Deleita la OSSLA a sinaloenses con la ‘Sinfonía 8’, de Beethoven

Nelly Sánchez
02 diciembre 2022

El concierto tuvo como director invitado a Enrique Pérez Mesa, y como solistas a Olga Khudoblyak en el violín y Octavio Hidalgo en el chelo

La Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes regaló a los sinaloenses una noche de alegría. El concierto de la temporada de otoño dedicada a Beethoven, compartió esta vez la Sinfonía Número 8, considerada la más “risueña”, una obra que es casi un divertimento, en un concierto que fue a beneficio de la agrupación sinaloense.

En el Teatro Pablo de Villavicencio, el concierto fue dirigido por el maestro Enrique Pérez Mesa, como director invitado desde Cuba, y como solistas a la violinista Olga Khudoblyak y el chelista Octavio Hidalgo.

Los músicos solistas compartieron en el escenario la química musical que comparten, tanto en la OSSLA como en el grupo Marketo Strings Quartet, al que pertenecen.

Y el público reconoció con prolongados aplausos la participación de ambos tras interpretar el poema sinfónico La musa y el poeta, del francés Camille Saint-Saëns, en un derroche talento en su interpretación limpia y llena de matices y la alta calidad técnica en el manejo de sus instrumentos.

Tras el largo primer aplauso, a manera de encore, ofrecieron la Fugata, de Astor Piazzola, con un arreglo para sus instrumentos hecho por Olek Khudoblyak, hermano de la violinista ucraniana, y realizado especialmente para el dueto, con el que volvieron a sorprender a la concurrencia que los premió con fuertes aplausos.

Luego vino el intermedio para la orquesta, cerraron con la Sinfonía No. 8 en Fa mayor, opus 93, de Ludwig van Beethoven, bajo la dirección del cubano Enrique Pérez Mesa, al guiar a los músicos a través de los cuatro movimientos de que consta la obra.

La temporada de otoño de la OSSLA está dedicada al compositor alemán, considerado un genio de la música universal.

La Sinfonía no. 8 en fa mayor, op. 93, es de cuatro movimientos, Allegro vivace e con brio, Allegretto scherzando, Tempo de menuetto y Allegro vivace.

Beethoven se refería a ella con orgullo como su “pequeña sinfonía en fa”, distinguiéndola de la Sexta Sinfonía, una obra de mayor duración también en fa mayor.