El corrido de ahora narra el sentir y pensar de los jóvenes

Noroeste / Redacción
17 abril 2024

Juan Antonio Fernández y César Burgos Dávila, moderados por Ricardo Rodríguez, participan en el conversatorio Revolucionarios, bandoleros y tumbados, en el ISIC

El corrido que se escucha hoy en día narra la forma de vivir, de pensar, de situarse y relacionarse en el mundo de la juventud de hoy, y se sigue manteniendo un contenido que habla de narcotráfico, violencia, muerte, consumo de drogas, y amor, pero en el corrido tumbado, es cada vez menos relevante la vida del narcotraficante, y se narra la vida suntuosa, de lujos, de consumo y todos los placeres e la vida del protagonista.

Lo anterior fue algo de lo que se dijo durante el conversatorio sobre Revolucionarios, bandoleros y tumbados, dentro del ciclo de conversatorios Triálogos, Rituales, Lenguajes, Prácticas 3 de 3, organizado por el Instituto Sinaloense de Cultura a través de la Dirección de Patrimonio, Museos Comunitarios e Investigación, en el que participaron los investigadores Juan Antonio Fernández y César Jesús Burgos Dávila, bajo la conducción de Ricardo Rodríguez López.

En el Centro Sinaloa de las Artes Centenario, Burgos Dávila comentó que ha habido gobernadores en Sinaloa que han culpado a esta expresión artística por acontecimientos violentos que han ocurrido, pero como me han dicho algunos músicos que he entrevistado, “al perro más flaco se le cargan las pulgas”, es más fácil echarle la culpa al músico o a la música, y no mirar las condiciones de vida y sociales en que se están situando las juventudes de ahora.

Agregó que a fines de los ochenta se decía que censurar los corridos era para prevenir que las jóvenes ingresaran al narco, disminuyera el pistolerismo y abatir la producción de enervantes, y si evaluamos cual ha sido el resultado de esa censura, vemos que no han disminuido el narcotráfico ni el pistolerismo, pero sí que distintos actores han obtenido ganancias por la incentivación de estos temores.

Tras analizar el corrido desde los tiempos de Porfirio Díaz a la Revolución, hasta llegar al corrido del narcotráfico en un proceso continuo de evolución, Juan Antonio Fernández comentó que, más que un cambio, es un proceso de públicos y formas de consumo, de las que dijo que las formas de consumo cultural tienen que ver con la forma como la juventud se apropia del mensaje, y tiene apropiaciones diversa, se consumía culturalmente el corrido en la época revolucionaria, tanto en la tropa como en los teatros de revistas, y conforme van abriendo las épocas y los contextos se consume culturalmente en las juventudes.

Expresó que esa nueva forma en que les llega la música a través de diferentes medios masivos como son internet y las redes sociales no tienen que ver propiamente con la exacerbación de la violencia.

También se refirieron a la evolución moderna del corrido hacia ritmos más urbanos la fusión entre diversos géneros e instrumentaciones que han sostenido al corrido actualizado, manteniendo su vigencia por cada generación juvenil a la que va dirigido su consumo, como en el caso de los Tigres del Norte cuando grabaron los corridos prohibidos, que les pedían vestirse como los chamacos de ahora.

Si hacemos esa lectura al movimiento de hoy con el movimiento alterado, el corrido verde y los tumbados, en términos de marketing parece que la población juvenil ha tenido un papel muy importante en la producción, circulación, reapropiación, significación y el consumo del corrido.

Respecto al corrido tumbado esta es una expresión n musical que cruza lo que se conoce como el regional mexicano (banda, norteño, requintos, bajosesto, tuba) pero no se queda allí; hace años el éxito fue mezclar el norteño y la banda, y ahora transitan a lo que llaman música urbana, rap, hip hop, reggaetón, y otro cruce tiene que ver con lo regional y lo nacional, rompiendo las fronteras, como en el caso de las colaboraciones entre cantantes de diversos países.

Aquí ya no son los discos ni los casetes, sino la socialización y comercialización y consumo inmediato a través de las redes sociales, y al movimiento alterado le tocó picar piedra para salirse de las disqueras y empezar a usar las redes sociales.

Burgos Dávila dijo que aquí hay una parte que pareciera que en la historia reciente del corrido en general se recicla, es una expresión musical que incomoda, porque puede ser concebida como una música popular, es una controversia que desata temores, esto no es reciente, el temor apareció con los corridos prohibidos, o los alterados, los tucanazos.