El arte feminista es un trabajo colectivo, asegura Karen Cordero

Nelly Sánchez
10 julio 2021

La historiadora, curadora y escritora comparte algunas reflexiones en la Jornada de Reflexión, Mujer, Arte y Feminismo

El arte feminista requiere de un trabajo colectivo, de diálogo, de formar grupos y crear estrategias para protestar con respecto a situaciones de la mujer en la sociedad, aseguró la historiadora de arte Karen Cordero.

Durante la Jornada de Reflexión, Mujer, Arte y Feminismo, organizada por el Museo de Arte de Mazatlán, Museo de Arte de Sinaloa, Instituto Municipal de cultura Culiacán y Pinto mi raya, Cordero Reinman hizo un recorrido por momentos importantes del arte feminista, desde los años 70, el trabajo de la artista Mónica Meyer, y cómo derivó en los tenderos que actualmente se exhiben en Sinaloa.

Al inicio de su charla, llevada a cabo a través de la plataforma Zoom y transmitida vía Facebook, recordó en 2016, cuando justo después de hacer una exposición en el MUAC, la invitaron a Sinaloa a impartir un curso de arte feminista, cuando Mónica Mayer hizo un tendero.

“Fue una experiencia súper interesante”, aseguró.

La autora de múltiples publicaciones sobre el arte de los siglos 20 y 21, comentó que el arte feminista cuestiona desde sus temáticas, proceso, materiales y modo de involucrar a las personas, las dinámicas de exclusión, invisibilización y violencia producidas por construcciones desiguales de género, y además configura propuestas alternativas en ese sentido.

Compartió que hace unos meses, durante la pandemia, escribió un ensayo sobre el repensar las colectividades y al hacerlo se remontó en una especie de auto etnografía a sus propias experiencias y su formación como feminista.

“En mi investigación con ese ensayo me tomé con un texto de John Englart, hecho por una persona que escribe sobre el tema, que me pareció apropiado a este contexto”.

Y lo leyó.

“El pequeño grupo puede crear espacio libre donde cada individuo puede cuestionar la sumisión y obediencia a la autoridad, el condicionamiento a roles de género y las relaciones de poder... El pequeño grupo puede empoderar a sus integrantes individuales”.

Recordó algunas exposiciones de Mónica Mayer en el tendedero Making it safe, de 1979, en el que retoma el que hizo en el Museo de Arte Moderno en México y convierte en un trabajo que tiene una interlocución con el entorno colectivo y más amplio.

“Mónica retoma esa iniciativa, con la intuición que plasmó en el primer tendedero y eso se articula de otra manera en el proceso de aprendizaje que está teniendo, de cómo concebir en otro lugar el trabajo, no como de museo, sino que se articula en el entorno urbano, con una comunidad, para tener una incidencia social específica”.

Ejes discursivos

Algunos de los ejes discursivos centrales del arte feminista, desde los años 70, son el cuerpo, el ámbito doméstico y la resignificación de mitos y arquetipos.

“En el arte feminista se replantea la representación del cuerpo, desde el cuerpo propio, el cuerpo de la mujer está en los museos, pero ahora se retoma visto desde la mirada de mujeres, sin los estereotipos de belleza, ni visiones idílicas”.

Al abordar el ámbito doméstico, mostró la obra de Miriam Schapiro y Judy Chicago en Womanhouse, de Los Ángeles, que tomaron una casa como espacio de trabajo para referirse a la experiencia femenina relacionada con vivencias privadas, como el maquillarse, la menstruación, el aseo de una casa o la preparación de una cena.

Y en la resignificación de mitos y arquetipos, de plantear otras maneras de representar una espiritualidad, como lo hizo Louise Bourgeois en sus esculturas que multiplican la corporeidad y fertilidad femenina, haciendo alarde y creando nuevos iconos que resaltan este carácter de representación.

Durante la charla, Cordero compartió imágenes de la exposición de 2015-2016 en el MUAC, experiencia que dijo fue fundamental para la exposición en la Galería de Arte Moderno de Sinaloa “Ni de venus ni de marte”, en 2016.

“Justo revisando el material yo quedé ahí con una deuda que no cumplí de realizar una recopilación para una exposición en el Museo de Artistas Mexicanas sobre esto y también de un texto para un libro y me quedé con ganas en este contexto de la recuperación de estas experiencias de retomar esto y cerrar esta reflexión que no terminé no por falta de interés”.

Museo feminista

Al final, dijo que para imaginar un museo feminista, desde la teoría, la academia y las prácticas de gestión.

“Desde esta perspectiva empecé a pensar cómo se podría hacer una curaduría feminista, en ese camino y en talleres laboratorios, se topó con un libro de Griselda Pollock, que plantea que un museo feminista no es un depósito de objetos conocibles que exhiben algo feminista.

Es una práctica, un laboratorio crítico y teórico, que interviene y negocia las condiciones de producción, el fracaso de la diferencia sexual como eje crucial de significado, poder, subjetividad y cambio, agregó.

“En este sentido es importante el trabajo que se planteó en los colectivos, de hacerse cargo de la creación y cómo entra en la sociedad, cómo está presente en los medios, las galerías, los espacios y si no había espacios, crearlos”.

Esto es una reflexión en proceso pero los talleres nos dan elementos para reflexionar en ese sentido.

Minerva Solano, directora del Instituto Municipal de Cultura Culiacán, dio la bienvenida a la jornada reflexión Mujer Arte y Feminismo y dio la bienvenida a Karen Cordero, a quien describió como cómplice, aliada, maestra y amiga.

El Tendedero Sinaloa actualmente se encuentra en proceso de desarrollo coordinado por la artista Mónica Mayer con artistas y activistas de las ciudades de Los Mochis, Culiacán y Mazatlán y la jornada de reflexión contempla la realización de con conferencias con personalidades del arte feminista en México.