‘Dirigir es la pasión de mi vida’, asegura Miguel Salmón del Real
El director de orquesta comparte su experiencia al frente de orquestas, agrupaciones y ensambles durante dos décadas; actualmente está al frente de la OSSLA
Era el 29 de julio de 2001, cuando Miguel Salmon del Real tuvo frente a sí a la Orquesta Pro-Arte de la Ciudad de México, el Coro del Instituto Cardenal Miranda y solistas invitados del Coro de la Ópera de Bellas Artes. Dirigiría la “Misa de la Coronación” de Mozart, frente a un público de cerca de ochocientas personas.
Aquel primer concierto sinfónico-coral, que se llevó a cabo en el lugar y la atmósfera especialmente acorde, pues se fue en la histórica Iglesia conocida como “El Buen Tono”, en el centro histórico de la Ciudad de México, le dio algo más que el título de Director Coral y de Orquesta, marcó el inicio de una sólida trayectoria en la música que el este 29 de julio cumple 20 años.
A dos décadas, suman ya 72 agrupaciones musicales dirigidas en 13 países: 42 orquestas, 10 ensambles de cámara, y 20 coros.
Miguel Salmón Real, nacido en la Ciudad de México, en 1978, se dice proclive a las “numeralias”, las efemérides, y las líneas de tiempo que muestran gráficamente cadenas de fechas clave y sucesos históricos.
En medio del actual confinamiento, ha estado ordenando viejos archivos, programas de mano, fotografías, carteles y notas de prensa relacionados con su trayectoria profesional.
Y al hacer un recuento de sus primeros veinte años como director de orquesta, producto de una reflexión propiciada por la interrupción temporal de los conciertos, reconoce esta actividad, como la pasión de su vida.
Esfuerzo y devoción musical
Su primer maestro formal en materia de dirección, fue el Padre Xavier González Tescucano, quien predicó por décadas en aquel templo. Un formador de generaciones de músicos, principalmente directores corales y cantantes, en el Instituto Cardenal Miranda, adscrito al Pontificio Istituto di Musica Sacra di Roma, que dirigió por más de cuarenta años.
“Sus enseñanzas, aún sus ocurrentes frases sueltas, pertenecen a esa clase de palabras que acrecientan con el tiempo. Una de esas sentencias durante una sobremesa fue: ‘es una pena, pero para cuando cumplas cuarenta y ya sepas qué hacer con Beethoven, no estaré ya y no podré escucharte, así es la vida’”, recuerda Salmón del Real.
“Naturalmente, todo esto sucedió a lo largo de años de esfuerzo y devoción musical. Meses después de aquel concierto se me brindó la oportunidad de viajar a Europa para continuar con mis estudios. Fui aceptado en el Conservatorio de la Haya, donde estudié composición musical entre 2002 y 2005”, comparte.
Y fue en un estimulante ambiente cosmopolita, acompañado por estudiantes de setenta países, que formó los primeros ensambles de cámara que pudo dirigir en el viejo continente. Luego vinieron proyectos en Berlín y Ámsterdam.
“Se trataba sobre todo de estrenar obras de compositores jóvenes que me plantearon desafíos que jamás había enfrentado, retos técnicos, nuevas estéticas e ideas disruptivas. Adaptarse a este entorno no sólo planteaba aprender nuevos lenguajes por hablar, sino nuevos lenguajes musicales por dirigir”.
En 2005, recuerda, se tituló en composición presentando un portafolio de obras compuestas para distintos ensambles, coro y orquesta.
“Me había ocupado de usar distintos idiomas como base estructural para la construcción melódica de obras vocales e instrumentales”.
Pero unas semanas después viajó a Lucerna, donde trabajó en la clase maestra de Pierre Boulez, con la Orquesta de la Academia del Festival, que se conformó ese verano por jóvenes músicos de treinta y tres países, provenientes de las mejores instituciones académicas del mundo.
“Tuve la sensación que la mitad de ellos provenían de Juilliard School, y la otra mitad del Conservatorio de París y enormemente motivado, regresé a La Haya decidido a seguir de lleno el camino de la dirección de orquesta”.
La elección
Había sido aceptado en la maestría en dirección orquestal en el Conservatorio de Ámsterdam y en la maestría en composición en el Conservatorio de Rotterdam, pero debía elegir solo uno de los programas.
“Tenía claro que en ese caso, se trataría de la dirección de orquesta”.
Haber trabajado en Ámsterdam con el prestigiado Lucas Vis durante cuatro años cambió su concepción de la técnica de dirección en buena medida.
