Rosa María Elena cumple el anhelo de su madre de vestir a Nuestra Señora del Rosario

Hugo Gómez
27 septiembre 2024

Tras dos años de preparación, Rosa María Elena Oliva Lizárraga se encargó de encargar un vestido que fuera digno de la patrona de los rosarenses

EL ROSARIO._ Para Rosa María Elena Oliva Lizárraga el donar el vestido que porta en el novenario la virgen de Nuestra Señora del Rosario es pagar muchos favores recibidos con fe, pero sobre todo el anhelo de su mamá María Guadalupe Lizárraga Juárez de vestir a la patrona de los rosarenses.

“Se puede decir que se debe a la fe, al amor que le tengo a la virgen y a mi madre. Ella deseaba hacerle su vestido, pero desgraciadamente ya no pudo, entonces me tocó a mí”, explicó.

El principal deseo de su progenitora era que fuera un vestido confeccionado con sus propias manos, pero al estar en cama por problemas de salud se tuvo que recurrir a alguien más, pero ella ha cumplido este anhelo de vestir a la virgen.

“Me avisaron hace dos años, ‘le va a tocar en el 2024’, y dije, ah, bueno”.

Fue el tiempo que tenía preparándose para realizar la nueva indumentaria de la imagen, desde las telas, diseño, hasta quién sería la mano que lo realizaría en lugar de su mamá, pero sobre todo que fuera digno de la venerada imagen.

Por este motivo recurrieron a la modista Sodelva Ríos, quien es conocida por confeccionar otros vestidos a la virgen, además de la corte real del Carnaval de Mazatlán.

Con este propósito encargó en Madrid, España, la mantilla y telas exportadas, donde predominan los colores perla, azul y rojo.

Jesús Manuel Valenzuela Barrón, encargado del museo de los vestidos de la virgen, informó que el título del vestido es “Cielo Barroco, vestido, ajuar y majestad”.

La vestimenta se compone de ornamentos en finos brocados en sedas con grabados barrocos y simbología litúrgica, en distintos matices y tonalidades que destacan la realeza de María y la divinidad del Niño Jesús.

Tambien detalló que se utilizaron para bordar artesanalmente los atuendos finas aplicaciones en hilos de oro y finísima lentejuela, aplicando en un 75 por ciento del bordado piedras preciosas que se adquirieron en el centro joyero de Guadalajara, Jalisco. Este trabajo se realizó en el taller de la modista Sodelva Ríos, mientras el 25 por ciento del bordado restante fue con sus manos.