Cautiva 'La Cenicienta'
"Con la participación de 70 bailarines en escena, la Compañía Nacional de Danza presenta el ballet en el Palacio de Bellas Artes"
MÉXICO (NTX)._ Con la participación de 70 bailarines en escena, la Compañía Nacional de Danza, que dirige Laura Morelos, cautivó nuevamente al público con el ballet "La Cenicienta", anoche en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
Ante un auditorio colmado, la agrupación de danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) ofreció la primera función de tres que hará en este emblemático recinto cultural, como parte del 80 aniversario del Palacio.
Basado en el cuento de Charles Perrault, el ballet "La Cenicienta", con coreografía de Ben Stevenson y música de Sergei Prokofiev, es una historia de hadas y magia que se desarrolla en medio de un romance, el cual pese a las adversidades sale adelante a través de un amor verdadero.
A través de cuadros coreográficos colectivos, en dúo o solo, los bailarines y bailarinas hicieron gala de su técnica y virtuosismo; Cenicienta y el Príncipe destacaron por su excelsa interpretación.
La escenografía, que iba de una casa modesta a un bosque o un castillo, cambió en vivo ante la mirada del público, y el diseño de iluminación hizo resplandecer el vestuario de época de los bailarines y bailarinas.
La historia inicia cuando la madrastra y sus hijas bordan los chales que llevarán al baile que ofrece esa noche el Príncipe en el palacio, mientras Cenicienta limpia la cocina.
Ante la encomienda, Cenicienta toma el retrato de su difunta madre y lo contempla largamente.
Su padre llega y ve con tristeza el notable parecido de Cenicienta con su primera esposa. Su hija lo trata amorosamente, pero al entran las hermanastras los separan y le arrancan el retrato.
Repentinamente la puerta se abre y entra una anciana pidiendo limosna, las hermanastras le entregan el retrato para no verlo más. La pordiosera nota el parecido del retrato con Cenicienta, se lo devuelve y ésta agradecida le ofrece un poco de pan.
Cenicienta se queda sola en la habitación y para evadir su soledad imagina que la escoba es su compañero de baile y nostálgica rompe en llanto.
Luego regresa la pordiosera y se convierte en una hermosa hada madrina que transforma la cocina en un bosque. Ésta le pide a Cenicienta una calabaza y cuatro ratones, y le entrega un par de zapatillas de cristal.
Durante el baile, Cenicienta cuida que no se descubra su verdadera identidad. Mientras el Príncipe y ella bailan, el reloj hace sonar las 12 campanadas, el vestido de nuevo se convierte en harapos.
Mientras huye, Cenicienta pierde una de sus zapatillas de cristal, que el príncipe levanta y conserva como único testimonio de su amor.