María Fernanda narra su lucha contra el dengue y su nueva oportunidad de vivir
La joven rosarense de 21 años relata su experiencia con un caso crítico de dengue hemorrágico, que la llevó a estar al borde de la muerte
El ROSARIO._ Como una experiencia que marcó su vida, describe María Fernanda León Rosales el haber atravesado por un caso de dengue hemorrágico de alto riesgo.
“Casi morí, prácticamente estuve a nada; dijeron los doctores que si hubiera durado unas horas más en mi casa ya no podría estar aquí viva”, sostuvo.
La jovén rosarense, de 21 años, refirió que ingresó a urgencias consciente de que luchaba por su vida, al tener 11 mil de plaquetas cuando los niveles normales son de 150 mil, hecho por el cual en pocos días presentó sangrado.
Para ella, recibir el alta después de esa situación fue “una oportunidad para vivir”.
La piloto aviadora agradeció a los médicos que la atendieron tanto en el Hospital Integral de Rosario, ahora IMSS Bienestar, como en el Hospital General de Mazatlán, al poder vivir para contar de primera mano el sufrir este padecimiento.
María Fernanda dio a conocer que empezó con un fuerte dolor de cabeza que no bajó ni con una pastilla, seguido de temperaturas por encima de los 41 grados, lo que motivó a que se encerrara completamente a oscuras en su cuarto al no tolerar ni la luz.
De eso han pasado apenas dos meses, donde fueron cinco días que se convirtieron en una eternidad, un calvario para ella y su familia, anhelando que diera muestras de mejoría.
Cuando supo que tenía dengue, no se preocupó al creer que le daría con normalidad hasta que vomitó y descubrió que era sangre.
“O sea, yo al segundo día yo vomité sangre, al tercero yo ya ni quería ver nada porque me dolían muchos mis ojos. Ya despues al tercer día ya fue cuando empecé a sangrar por todos lados y fue cuando me hicieron el análisis y ya tenía 11 (mil) de plaquetas”, explicó.
Con esos resultados en sus análisis, fue que sus papás llevaron a la joven al Hospital Integral y al verla los médicos decidieron hospitalizarla de inmediato.
La joven manifestó que el momento donde se acrecentó su miedo fue estando en el hospital, ya que al ponerse de pie sangró aún más.
“Entró el doctor y me dijo ‘Tu dengue es peligroso, si tú te paras te puede dar un derrame cerebral’ y eso fue shockeante, se me vinieron las lágrimas y mi mamá de que ‘Tranquila, no va a pasar nada’, para tranquilizarme”, agregó.
Fer, como es llamada con cariño, relató que otro momento difícil fue al llegar a urgencias a Mazatlán, pues el médico que la recibió se sinceró y le planteó que si en ese momento su cuerpo seguía estando mal, la tendrían que meter a terapia intensiva además de ocupar donantes de plaquetas.
“(Terapia intensiva) ds lo peor, caer en eso es súper malo y yo dije, estaba sola yo nada más con el doctor y ya que se fue el doctor me puse a llorar, pero ya dije yo ‘aquí voy a quedar’, pensaba que ya no iba a sobrevivir”, relató.
Cuando llegó el alta, fue porque las plaquetas habían aumentado, además de que el sangrado había desaparecido, pero para Fer fue agridulce al conocer que los doctores creyeron que debido a la evolución de la enfermedad no lo lograría ante la posibilidad de un derrame cerebral o complicaciones del hígado al inflamarse.
Aunado al temor de perecer, sonriendo reconoce que uno de sus mayores miedos era no poder pasar su examen de piloto, debido a que ahí los exámenes médicos son determinantes, ya que dos de sus más grandes sueños son volar y viajar por el mundo.
En todo momento reconoció que para ella fue vital la intervención del personal médico.
“La verdad todo estuvo muy bien tanto aquí en Rosario como en Mazatlán; la verdad me trataron muy bien”, dijo.
Los padres de Fer sufrieron ‘en el corazón y el alma’
Como padres de María Fernanda, María Cruz Rosales y Omar León González confiesan que vivieron desde el diagnóstico hasta la complicación del dengue hemorrágico como un calvario que dolía hasta el corazón y el alma.
Para Noroeste, ambos abrieron su corazón con la esperanza de que se llegue a crear conciencia y ninguna familia tenga que pasar por este proceso.
“Fue lo peor que vivimos, no esperábamos vivir esa experiencia tan fea que no se la deseo a nadie, la verdad. ¿Por qué? Porque llega un momento en que ves que tu hija se te está yendo de las manos sin poder hacer nada”, confiesa la madre de Fer.
Maricruz, como es conocida en la familia, reconoce que no hay palabras que logren describir lo que sintió en esos momentos donde vio a su hija sufrir, donde los comentarios eran que posiblemente no iba a sobrevivir.
Lo más difícil fue el hacerse los fuertes para que su hija no se derrumbara tras recibir el diagnóstico.
“Le dije ‘No, tú vas a estar bien’, pero yo dentro de mí sentía que me moría”.
La madre confesó que fue en la oración donde encontró consuelo y acudió a la Virgen de Guadalupe para ofrecerle que si sanaba Fernanda, peregrinarían en su festividad.
Omar, por su parte, como todo padre formado para ser soporte de la familia, evitaba hablar de sus sentimientos.
No obstante, reconoció que cuando escucharon que se encontraba grave, el mundo se les vino abajo, pero después vino el alta.
“Oí cuando le dijo ‘Creo que ya te vas a ir, María Fernanda’, y ya respira uno y se le cae todo el peso”, dijo.
Los padres de Fer sostuvieron que algo que los hizo fuerte en esta lucha por la salud de su hija fue el apoyo de familiares y amigos, desde oraciones o mostrar disposición de donar plaquetas.