Olga Lidia, orgullosa de confeccionar atuendos para el 20 de Noviembre

Hugo Gómez
19 noviembre 2024

Hace 25 años llegó a Rosario desde Concordia y poco más de 15 años, Olga Lidia, ha vestido a escoltas, bandas de guerra, porristas, novias y quinceañeras

EL ROSARIO._ Además de que las creaciones de sus manos luzcan en el desfile del 20 de noviembre, para la costurera Olga Lidia Lizárraga Garzón también lo es que familias confíen en su talento.

“A mí me estresa mucho eso, pero esa es la satisfacción que me da, que aparte que les guste el trabajo que yo hago y que se sientan satisfechos del trabajo que yo hago, eso es más que nada y pues sí se siente orgullo de uno mismo de ver que tus prendas van desfilando”, dijo mientras cose un uniforme de escolta.

Desde hace poco más de 15 años, ha vestido a escoltas, bandas de guerra, porristas, tablas rítmicas, revolucionarios entre otros.

Sobre sus inicios, destacó que fue con una máquina Singer de pedal que ahora tiene un valor sentimental especial por lo que hasta el día de hoy la conserva, pues además de darle el impulso en el oficio fue un regalo de su finado padre Felipe Lizárraga Tirado.

“Empecé con una máquina de esas negras (manual) y le adapté un motor, de las antiguas de pedal que está allá todavía”, refirió.

Mencionó que inició con pocas prendas pero debido a los resultados su propio trabajo la ha recomendado incrementando importantemente la demanda.

“Sí, (inicié) con poquitos y ahorita he llegado a hacer hasta 100 uniformes yo creo”, argumentó.

Destacó que inicia a trabajar con tres semanas de anticipación, pues reconoció que depende de la prenda varía el tiempo que requiere ejemplificando que un atuendo de escolta lo concreta en un día, pero el de una porrista es más complejo por las aplicaciones y la tela que requiere.

Fiel creyente de que la práctica hace al maestro, manifestó que estudió un curso en su natal Concordia y otro en Culiacán.

”Es que más bien dijeran que la práctica hace al maestro más que nada, porque puedes estudiar cosas pero con la práctica aprende uno muchas técnicas”, explicó.

Originaria de Concordia, recordó que tras llegar a Rosario, hace aproximadamente 25 años, pasó de confeccionar prendas para sus seres amados que pronto se convirtió en un oficio que le ha permitido aportar un ingreso a su hogar.

Aunque ha hecho alta costura, como vestidos de boda o de quince años, la prenda que más dificultad le ha llevado es el vestido de escaramuza, y debido a este nivel de complejidad se ha vuelto uno de sus estilos favoritos.

Otras satisfacciones, comentó es que poco ha podido mejorar su equipo de trabajo, pero sobre todo que sus tres hijos se formaran como profesionistas pues logró que estudiaran Agronomía, Piloto Aviador y Arquitecto.

Reconoce que solo ha quedado un sueño pendiente el crear un taller de costura especializado en uniformes, pero ha pesar de que ha tocado puertas en diferentes dependencias de gobierno como Desarrollo Económico no ha recibido respuesta pues las máquinas van desde 5 mil a 100 mil pesos.

Al sólo depender de su ingreso, ella y su esposo, confiesa que desea bajar la demanda, pero no dejar este oficio pues en él ha encontrado su pasión.