Demandan justicia para Maximiliano en el inicio el Festival de Danza José Limón
El coreógrafo mexicano Ruby Gámez, ganador del Premio Nacional de Danza, dice que nadie tiene el derecho de arrebatar los sueños ni la vida a nadie
CULIACÁN._ En medio de un pronunciamiento en contra de la violencia y una demanda de justicia para el bailarín Maximiliano Corrales, hallado muerto en Culiacán, inició el Festival Internacional de Danza José Limón.
Durante la inauguración se hizo entrega del Premio Nacional de Danza José Limón 2020 al coreógrafo Ruby Gámez y la presentación de Delfos, Danza Contemporánea.
Al dar la bienvenida, Carlos Zamora, coordinador del Festival, comentó que este año se dedica a la memoria del bailarín Maximiliano Corrales, quien compartía la filosofía de que todo parte del movimiento; para él pidió un minuto de aplausos y para los que quedaron un minuto de silencio.
“Nuestra 36 edición está dedicada dolorosamente a Maximiliano Corrales García, fallecido en estos días a causa de la violencia en nuestro adolorido estado. Max fue un joven cosalteco egresado de la Escuela Profesional de Danza, bailarín, maestro y coreógrafo integrante de la compañía Danza Joven de Sinaloa y de Physical Momentum y estelar de muchos proyectos”, dijo.
“A sus 27 años deja la vida justo en un punto de rápido ascenso en su carrera, brillando y creciendo... nos lo quitaron justo en las vísperas de la fiesta sinaloense de danza contemporánea, deseemos que su camino esté iluminado”.
Luego, Juan Avilés Ochoa, director general del Isic, entregó el Premio Nacional de Danza José Limón al coreógrafo Ruby Gámez, ganador de la edición 33, en el año 2020, que por razones de la pandemia no se había llevado a cabo el acto de manera presencial.
En su discurso, el coreógrafo y bailarín mexicano dijo que para agradecer esta distinción que tanto le enorgullece, esta vez no se enfocaría en su trayectoria artística, triunfos, logros y reconocimientos, sino que decidió utilizar esta tribuna para pronunciarse en contra de la violencia, la injusticia y la impunidad, así como del olvido, las carencias, la falta de apoyos, espacios y oportunidades.
“Hoy me manifiesto a favor de vivir una vida digna, al derecho de pensar libremente, de vivir sin miedo, ser felices... pero desgraciadamente no es así, vivimos en una sociedad que rápidamente se está volviendo en su propio verdugo, en su propio asesino”, dijo.
“Nadie tiene el derecho de arrebatar nuestros sueños, aniquilar nuestras ilusiones, desaparecer nuestros anhelos, hacer daño a nuestros seres queridos o a cualquier ser humano que habita en este mundo, pero sobre todo nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a terminar con nuestra propia vida”.
El coreógrafo manifestó su solidaridad ante el dolor y tristeza que embarga en este momento al medio artístico nacional.
“Al estado de Sinaloa y a su gente hermosa de Culiacán que cada año se da cita en este grandioso festival de danza José limón y que hoy de nueva cuenta levanta el telón para hacer menos doloroso este amargo momento. Termino este discurso exigiendo verdad, justicia y castigo”.
Al dar la declaratoria inaugural, el director del Isic reconoció la labor que hizo Héctor Chávez al inicio del Festival que honra la memoria del sinaloense José Limón y el trabajo que sigue haciendo Carlos Zamora.
“Si eso no hubiera ocurrido, tal vez no tuviéramos los grupos de danza que tenemos, tampoco existirían tal vez la Escuela de Mazatlán ni la licenciatura del Isic, ni de los institutos municipales de cultura”.
Reconoció que nunca se había tenido un festival en el marco de un suceso muy lamentable que ha consternado a muchos, manifestó su solidaridad a la familia y la demanda junto con la comunidad artística para que se esclarezca el hecho.
La noche cerró con la danza, Delfos Danza Contemporánea presentó “Contradicciones, prismas de identidad”, y la función la dedicó a Max.
“Brillante bailarín y ser humano excepcional. Bailamos para él... como un acto de resistencia hacia la violencia que nos azota a todos, hacia la indiferencia y la incapacidad de un sistema que normaliza la brutalidad convirtiéndola en estadística”, leyeron el discurso escrito por ella.
“Hoy bailamos con la tristeza e indignación de no tenerlo entre nosotros, pero también con la alegría de poder ofrendarle nuestra danza como símbolo de la esperanza que él tenía en la construcción de un mundo mejor... Esto es para ti, Max”.