Continúan denuncias de adultos mayores por robo de sus ahorros en Escuinapa; mujer fue detenida

Desde 2021, adultos mayores han interpuesto denuncias por una supuesta mujer que se hace pasar por empleada de Bienestar o de DIF que les robaba sus ahorros; este lunes la supuesta “roba viejitos” fue detenida en Mazatlán

ESCUINAPA._ Hasta mediodía de hoy dos personas habían acudido a interponer su denuncia contra la denominada ‘roba viejitos’, una mujer que, por lo menos desde 2021, se dedicaba a robar sus ahorros haciéndose pasar por empleada de Bienestar o de DIF y que este lunes fue detenida en Mazatlán.

Don Alejandro Sarmiento Aguilar es uno de los denunciantes, mientras espera un espacio de ser atendido en el Ministerio Público, se quiebra cuando relata como en unos minutos vio perderse 100 mil pesos de una liquidación de 35 años de trabajo como velador.

“Todo me quito, eran 100 mil, 80 me habían dado de liquidación y los otros veinte los fui juntando, todo se llevo”, dice mientras se quiebra y llora por el hecho.

Don Alejandro muestra los recibos que por cada abono de esos 80 mil pesos le dieron en la empresa que trabajaba, le duele relatar lo que le ocurrió pues era un dinero que tenía destinado para arreglar su casa y para poder estar sin problemas en su vida adulta.

El día en que la mujer llegó a casa, era el día en que estaba por guardar el último dinero recibido de sus patrones, ella pidió el baño pues tenía como urgencia entrar.

Antes había visto a un hijo del adulto mayor, le había preguntado por su mamá y que luego pasaría a saludarla, después entro a casa, la señora es invidente por lo que el contacto fue directo con don Alejandro.

Le pidió unos papeles y la tarjeta de bienestar, tal como lo había hecho con tantos casos, cuando su hijo que había ido a las tortillas llegó, ella ya se había ido, con todo el dinero que por meses guardo el adulto mayor.

Cuando se enteró por redes sociales de la detención y observó la foto, no dudo, era ella quien había estado en su casa, a quien le abrió con confianza, como ocurre en las ciudades chicas, las puertas de su hogar, por eso quiere justicia.

Piensa en que quizá pueda haber alguna forma de recuperar ese dinero, lo anhela, pero sobre todo quiere justicia, señala, mientras como si fuera un niño, agarra nerviosamente sus manos.