‘El cuento es un género vivo’
Cristina Rascón asegura que el elemento principal de este género es la sorpresa, el contar una historia oculta y lo comparte en un taller con jóvenes escritores
Un cuento, a diferencia de un relato o una anécdota, narra dos historias, una a la vista y otra que es oculta y al final revela ese elemento sorpresa, asegura la escritora Cristina Rascón.
“El cuento es un género vivo y muy natural, es una forma que te permite intensidad y revelación, entonces parecería que estás hablando de una cosa cuando en realidad estás hablando de otra, al poner en duda lo que estás leyendo, la realidad que nos rodea, y luego sorprender al lector con realidades alternas”.
La escritora, economista y traductora de poesía japonesa, autora de cuentos como La desilusión óptima del amor, Dime tu nombre, En voz alta, Hanami, Cuentráficos, entre otros destacó que hay cuentistas en México contribuyendo en ese sentido.
“A los mexicanos nos es nato contar ese tipo de historias, así que yo creo que el cuento en nuestro país está vivo y va a seguir así, porque es un género que necesitamos”.
La autora originaria de Sonora, impartió el taller de cuento “La doble historia”, en el Centro de Literatura, del Instituto Sinaloense de Cultura. En el primer día, destacó, fue una experiencia excelente pues estuvieron analizando la teoría del cuento según el cuentista Ricardo Piglia, Ernest Hemingway, Luisa Valenzuela.
“Vimos primero teoría, qué es escribir un cuento, un cuento en realidad narra dos historias, mientras que una anécdota o un relato sólo narran una historia, de manera generalmente cronológica, y el cuento puede jugar con los tiempos, puntos de vista, personajes, pero sobre todo, al final hay una historia secreta que se revela al lector, ese es el efecto literario del cuento en Latinoamérica, lo estuvimos viendo desde una perspectiva teórica y analizamos un cuento de Piglia”.
En la segunda sesión, los alumnos tuvieron la tarea de ir con un cuento para compartir su lectura y la realidad social que quisieron plantear, en los lenguajes que eligieron utilizar, poético, periodístico, narrativo.
Formar nuevos cuentistas
Rascón fundó y dirigió con su pareja, el escritor Mauricio Molina (e.p.d.) Skribalia: Escuela Global de Escritores en Línea, desde la cual ofrecieron cursos gratuitos durante el confinamiento por Covid-19, fue directora de la Coordinación Nacional de Literatura en el INBAL, donde creó el Premio Bellas Artes de Literatura en Lenguas Indígenas, el Premio Bellas Artes Sonora de Minificción Edmundo Valadés, la plataforma electrónica para participantes en los premios literarios nacionales y el Diplomado Literaturas Mexicanas en Lenguas Indígenas, e impartir este tipo de talleres en ciudades del interior del país, es de suma importancia.
“Son muy necesarios estos talleres porque nos falta esa formación técnica, yo les digo que a veces el cuento puede tener mucho corazón, reflejar la realidad de la localidad, pero en realidad necesitamos que haya formación técnica para poder saber plantear un cuento, narrando dos historias al mismo tiempo y eso es lo que a veces hace falta”, consideró.
“Yo he sido jurado en concursos de cuento nacional o para becas estatales o nacionales de Jóvenes Creadores escritores, etcétera, y veo que eso es lo que hace falta, un planteamiento más técnico, conocer cuál es la verdadera estructura que se necesita en un cuento, entonces estos talleres les dan la capacitación para que no solamente sea el tema, sino que se logre bien la forma”.
En ese sentido, el mejor consejo que les da a los participantes es que lean.
“Hay que leer cuentistas mexicanos y latinoamericanos, entre más leemos, más conocemos la forma literaria en la cual nos queremos expresar y también aprovechar los lenguajes que cada uno ya trae, algunos son abogados, hay un médico, hay dos periodistas, esos contratos, esas notas periodísticas, esas recetas y diagnósticos médicos pueden ser parte de la literatura”.
Se trata, añadió, de preguntarse qué experiencia tengo pues todo es valioso para abrevar en un cuento, en una forma narrativa.
“Son lenguajes valiosos que nos pueden ayudar a construir personajes e historias, aprovechar lo que ya sabemos”.
Cristina Rascón admira a grandes cuentistas, como Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Luisa Valenzuela, Clarice Lispector, Ana María Shoa.
“Luisa Valenzuela y Clarice Lispector me parecen cuentistas interesantes, propositivas, Luisa es más de acción y Claris es más poética. Inés Arredondo, por supuesto, de aquí, de Sinaloa, es muy importante y excelente cuentista”.
Leyendo y practicando, añade, el cuentista va encontrando su propia voz.
“Hay que leer, ir a talleres si de repente no se sienten muy cómodos en los talleres, por lo menos tener un tutor, un mentor, una asesoría individual con escritores que sepan dirigir a los jóvenes cuentistas, porque si hace falta esa orientación para mejorar y pulir los cuentos que uno escribe.
Formas breves de contar
Ganadora de premios como Sonora para la Cultura y las Artes, Latinoamericano Benemérito de América, el Regional de Literatura del Noroeste y el Premio Libro Sonorense y tercer lugar en el Premio Internacional de Haiku “Kusamakura” (Japón) en lengua extranjera, la autora se identifica mucho con las formas breves, el cuento, la minificción, el haiku.
“Sí me gusta la novela y estoy escribiendo una, pero es otro tipo de relación del autor con los personajes y en el cuento tú descubres al personaje, que por sus acciones y reacciones te revela quién es, entonces es una continua sorpresa”, comparte.
“El cuentista vive buscando la sorpresa y viviendo la sorpresa, por eso me fascina el cuento”.
Recientemente, publicó el libro de cuentos Dime tu nombre, que presentó en el Celit, y que forma parte de una colección que se llama “Mujeres, razón y porvenir”.
“Es parte de una colección de mujeres escritoras de cuento y de poesía, todas ellas mexicanas, Mónica Lavín, Ana Clavel, Esther Seligson, creo que hasta Elena Poniatowska en la misma colección, son mexicanas que en la narrativa corta están planteando nuevas formas de narrar la realidad o de plantear realidades alternas”, asegura.
“Eso es muy importante y que se titule “Mujeres razón y porvenir” me encanta porque se suele pensar que la mujer es emocional, pero también puede ser muy racional y el género del cuento es muy racional”.
Actualmente, adelantó, está trabajando en una novela que le gustaría terminar este año o el próximo y está escribiendo varios cuentos.
“Yo creo que ya tengo para dos libros inéditos, pronto los quiero mandar a editoriales o concursos y creo que el tema de la muerte y del duelo va a ser importante en mis siguientes escritos”.
Finalmente dijo estar contenta en Culiacán, compartiendo el género del cuento en talleres y con la presentación de su libro.
“Espero estar regresando muy seguido, me emociona mucho formar nuevos escritores en el norte de México y más en Sinaloa”.