Aristide Cavaille-Coll

Presbítero Amador Campos Serrano
03 diciembre 2024

Innovación y talento, se conjugaron en Aristide Cavaille-Coll, de origen francés, quien siguió la tradición de su familia, dedicada a la fabricación de órganos musicales, encontrando, en ello, su vocación y una fuente de inspiración para su perenne obra.

Imprimiría su sello con algunas innovaciones aportadas por su genio, una de las principales fue la implantación de aire en los tubos para facilitar el uso de las teclas.

El órgano de Saint Denis fue el primero de los más destacados en el uso de esta innovación.

Después de la revolución francesa, con el decaimiento de las celebraciones religiosas, al llegar cierta pacificación y con ello, la vuelta del uso de los órganos en las ceremonias religiosas, que se habían suspendido, le dio una oportunidad para entablar con los organistas un perfeccionamiento y así lograr mejores innovaciones.

Denominado como órgano sinfónico quería expresar, con ello, la intención de que este instrumento, en su sonoridad, se equipara a la sonoridad de una orquesta sinfónica.

Aristide nació en el seno de una familia dedicada a la fabricación de órganos musicales, el lugar de su nacimiento fue |Montpellier, Francia, sus padres fueron Dominique Cavaille-Coll y Juanne Autard y de ellos recibió la pasión por la música que lo conduciría a la realización de sus obras.

Aunque en su vida activa atravesó por crisis económicas, su obra instrumental de órganos, actualmente, está vigentemente expuesta y con el paso del tiempo se incrementa su valor

A través del Siglo XIX logró producir varios de estos instrumentos que se convertirían en verdaderas obras de arte y están expuestas y en uso en varios países de Europa, América y en Asía.

Finalmente falleció un 13 de octubre de 1899, dejando su valioso legado para la posteridad.

En nuestra patria, al parecer solo hay una de estas valiosas obras y precisamente se encuentra en la Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, en nuestra ciudad de Mazatlán, una legendaria gloria en espera de volver a vibrar con la ejecución de sus notas musicales.