Fallece Fernando, de 15 años, en Escuinapa; familia denuncia burocracia en atención médica
La madre de Fernando señala que hubo una reacción lenta y descoordinada de las instituciones de salud, mientras el adolescente mostraba signos graves de posible dengue
ESCUINAPA._ Las cosas en la familia de Fernando Prado Morales fueron tan rápidas que no han tenido tiempo de asimilar su pérdida. Entre presunción de dengue con signos de alarma y un acta de defunción que marca neumonía, no saben que le ocurrió realmente.
El adolescente de 15 años, quien recién había salido de secundaria, es custodiado en una caja blanca. En la parte trasera del ataúd se mantienen sus hermanos, era el tercero de cuatro; a los costados están sus primos resguardando.
De acuerdo a su familia, Fernando presentaba signos que tienen que ver con sintomatología de dengue. Su madre, Milagros Morales, acusa que además hubo una reacción médica burocrática.
Milagros estuvo con su hijo deambulando toda la mañana del lunes entre el Hospital IMSS Bienestar, el Seguro Social y un consultorio de farmacia en la que finalmente se le ordenaron estudios y los resultados no fueron buenos.
“Cuando fui con los análisis y estudios me dijeron en el Hospital General ‘ah, sí viene grave, muy grave’. Yo siento como sí fue una burla todo eso, siento que tuve la culpa porque lo traía en la calle, cuando me lo tenían que haber atendido desde la mañana, lo hicieron hasta las 3:00 de la tarde. ¿Por qué? Hay médicos buenos ahí, la gente se cura, la gente sale curada”, dice la joven madre de familia mientras se quiebra.
A Fernando lo llevó su madre a recibir atención médica el lunes por la mañana al IMSS Bienestar, había escupido sangre con espuma. La alerta por su estado de salud la tenía preocupada, pues desde el sábado empezó con intervalos de fiebre.
“Cuando llegué al Hospital me dijeron que no me podían atender porque tenía Seguro, así salía. Les expliqué que no tenía seguro, hace mucho que había dejado de trabajar, pero me fui al Seguro (Unidad Médica Familiar del IMSS), allá tampoco salía con vigencia”, explicó.
En el IMSS se le indicó que tenían que tomarle fotos a ella y luego ver el ingreso del menor para saber en qué estado se encontraba, después determinarle qué consultorio les tocaba.
“Me desesperé y le dije ‘¿Sabe qué, muchacha? Deme los papeles, me tengo que ir’, porque todavía tenía que esperar a qué ver que consultorio. Veía al niño mal, nos fuimos a la Simi, ahí lo revisaron todo y me dijeron de análisis y una radiografía, ahí salió mal y fue cuando volví al Hospital”, señala Milagros.
Su sentimiento de culpa se aviva al recordar. Eran ya varias horas que andaban en la calle, buscando estudios médicos, análisis, el menor con ella, en un día con mucho calor.
La atención médica llegó ya cuando el menor se encontraba grave y había necesidad de trasladarlo; le pusieron oxígeno y en Mazatlán tuvo que pasar por la misma situación en relación a su vigencia sobre Seguridad Social.
“Llegando allá me lo entubaron, le hicieron análisis, no era Covid, no sabían qué era, pero luego me dijeron (en el Hospital General de Mazatlán) ‘es que aparece con Seguro usted, lo vamos a desentubar para mandarlo allá (al IMSS)’. Mi esposo vino por un papel a Presidencia para que siguieran atendiendo a mi niño, pero cuando llegó, él había muerto”, expresa.
Fernando murió la noche del martes; cuando fue trasladado a Mazatlán no sentían esa gravedad en él, un médico les dijo que era dengue grave, con plasma o una transfusión pronto regresaría a casa a estar nuevamente arreglando bicicletas o aprendiendo a arreglar motocicletas, pero no fue así, señala su mamá.
Su madre se siente burlada por las instituciones médicas y culpable por haberlo traído durante toda una mañana y parte del mediodía buscando opciones médicas que no encontró en las instituciones de salud públicas con una atención inicial.
Milagros duda de los diagnósticos que hubo, su hijo presentaba un cuadro con sintomatología de dengue y los análisis que le hicieron eran negativos a Covid y a tuberculosis.
Sus síntomas iniciaron el sábado, hace cinco días, pero el domingo estaba de pie conviviendo con sus hermanos, dando la vuelta con sus amigos por la tarde noche. Hoy Fernando ya no está.