Como enfermera, ‘Miquita’ cumple la vocación que le nació desde la niñez
Micaela Lora ha dedicado 27 años de su vida a la enfermería en Matatán, Rosario, inspirada por su abuela y su amor por cuidar a los demás
EL ROSARIO._ Con 27 años de servicio en su natal Matatán, Micaela Lora López asegura que desde pequeña la enfermería pasó de ser un anhelo a convertirse en su vocación para atender al prójimo.
“La carrera de enfermería me gustó desde que empecé a atender a mis abuelitas; mi abuela inyectaba también y me gustaba ayudarle a lavar sus jeringas, a esterilizarlas y de ahí fue la vocación que me fue gustando”, expuso.
Su inspiración fue su abuela paterna, Virginia Beltrán Alvarez, quien realizaba las veces de enfermera, ya que su esposo Westecindo Lora era el doctor de la comunidad.
Micaela recordó que tal era su deseo que junto a sus primas, que la visitaban de la cabecera municipal de Rosario, jugaban a ser enfermeras.
“Miquita”, como es mejor conocida entre sus pacientes y familiares, narró que al egresar de la Universidad Autónoma de Sinaloa, el primer lugar en el que laboró fue una clínica particular de Mazatlán.
Un año más tarde, un 16 de octubre, recibió su base en la Secretaría de Salud para laborar en el Centro de Salud en su tierra, la sindicatura de Matatán en Rosario.
Destacó que debido al compromiso con sus pacientes se ha mantenido estudiando, al ser titulada de enfermería básica; trabajando se formó como licenciada y esta por iniciar una maestría.
“A lo largo de mi caminar aprendiendo poco a poco de los pacientes, me ha gustado día con día. Me encanta mi carrera, me encanta el área de vacunación”, compartió.
Entre sus mayores satisfacciones menciona que ha estado el poder dar atención a los pacientes de la región evitando que tengan que desplazarse a la cabecera municipal por las condiciones precarias en las que viven muchos de ellos.
Micaela reonoció que no todo ha sido fácil, ya que ha tenido que enfrentar momentos de desabasto de recursos o medicamentos, pero pese a las dificultadesm se mantiene firme en su profesión.
“Los momentos bonitos que aquí los atendemos que teníamos, contábamos con todo el material y los momentos difíciles cuando no teníamos todo el recurso necesario”.
De las primeras atenciones que más le impactaron, narró que fue cuando una mujer en labor de parto llegó hasta el portón de la clínica y ahí concibió a su bebé, atendiéndola junto con un médico que prestaba el servicio.
Con relación al hecho más difícil que ha vivido en este oficio, señaló que fue el caso de un niño, Gael, quien falleció por picadura de alacrán cuando pegó fuerte el huracán Willa, durate la madrugada, y no tenían material suficiente ni suero anti alacrán.
“Eso sí fue el golpe más fuerte para mí y no pudimos hacer nada por ese niño, no teníamos el suero anti alacrán... los ríos grandes, creciente, el arroyo”, recordó.
“Miquita” concluyó que si volviera a nacer sería enfermera, aunque sostuvo que otro anhelo que tenía era ser maestra de educación especial.