidencias y en los hechos que le cuestionaban. El intelectualismo intenta entender y acomodar la realidad para sumar su acervo, en cambio alguien con sentido común prefiere observar y verificar los hechos dentro de lo posible y entenderlos más claramente discerniendo.
No se trata de acomodar la realidad en nuestra cabeza, sino de adecuarnos a ella. Si atendemos más lo que pensamos nos perdemos.
La saturación mental
Por otro lado la saturación de las redes y de los medios moldea nuestra forma de pensar, mucho del comportamiento autómata viene de ahí. Lo empezamos a creer de tanto verlo y oírlo.
Mucho de lo que pensamos está basado en impresiones y en supuestos, de ahí nuestras preferencias y rechazos.
Proyectamos una impresión para ser aceptados y queridos. Pero si observamos lo que se aparenta podemos ver lo que se esconde... ahí en donde más necesitamos ser amados.
La gente prefiere más ver escenas que leer lo que dificulta su análisis. La saturación de información merma la calidad de nuestra atención y de la retención, y desata una malsana curiosidad.
Esto nos vuelve muy vulnerables. Con tanta información resulta difícil estar bien informados.
¿Cómo explicar por qué los colombianos, los chilenos y ahora los brasileiros voten por candidatos socialistas cuando han padecido en carne propia sus males? ¿Cómo explicar la popularidad de un presidente cuando son muy notables sus malos resultados?
Ex ejecutivos de Facebook confesaron que manipularon la opinión de los jóvenes británicos para el Brexit, Trump lo hizo, en Colombia Petro confesó que las redes le permitieron posicionarse, en México opera una gran red de promotores del régimen.
Hay una constante manipulación ¿Por qué tomas ese refresco y no algo saludable? Un amigo me envía un mensaje positivo al empezar el día, al observarlos aparece frecuentemente una taza de café, de tal manera que empecé a consumirlo un poco cuando rara vez lo hacía.
¿Te has dado cuenta que en las películas que recrean décadas pasadas los actores fuman mucho y que siempre beben en la oficina? No es casualidad. Como se prohibió su publicidad usan otros medios para inducirlo. Lo ves y lo oyes tanto que lo haces.
La guerra de la mente
Las batallas que quieren ganar las agencias de marketing, los asesores políticos y las agencias de inteligencia suceden más en la mente que en la realidad. Se llama Posicionamiento.
Una vez que entras y permaneces en la mente ganas aunque aquello no sea verdad o vaya en contra de tu salud o de tu sentido común: hechiza.
El doble juego
Los sentidos pueden engañarnos, las percepciones pueden ser sesgadas y mal interpretadas; los sentidos requieren educarse, un catador de vinos capta más cualidades que un neófito.
Pero sucede algo muy curioso con la percepción: lo percibido -que existe solo en la mente- puede afectar la realidad, de la misma manera en que el observador afecta el experimento.
La confianza, las expectativas y las percepciones afectan las monedas, las votaciones, la economía y el nerviosismo de la bolsa. Los candidatos pagan encuestas que los favorezcan antes de las elecciones, los presidentes populistas las necesitan para justificar sus locuras.
Antes la economía se basaba solo en la racionalidad para decidir, ahora incluyen a las emociones. Incluso le dieron el Nobel a Richard Thaler por defender la irracionalidad en la toma de decisiones. El error fue desvincularla de lo psicológico porque a fin de cuentas estudia el comportamiento humano ante la escasez.
¿Cómo formas tu criterio? ¿Verificas tus impresiones o te dejas llevar por ellas? ¿Cómo tratamos a los demás?
En definitiva ¿Qué tan real es nuestro mundo interior?
Y esto sí importa porque no podemos cimentar la felicidad con alfileres.