“Su filosofía se resumía en el adagio ‘minder is meer’, que en neerlandés significa ‘menos es más’. Me hice de una técnica vertical basada en la precisión rítmica que vino a contrastar de maravilla con la horizontalidad y la plasticidad del gesto coral de la música sacra”.
Lucas Vis, recuerda, había estudiado con Bruno Maderna, y éste a su vez, con Herman Scherchen.
Entre 2007 y 2008, hizo un paréntesis y vivió en París durante un año, cuando fue invitado para estudiar un año en el legendario Conservatorio de París, institución que mantenía lazos con estupendas orquestas sinfónicas en París, Ostrava y Mónaco, tras el antecedente del trabajo con Boulez en Lucerna un par de años atrás.
Fue así que se concretó un intercambio educativo anual entre los dos conservatorios, el holandés y el francés y al año siguiente volvió a Ámsterdam y concluyó la maestría pendiente, para la cual cubrió la parte académica con una tesis sobre las ideas desconocidas de Julián Carrillo.
Fueron siete años como estudiante en el viejo continente, donde dirigió conciertos en cinco países extranjeros y realizó ensayos como repetidor en dos países más.
A México volvió en 2009, justo al terminar la maestría, pues había sido invitado a dirigir un complejo programa con obras del Siglo 20, en Sonora.
Unas semanas después, a su paso por la Ciudad de México, recibió la invitación para colaborar como director asistente con el maestro Enrique Diemecke en un proyecto de educación superior.
“Y permanecí en el país sin saber que estaría en México por más de una década. Empecé a impartir algunas clases en la Escuela Superior de Música, y luego en el Centro de Investigación y Estudios de la Música, y el ITESM al sur de la ciudad. Comencé una actividad continua como director huésped en algunas orquestas de México”.
A tres años de ese regreso, participó en un concurso nacional para ocupar la titularidad vacante de la Orquesta Sinfónica de Michoacán y ganó el puesto.
“En los años siguientes realicé más de cien programas, entre 2012 y 2015 llegaron las oportunidades para debutar en Rusia, Polonia y Portugal. En 2016 debuté en Brasil y Turquía, y entre 2017 y 2019 en Italia y España. A la par, volví como huésped a ciertos países ya visitados, y dirigía en distintas ciudades de México”, rememora.
“Así pues, a la fecha, de las 42 orquestas dirigidas, 24 de ellas han sido en México, y 18 han sido en el extranjero”.
En 2017 llegó su segunda titularidad frente a la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, con la cual había debutado en 2012, tras ganar un concurso interno, orientado a descubrir a nuevos directores.
“Desde 2017 y hasta la fecha, he podido interpretar cerca de 60 conciertos sinfónicos al frente de la OSSLA, además de dar seguimiento de un número similar de conciertos de cámara, de impartir algunas conferencias, de coordinar algunas producciones digitales, y de escribir algunas obras”, comparte.
“Al día de hoy, la dirección me ha brindado la oportunidad de visitar un total de 58 ciudades, 20 de ellas extranjeras; y 92 escenarios, 23 de ellos, fuera de México”.
En este recorrido, asegura, tres hechos han sido especialmente gratificantes.
“Primero, el haber tenido oportunidad de dirigir a cerca de 230 solistas, de los cuales, poco más de la mitad son cantantes; segundo, el haber estrenado a la fecha más de un centenar de obras, la mayoría escritas en el Siglo 21 por 76 compositores mexicanos; y por último, el haber rescatado y estrenado algunas obras históricas, como la segunda ópera de Ricardo Castro, “La Leyenda de Rudel”, en su versión original en francés, y el segundo concierto para violín de Julián Carrillo”.
Este último, lo estrenó en cuartos de tono, en 2016, junto con Cuauhtémoc Rivera como solista, y la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, que como él, este 2021, pero en el mes de octubre, cumplirá 20 años de hacer música.
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Numeralia
42 orquestas dirigidas en 13 países
228 solistas dirigidos de 28 nacionalidades
Más de 100 estrenos absolutos de obras del Siglo 21
Lugares
Ha dirigido en 13 países
(57 ciudades, 38 en México, 20 en el extranjero)
Agrupaciones
80 agrupaciones dirigidas
42 orquestas (24 en México, 18 en el extranjero)
20 coros (17 en México, 3 en el extranjero)
11 ensambles (3 en México, 8 en el extranjero)
7 compañías de teatro o danza (3 en México, 7 en el extranjero)
Solistas y escenarios
228 solistas dirigidos de 28 nacionalidades
(118 cantantes y 110 instrumentistas)
En 93 escenarios (69 en México, 24 en el extranjero)
Estrenos
Más de 100 estrenos absolutos de obras del Siglo 21
(Escritas por 76 compositores mexicanos vivos)