Mantienen en Escuinapa la tradición de la sal artesanal
Antes de que inicien las lluvias, los productores esperan que se pueda mejorar la producción de hace un año
ESCUINAPA._ La temporada de sal ha iniciado, las marismas muestran pequeñas montañas blancas mientras las personas transitan por la carretera estatal Escuinapa-Teacapán.
Es la temporada productiva que culmina cuando la lluvia llega, entre más tarde se presenten las “aguas” el rendimiento en sal es mejor, manifiesta Ignacio Gómez Flores, del rancho salinero “El Cuarrán”.
“El año pasado las ‘aguas’ se vinieron a fines de junio, se tuvo poca lluvia, pero al caer la primera lluvia nos echa a perder todo y tenemos que levantar los hules”, dice Nacho, como es llamado.
El rancho “El Cuarrán” es de los más viejos en las salinas, desde el año pasado familiares de ellos, tíos, primos, decidieron continuar la tradición y colocaron sus propios ranchos dentro de la zona de marismas.
En 2023 llegaron quizá a las 90 toneladas de sal, este año pretenden llegar a las 100 toneladas, por lo menos la comercialización ha sido buena, pues la tonelada la están vendiendo en mil 500 pesos, hasta hace dos años esta era vendida en mil 200 pesos.
En el caso de quien compra un mayor tonelaje de sal, el costo disminuye, indicó, pues están abiertos a dar mejor precio pero que se pueda vender pues de esto viven económicamente en esta temporada en que la pesca para.
“La podemos bajar hasta mil 200 la tonelada, esta sal se esta llevando a Acaponeta, aquí cargamos, han sido buenos estos días, ya llevamos vendidos como 23 toneladas”, dijo.
El productor indica que sacar de manera artesanal la sal, tiene un procedimiento que requiere de días, primero se tiene que poner las heras, que son cuadros donde se coloca hule, en este se echa agua que previamente han acumulado de las marismas.
Es un agua que pareciera filtrada, la que se coloca sobre los cuadros de hule y se esperan de cinco a siete días para que la sal empiece a formarse, esto dependerá del sol, entre más caliente sea menos días requiere.
Después se empieza a “rastrillar”, juntando la sal en montículos, estos se dejan alrededor de tres días secando para después colocarse en un solo lugar, donde se empezará a encostalar.
“Cuando ponemos la sal después de rastrillarla, se llaman ‘borregos’, después de que los juntamos, por tres ocasiones, se tira el agua, se limpia y nos garantiza una sal blanca, es lo que se llama sal de beneficio”, precisa.
Este año, esperan que las lluvias lleguen hasta junio, que sea un año productivo en sal como lo fue en 2023.