‘El Canto eterno de la gran música’ llega a Monterrey

Miguel Salmon del Real
12 marzo 2024

Presentar hoy mi libro “El canto eterno de la gran música” en la tierra de Alfonso Reyes es motivo de enorme gratitud, pero sobre todo constituye un reto, ya que, sin hombres como él, los mexicanos no tendríamos la posibilidad de recorrer en la actualidad un puente hacia el conocimiento universal. Buena parte de los pilares que sostienen la educación y la cultura en México se construyeron con Alfonso Reyes desde tierras regias. Estar presente en la edición 2024 de la Feria Universitaria del Libro UANLeer, representa una forma de palpar, en esta ciudad, los orígenes de nuestra cultura moderna.

En 1882, siete años antes del nacimiento de Reyes, nació Manuel M. Ponce, por cierto, el mismo año que José Vasconcelos. Ponce constituyó para la música de nuestro país el conducto con la tradición europea romántica, justo como Reyes lo hizo en el terreno literario. En sus facetas diversas, Ponce componía, tocaba el piano en un altísimo nivel, rescataba y transcribía música popular —a él debemos el registro de algunas de nuestras canciones más preciadas—, además escribía en una de las primeras revistas musicales de México. Manuel M. Ponce mantuvo a nuestro país en sincronía con las propuestas estéticas de la Europa de finales del siglo XIX y principios del XX. En la generación que le sigue, Carlos Chávez y Silvestre Revueltas, nacidos en 1899, edificaron una identidad musical mexicana durante la primera mitad del siglo XX, que alcanzaría su culmen a nivel global en años recientes.

Las postrimerías del siglo XIX mexicano y el comienzo del siglo XX vieron florecer la inteligencia de generaciones que no dejan de asombrarnos. En la actualidad, cerca de completar el primer cuarto del siglo XXI, la presencia de estas grandes figuras históricas nos estimula y, a su vez, nos plantea un desafío enorme.

Hoy, miércoles 13 de marzo, en punto de las 10 de la mañana, presentaré “El canto eterno de la gran música” en el patio del ala norte del Colegio Civil del Centro Cultural Universitario (Calle Washington esquina Colegio Civil), en el centro de la ciudad de Monterrey —tierra que, por cierto, también es la de mi padre. En el panel me acompaña el maestro Eduardo Diazmuñoz, reconocido director de orquesta mexicano y actual titular de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Nuevo León. El libro a comentar se compone de una serie de ensayos que versan sobre música y su relación con la mitología, la historia, las artes plásticas, y otros campos del conocimiento. La motivación inicial al escribirlo fue crear argumentos que pudieran ser utilizados por artistas y gestores en el ejercicio de su profesión. Con frecuencia, el creador artístico, ensimismado en su quehacer y absorto por las exigencias de su trabajo y de lo cotidiano, no suele dedicar espacio para la reflexión, y mucho menos se encuentra listo para proponer argumentos que produzcan conciencia acerca de la enorme importancia de su misión —asunto por demás urgente.

He considerado que escribir puede ser una nueva forma de explorar la musicalidad del alma. Después de todo, las palabras, al igual que los símbolos musicales, aparecen en la hoja y avanzan en movimientos paralelos, oblicuos y contrarios para construir un contrapunto de ideas que unifican razón y emoción.

Para este libro seleccioné 21 textos que escribí y publiqué entre 2020 y 2023 en distintos medios periodísticos. En número 21 es arquetipo en distintos momentos de la historia, para la Cábala simboliza la creatividad y la libertad, los arcanos mayores del Tarot asemejan en número, mientras que en la numerología el 21 es equilibrio, abundancia y transformación. En música, el Pierrot Lunaire, op.21, escrito en 1912 por Arnold Schönberg, agrupa 21 miniaturas musicales. Para el volumen que estoy por presentar, di estructura a diferentes ensayos de acuerdo con su ritmo, en cuatro movimientos: I La gran música, Allegro sostenuto, II Homenajes, Andante elegiaco, III Reflexiones, Adagio cantabile y IV A tempo di pandemia, Presto.

Este trabajo, publicado por Andraval Ediciones, bajo la dirección de Maritza López, está dedicado a Heriberto Kuroda, cuya confianza y generosidad han hecho de este libro una realidad, y también a la familia Kuroda, a Juan Manuel y a Luis Armando, quienes me han acompañado durante la elaboración de estos textos, así como a mis padres, a los amigos perennes y salvaguardas de la cultura, y al público que ilumina la obscuridad de los teatros, cuyo aplauso es la última música del concierto.

Si entre estas letras, ya disponibles en librerías locales, el lector encuentra alguna nota armoniosa, expreso desde ahora mi alegría por la consonancia que resulta del entendimiento mutuo.

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FB Miguel Salmon Del Real – Orchestra conductor