Deja drama y humor ‘Un acto de comunión’

José Arturo Torres
30 septiembre 2022

La obra de desarrolla en el tercer día del Festival Internacional de Teatro

Una silla rústica fue iluminada en el escenario con un callejón detrás. Por ahí entró Henrik caminando a ritmo pausado. Se sienta. Y cuenta de su cumpleaños número 8. Donde todo empezó. Entre varitas mágicas que no se apagan, un pastel de dos pisos con frambuesa engullido por la papada del Gordito Hans, y el abuelo tocándole la cabeza diciéndole “pequeño querubín”. Su deseo es tener un hermano pequeño para sentirse menos solo, pero su mamá no lo puede cumplir.

Se trata de la obra Un acto de comunión, que se presentó el tercer día del Festival Internacional de Teatro Escena Mazatlán.

El dramaturgo argentino Lautaro Vilo compuso un texto dramático basado en la historia real de un acto de canibalismo consensuado. Con la dirección de Julio César Luna y la actuación de Antón Araiza.

La historia continúa con el funeral de la madre de Henrik: sin gente pero abundante café y galletitas, jugos. El entierro con el sacerdote que cobró 100 dólares por oficiar el acto y un sepulturero simpático.

Desde que murió su madre, cuenta Henrik, sus gustos han cambiado. Se ha vuelto una persona obsesiva, con hábitos sólidos hasta en las cucharadas que deposita en el café. Pero sobre todo, se ha vuelto adicto al Internet, donde se desvela hasta altas horas chateando con gente. Su nickname es Franky, como el hermanito que siempre quiso.

Aquí encuentra Henrik, a la persona con quien concretará su acto de comunión. A raíz de este momento, la obra narra con lujo de detalle el proceso mediante el cual bajo común acuerdo se concretó el canibalismo y, para evitar el sufrimiento de su compañero, Henrik degolló su cuello. Es por este acto de eutanasia, y no por el de canibalismo, que Henrik se encuentra en la cárcel, comentó el actor.

Esta obra contrasta con la presentada el día anterior por su síntesis de “parafernalia teatral”. La apuesta es hacia el poder imaginativo del espectador. Para que este construya las imágenes de lo narrado, guiado por la voz de Henrik. En palabras del actor: “Cada quien vive una obra distinta. Acá cada quien ve su pastel, cada quien a su mamá, cada quien ese cuarto... cada quien construye esa historia y eso creo que ganó al quitarle los elementos parafernalísticos del teatro”.

Los cambios de iluminación son mínimos, pero contundentes. Las elecciones actorales abonan a la depuración de sentidos. Una voz grave, gruesa, atacada por una tos de manera gradual. Cambios de ritmo en el habla. Una ligera tensión espasmódica en la nuca. Movimiento con dedos pegados para enmarcar el espacio narrado.

El actor recibió ovaciones de pie por su trabajo actoral, que conmovió, estrujó y deleitó a los presentes con su humor negro.

Esta es la primera vez que Antón Araiza se presenta en el Ángela Peralta y se mostró muy contento de estar en Mazatlán, en un foro con público tan generoso. Y desea volver pronto.

Programa del Festival Internacional de Teatro Escena Mazatlán

30 de septiembre

‘De sazón’, de la compañía Nacional de Teatro, con las primeras actrices Julieta Egurrola, Gabriela Núñez y Luisa Huertas.

1 de octubre

‘Caneros’, una colaboración de Iguana Roja y Compañía Nacional de Teatro.

2 de octubre

‘Las ocho joyas de igu’, por Espejo Escénico.