Cierra ‘Un lugar para los momentos tristes’ la Muestra Local de Teatro
La actriz Dulce Guzmán encarna las múltiples voces del dramaturgo Manolo Díaz
Es el Día del Niño. Son las 19:00 horas y en Casa Haas todavía no oscurece. Resulta que el techo es de ventana y se filtran los rayos del sol. En el escenario hay unas tarimas de madera. Sobre las tarimas hay tres stands de micrófonos de los que cuelgan tres focos inteligentes y unas pequeñas escaleras que tienen instalado un cuarto foco inteligente. De pronto y sin aviso de nada, sube el director y dramaturgo de “Un lugar para los momentos tristes”, Manolo Díaz, al escenario.
A manera de un stand-up de entremés, comparte sus peripecias como encargado de iluminación. La actriz principal Dulce Guzmán además de talentosa, dice, tiene su carácter: ha pedido que no se realice la obra hasta que el sol haya bajado. Pero el sol no obedece a los teatristas, así que no queda más que esperar. Por lo tanto el dramaturgo aprovecha para conectar chistes en referencia a las obras de la muestra local, contar el detrás del unipersonal que el público va a presenciar, además de explicar por qué fue escrito específicamente para Dulce. Habla sobre música, escritura y soledad, hasta que el sol por fin baja y Casa Haas, poco a poco oscurece. Así el comediógrafo sale de escena y se da la primera llamada.
La obra comenzó a las 19:30 horas aproximadamente, ante un público paciente que vio entrar a Abraham Medina y Dulce Guzmán a escena. Lo siguiente fue una mezcla de estímulos escénicos. Hubo guitarra musicalizando en vivo, focos de luz cambiando de color e intensidad a lo James Turrel, y la interpretación dialogando con el sonido de foleys fuera de escena. En esta mezcla interdisciplinaria se dio vida a la historia de “Iris”, una joven actriz que busca definir su identidad.
La obra, producida por el Colectivo Los Patasalada, se suma al imaginario de un Mazatlán reinventado por el dramaturgo, que entremezcla violencia, humor y tristeza en la amargura de crecer queriendo cumplir un sueño que parece inalcanzable, dadas las circunstancias.
La actriz Dulce Guzmán sorprendió a los presentes en su papel de Narrador por su versatilidad para crear personajes distinguibles entre sí. Desde una niña valerosa que le dicen “La hombre” hasta una abuela protectora, o el típico tío buena onda que la quiere ver triunfar pero no asiste a sus obras de teatro. A lo largo de la obra cubrió una amplia gama del espectro emocional mediante decenas de personajes intercalados con narración, que merecieron las risas del público, uno que otro llanto y los aplausos obligados de decenas de espectadores al finalizar la puesta.
Así concluyó la Muestra Local de Teatro 2022. En total se presentaron 6 puestas en escena con centenas de asistentes, después de un par de años donde las artes escénicas sobrevivieron a pesar del fuerte golpe que la pandemia implicó para su trabajo.